Pide Amador tregua a ejidatarios que solicitan ser indemnizados

Maricela Santos, corresponsal, Zihuatanejo * Tras corroborarse el vertimiento de aguas negras crudas en 7 y media hectáreas de coco de los ejidatarios de El Coacoyul, que ya demandaron el pago de daños a la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado de Zihuatanejo (CAPAZ), el alcalde de Zihuatanejo Amador Campos Aburto, propuso establecer una tregua en tanto se evitan los derrames de agua de la deteriorada red de drenaje que hay en la zona.

El primer edil azuetense hizo un recorrido por las huertas anegadas de aguas negras, a petición de los ejidatarios afectados quienes desde octubre del año pasado interpusieron una demanda para exigir que se les indemnicen las pérdidas que han tenido por las inundaciones de sus huertas de coco. Asimismo, dialogó con los colonos de Paraíso Coacoyul, quienes se oponen a la reactivación de una laguna de oxidación en la zona desde la anterior administración.

Campos Aburto tras recorrer la zona con el director de Obras Públicas, Jorge Sotelo Rosas, dijo que se solucionará el problema del vertimiento de las aguas negras a las huertas que no llegan a la laguna de oxidación. Adelantó que su administración hará un proyecto de rehabilitación de la laguna de oxidación y se consensuará con los colonos de la Paraíso Coacoyul, que encabeza Marco Antonio Ayvar Ramírez. Explicó que el proyecto contempla el tratamiento de las aguas negras y la reutilización de estas en el riego de huertas.

Con los ejidatarios afectados que actualmente representa el presidente del comisariado ejidal de El Coacoyul, Alfonso Ramírez Solís, acordaron solicitarles un plazo para resolver el problema del vertimiento de aguas negras a sus huertas para posteriormente analizar el caso de la indemnización.

El problema de estas huertas anegadas de aguas negras se arrastra desde el periodo de los priístas Eric Fernández Gómez y Jorge Allec Galeana, que no rehabilitaron las ollas colectoras de aguas negras y 800 metros de la red de drenaje que se destruyeron al margen del río de El Coacoyul, lo que provoca el escurrimiento directo de aguas residuales al cauce del arroyo de esta comunidad, así como la contaminación de 7 y media hectáreas de coco.