Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

El ex procurador de Justicia Acosta Viques participó directamente en la guerra sucia

* El actual notario público de Iguala sabe de la desaparición forzada de Concepción Jiménez Rendón, Fredy Radilla Silva, Eusebio Peñaloza y José Guadalupe Hernández, y cuando los tenía en una cárcel clandestina, propuso liberarlos a cambio de una declaración, denuncia Santiago Dionicio

Maribel Gutiérrez y Sergio Ocampo (Quinta parte) * En las denuncias presentadas por los familiares de desaparecidos de la guerra sucia aparecen pruebas y testimonios que señalan con claridad a los responsables materiales de lo que los agraviados consideran una política de Estado que tenía como responsable intelectual al presidentes de turno, Luis Echeverría y José López Portillo. Los acusados con más frecuencia en Guerrero son el entonces jefe de la Policía Judicial del Estado, general Mario Arturo Acosta Chaparro, actualmente preso en el Campo Militar Número Uno, y el entonces procurador general de Justicia, Carlos Ulises Acosta Viques, actualmente notario público en Iguala, que nunca ha sido llamado a declarar.

Además de las responsabilidades derivadas de su función de procurador, Acosta Viques es señalado como directamente responsable de la desaparición de María Concepción Jiménez Rendón, Fredy Radilla Silva, Eusebio Peñaloza y José Guadalupe Hernández, según la denuncia del ex presidente estatal del PRD, ex coordoinador de los diputados de ese partido, ex preso político y ex miembro del Partido de los Pobres, Octaviano Santiago Dionicio.

El notario de Iguala también aparece en el testimonio del profesor universitario y dirigente del PRD, ex presidente estatal de ese partido y ex diputado Eloy Cisneros Guillén, y en el testimonio del dirigente perredisata y de colonos en Acapulco y ex diputado Juan García Costilla.

Sacaron del trenecito a El Bibis y otros 16 presos para matarlos

Octaviano Santiago dice: “En Guerrero, entre los personajes que deben ser investigados, está Carlos Ulises Acosta Viques; él sabe de la suerte de mi ex compañera, Concepción Jiménez Rendón, él supo de la detención de Fredy Radilla Silva, de Eusebio Peñaloza, de José Guadalupe Hernández, del municipio de Igualapa; ese personaje sabe demasiado.

–¿Qué se supo de Concepción Jiménez?

–Ella estuvo en prisión, yo la conocí en prisión en Acapulco, fue acusada de un delito de fraude, ajeno a la subversión de aquellos años, finalmente salió de la cárcel, yo salí después, ya como pareja nos hicimos de un terrenito en La Zapata, en Acapulco; cuando fue desaparecida tenía como 28 años.

“A mí se me empieza a hostigar nuevamente a partir del 76, comienzan a haber sucesos graves en la Costa Chica, hechos de secuestros y la muerte de un ganadero, donde resulta detenido Eloy Cisneros entre otros, pero de alguna manera nos pretenden involucrar en ese asunto. Y nos involucran en otro crimen de Obdulio Ceballos Suárez, agarran a Fredy Radilla y a muchos conocidos míos, los quieren hacer participar en ese tipo de acciones. Huyo de Guerrero porque (el gobernador Rubén ) Figueroa había puesto una especie de emplazamiento, que nos presentáramos en tres meses todos los ex presos políticos y todos los perseguidos poprque había muchas versiones, y si no nos presentábamos que íbamos a ser detenidos en cualquier lugar.

“Yo no me presenté, de hecho nos condenaba a muerte, tenía un grupo de los guerrilleros arrepentidos que eran los que le soplaban todo a su conveniencia.

“Entonces yo salgo del estado, y me detienen después en Querétaro, en 1978. Ahí tuve la gran suerte de que había un procurador de Justicia distinto a Acosta Viques, y el procurador de allá me atendió con buenos modos, a él le debo que no se me desapareciera, me permitió dar una conferencia de prensa en los separos de la Procuraduría en Querétaro, y eso permitió que la gente de Guerrero que me conocía se enterara de mi detención y empezaran a relamar mi presentación.

“De ahí me trasladan a la Dirección Federal de Seguridad, en la ciudad de México. Ahí me tiene varias semanas, con torturas bastante crueles, y al último me presentan aquí.

“Entonces cuando llego a prisión, después de que nuevamente me interroga (el jefe de la Policía Judicial, Mario Arturo) Acosta Chaparro, me interroga Acosta Viques.

“Aquí hay un pasaje que quisiera se reitere, estando yo en los separos, en la Policía, atrás de la Coca, donde estaba el trenecito ese, el ferrocarril, vendado todavía, con esposas hacia atrás, una persona me grita: ese que llegaste ¿cómo te llamas? Le digo, ¿no hay problema que te conteste?, le pregunto eso porque yo iba con el terror. Me dice: contéstame, no hay prblema. Le digo: ¿tú cómo te llamas? Me dice: me dicen El Bibis. Le pregunto nuevamente: ¿No hay problema si te contesto?. No, habla.

“Le digo: yo me llamo Octaviano Santiago Dionicio. Me dice: Yo te conozco, Octaviano, yo era de los presos que caía los sábados o los viernes, y hacía yo el aseo en la prisión y ahí te conocí, conocí a Fierro Loza, a varios. Y me dice El Bibis: Octaviano, yo ya tengo aquí como dos meses, y hebemos como 16, en los separos, a muchos los han torturado aquí, pero creo que voy a salir mañana o pasado, si quieres manda una carta, yo salgo mañana o pasado ¿Y cómo escribo? Me dice: Pásate la esposa de atrás hacia adelante, y vas a quedar con las esposas adelante, y arriba de la reja hay un pisito, y ahí hay un lapicito pequeño, agárralo y te voy a mandar un papel de estraza de reja en reja.

