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En diciembre, la Capitanía otorgó la certificación al Aca Tiki para navegar

* Dice el capitán de Puerto que lo más probable es que el hundimiento se debió a la fisura que se encontró en el casco del barco * Personal de STC auxiliará en el peritaje

Nelly Bello * Ciento tres días antes de su hundimiento, el Aca Tiki recibió la certificación de Capitanía de Puertos –con vigencia de un año– para navegar por la bahía de Acapulco por contar con todas las medidas de seguridad para sus pasajeros.

Además del Aca Tiki, otras tres embarcaciones como son el Fiesta Cabaret, Bonanza y Fiesta Maya, recibieron la misma distinción. Sin embargo entrevistado ayer al mediodía, el capitán de puerto Antonio Pizá Vela informó que hoy llegará personal de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), para auxiliar en el peritaje del naufragio y “para sumarse en una revisión técnica exhaustiva en cuanto a las condiciones del resto de las embarcaciones” de recreo.

Pizá Vela aseguró que los barcos de diversión tienen garantía de seguridad, porque “este lamentable accidente tuvo un origen y lo importante es dictaminar por qué se hundió, (esto) sigue siendo un gran signo de interrogación”.

El capitán de puerto en estrevista dijo que el hundimiento se derivó de algún roce del casco del catamarán que produjo una fisura que encontró personal del comando submarino y desechó que el sobrecupo produjera el naufragio.

Recordó que la embarcación se hundió el domingo a las 00:30 horas, pero recibieron información a las 1:15 minutos por vía celular pues el Aca Tiki primero se quedó sin luz, lo que impidió que los tripulantes se comunicaran vía radio. Indicó que ese mismo día a las 9 de la mañana, agentes del comando submarino detectaron una fisura en el costado izquierdo de babor –en la parte de la popa– de aproximadamente 60 centímetros de largo por una pulgada de ancho.

“Creemos que esa fue la forma como entró el agua al casco de babor, estamos en las indagatorias para determinar las causas que fue lo que provocó el hundimiento”, dijo.

Sobre la versión policiaca, en el sentido de que la embarcación se hundió por sobrecupo dijo que el reporte de Moisés Borneos Villar, como oficial de resguardo marítimo, fue que solo se embarcaron 306 personas y la capacidad del barco es de 321 pasajeros.

–¿Pero existe una versión del capitán de que había exceso de pasajeros y un motor descompuesto?

–Si el capitán Felipe Castro declaró esto, él solito resuelve todo, esta señalándose él mismo.

–¿No hubo solapamiento de Capitanía, se supone y usted corrobora que hubo un conteo de las personas que subieron a la embarcación?

–Ahorita todo son versiones, yo necesito que el señor declare en un acta que es un documento oficial y bajo ese tenor el patrón (dueño del barco) alegara lo que a su derecho convenga.

–Los turistas mencionan que no había chalecos salvavidas suficientes, ¿hubo revisión de Capitanía?

–Sí, claro, y volvemos al punto, en la revisión anual que fue el 10 de diciembre del 2002 contabilizamos 351 chalecos salvavidas, pero volvemos al punto de la entrevista aquí hay que saber qué pasó, hasta el momento hemos recuperado 120 chalecos pero no quiere decir que sean los chalecos que llevaba la embarcación, hay que indagar por parte de la empresa cuántos chalecos llevaba la embarcación.

–¿Hubo negligencia de la empresa?

–Hay dos vertientes, de lo que fue lo que ocasionó el hundimiento y lo que puedo informar, hay una fractura, una fisura, que pudo ser de un golpe, algún recargón contra el muelle, pueden ser posibilidades pero solo el patrón de la embarcación nos puede contestar esa duda.

Detalló que las inspecciones mensuales son periódicas pero como tiene que cubrir un rango de 60 a 70 al mes, la Capitanía lo hace de forma aleatoria para cubrir todas las embarcaciones pero “por ley se hace una revisión anual”.

En esa revisión anual, se da la certificación a todas las embarcaciones, y en el caso del Aca Tiki recibió la inspección los primeros días de diciembre y la certificación el 10 de diciembre del 2002 con vigencia al 10 de diciembre del 2003.

Sin embargo, aceptó que hace dos años el catamarán no pasó la revisión por no cubrir algunos requisitos “técnicos” de seguridad, como extinguidores, la falta de chalecos salvavidas o en mal estado.

Reprochó que hasta el momento la empresa “desafortunadamente no ha dado la cara” pues la dependencia federal ha tratado de comunicarse vía telefónica o con visitas directas al domicilio fiscal de la empresa pero “no hay respuesta” para notificarle que tiene hasta hoy (martes) para iniciar los trabajos de remoción de la embarcación porque “donde esta situado el yate Aca Tiki representa un obstáculo para la operación de los cruceros”.

Informó que en caso de no atender el propietario del navío, Capitanía ordenará a una empresa que “se dedica a este tipo de trabajos” para que remueva el catamarán o también podría solicitar a la Secretaría de la Armada de México a través de la base naval de Acapulco para que muevan el barco a un lugar donde no afecten la operación portuaria. Los gastos que origine la remoción serán turnados a la empresa propietaria del Aca Tiki.

Dijo que por el momento no afecta a la operación portuaria de la terminal marítima o a la llegada de cruceros porque han llegado de uno en uno.

Sobre la posibilidad de ser llamado por la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) para detallar la responsabilidad de Capitanía de Puerto, Pizá Vela dijo que responderá como funcionario público, “ahí estaré, nosotros no escondemos nada”.

Intento fallido por vender la embarcación

Pizá Vela informó que quien aparece como propietario del Aca Tiki es Embarcaderos Turísticos de Acapulco, con Ramiro Tirado como el representante legal.

De acuerdo con prestadores de servicios turísticos en el área del muelle y el malecón, el empresario dueño del Aca Tiki intentó desde el año pasado vender el barco pero hasta el día del hundimiento no tenía ofertas concretas. Sólo Roberto Braun, dueño del Bonanza, Fiesta Cabaret y Fiesta, Maya, había expresado su interés por manejar el Aca Tiki.

Los prestadores –que pidieron no publicar sus nombres– dijeron que era “normal” que los propietarios de lanchas de paseo para turistas se “mochen” con el personal de Capitanía para que les permitan subir más personas de lo permitido.

Estimaron que el problema del Aca Tiki no fue tanto el sobrecupo sino el motor descompuesto que forzó la máquina principal de la embarcación.

Transcendió en el muelle que ese día subieron unos 430 turistas y la estimación de los lancheros es que el Aca Tiki tenía una capacidad real de 250 a bordo.

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