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Condena el arzobispo que se dediquen a Dios las “hostilidades” entre Irak y EU

* Ni la guerra ni el terrorismo son la solución, y es latente que el conflicto se extienda a otras naciones, alerta

Ossiel Pacheco * En la homilía de la misa que ofició ayer en la catedral de Nuestra Señora de la Soledad, el arzobispo Felipe Aguirre Franco condenó que tanto los presidentes de los Estados Unidos, George Bush, como de Irak, Saddam Hussein, dediquen a Dios, “las hostilidades” entre ambas naciones.

Ante cientos de católicos que se congregaron en el templo católico, Aguirre Franco dijo que blasfeman contra el nombre de Dios, pues explícitamente ordenó: “No harás mal uso del nombre del Señor, tú Dios, porque no dejará el Señor sin castigo a quien haga mal uso de su nombre”.

Dijo estar convencido que “hay una amenaza a la paz y estabilidad de todo el mundo”.

Señaló que los Estados Unidos de Norteamérica al invadir a Irak, alienta el terrorismo que pretende combatir, porque un pueblo vencido, humillado y empobrecido no tendrá más opción que responder con terrorismo a esta guerra.

El arzobispo consideró que el empleo de la fuerza será el último recurso después de haber agotado todos los caminos para una solución pacífica, pues la observancia del derecho internacional es una de las condiciones para la paz en el planeta.

Calificó de ilegal e inmoral esta guerra, pues el ataque de Estados Unidos sobre Irak causará la muerte y el sufrimiento de millares de personas inocentes, de heridos y de refugiados que tratarán de huir, además de la destrucción y arrasamiento de todo un país.

Por otro lado, en un mensaje que extienden los obispos de Guerrero a los emigrantes y residentes en el extranjero, asientan que las condiciones socioeconómicas de nuestra región no favorezcan el amor y arraigo a la propia tierra y alimenten en muchos paisanos el espejismo del sueño americano.

Los jerarcas católicos del estado llaman a abordarse bilateralmente la pobreza y el desempleo que originan la migración forzada y critican que los Estados Unidos al endurecer las leyes y políticas migratorias se vuelven rígidas e inflexibles, imposibilitan la emigración legal y provocan la no legal.

En su mensaje aseguran que esto dá lugar a mafias sin escrúpulos que trafican con personas y lucran con su necesidad y su vida y que al intensificar los operativos de vigilancia en las fronteras, éstas se convierten prácticamente en trampas donde mueren muchas personas.

Convocan a las autoridades a reforzar por dar la atención adecuada a los que emigran, a la vez que fomenten la creación de condiciones favorables para que las personas permanezcan en su lugar de origen. Y como Iglesia asumen estructurar una pastoral más orgánica que atienda y acompañen a los migrantes en diferentes momentos.

Firman al calce Aguirre Franco, Alejo Zavala Castro, de la diócesis de Tlapa; Carlos Garfías Merlos, de ciudad Altamirano; Salvador Huerta Heredia, de Lázaro Cárdenas y Efrén Ramos Salazar, de Chilpancingo–Chilapa.

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