“Escribí, le mandé la carta a Amado Larumbe y a Arturo Gallegos, que estaban en prisión para decirles que yo ya estaba en Acapulco en prisión, porque yo estaba desaparecido, en el trenecito, en el ferrocarril, que ya era conocido.

“Termino la carta, le paso el papel a El Bibis de reja en reja, eran cuartitos chiquitos. Le digo: Bibis, aquí va la carta, espero que se la hagas llegar a Gallegos y a Larumbe. Y dice: también conozco a esos. Y me dice El Bibis: guarda ese lápiz, era así el pedacito (y señala un espacio de menos de 5 centímetros), pero qué valor le di, guarda el lápiz de dónde lo tomaste porque otro lo puede necesitar.

“A los dos días en la madrugada oí un montón de ruidos, los sacan a todos, eran como 16, y me informó un amigo mío que era policía, le decían El Alacrán, se llama Tomás Pérez, que a todos los mataron. Yo no sé si por mi carta o porque de por sí los iban a matar.

“Eese hecho yo lo denuncié a la prensa porque luego me fueron a ver cuando me presentaron, y mencioné el caso de El Bibis, fue la mamá de El Bibis y le informé lo que me dijo el policía al que le decían El Alacrán, que los mataron a todos, me dijo Tomás Pérez, el Alacrán.

“Yo no sé si los mataron por mi carta o porque ya los iban a matar, porque (el gobernador Rubén) Figueroa ordenaba la muerte del delincuente común, del opositor, de todos, querían acabar a los niños de la calle, era un terror muy grande, hasta los mismos ricos fueron asaltados muchas veces por los Tarines, nomás que los ricos se callaban.

–¿Los 16 están en las listas de los desparecidos?

–No sé, porque yo no sabía quiénes son esos 16, nomás me acuerdo de El Bibis.

Una declaración a cambio de los desaparecidos, propuso Acosta Viques

“De Concepción yo no me doy cuenta, yo estoy desaparecido. Cuando llego a la prisión me dicen que detuvieron a Concepción Jiménez, más o menos por el mes de mayo del 78, o junio.

“Y entonces comienzo yo a averiguar cómo estuvo su detención y ella era muy amiga de una persona que iba mucho al penal a comprar artesanías que hacen los presos, y entonces cuando yo caigo en prisión mi idea es tener detalles de esa captura y la mando buscar, porque después de que María Concepción desaparece, la amiga ya no va al penal. Y por medio de ella se supo que la detuvieron cerca del penal, y cuando yo quise tratar de platicar con esa persona, que era la única testigo, me cuentan que fue asesinada a puñaladas también cerca del penal (que en esa época estaba en un área céntrica de Acapulco) en Aguas Blancas, en la colonia Hogar Moderno. Entonces era la testigo que pudiera haber dado más informes sobre la detención de María Concepción, pero fue asesinada.

–¿Porqué piensas que Acosta Viques puede saber del destino de María Concepción Jiménez?

–Porque recién caído a prisión yo denuncio todo lo que sé. Señalo nombres, a los (ex guerrilleros) arrepentidos, las amenazas de Acosta Chaparro y señalo a Acosta Viques.

“Me va a ver después a prisión Acosta Viques, me saca de la celda, vamos a platicar a la cancha, me echa el brazo, y me dice: Mira, Octaviano, el gobernador está sumamente molesto por lo que dices, y toma en cuenta una cosa, aquí te puedes morir, aquí puedes salir rápido o aquí te puedes morir, si tú aceptas la muerte de Obdulio Ceballos Suárez, tú puedes salir pronto, y puede salir Concepción Jiménez Rendón y puede salir Fredy Radilla.

“Porque a mí me involucraban en un supuesto plan de Fredy Radilla en la muerte de Obdulio Ceballos. Y yo les decía: Traigan a Fredy, y sí él me señala, yo voy con la declaración de Fredy, pero preséntenlo. Para esto yo sabía que a Fredy lo habían agarrado desde hacía meses, y yo quería ver a Fredy.

“Pero Acosta Viques me fue a amenazar y me fue a ofertar que presentaba a ellos si yo me echaba la culpa de la participación en la muerte de Obulio Ceballos. Le dije que no iba a aceptar eso, y que lo iba yo a denunciar a los medios, y lo denuncié al siguiente día, le pedí a Rodrigo Huerta Pegueros que editaba el periódico Revolución, que publicara una carta. Escribí la carta con el título ‘No despierten a los leones’, y acusé a Acosta Viques de la amenaza. Por eso yo estoy convencidísimo de que Acosta Viques sabe todo”.

El procurador, en las torturas a Eloy Cisneros

El profesor universitario y dirigente perredista Eloy Cisneros Guillén fue detenido el 18 de diciembre de 1976 en Ometepec, torturado en cárceles clandestinas entre Ometepec y Acapulco durante diez días, con el fin de acusarlo de en un secuestro y de que involucrara al rector Arquímedes Morales a conocidos profesores universitarios.

En los días de desaparición y tortura, a Eloy Cisneros le fabricaron la acusación del secuestro de un ganadero de Omatepec, y en los interrogatorios ilegales del agente del Ministerio Público del fuero común, hechos bajo los más crueles tormentos, que lo dejaron al borde de la muerte y con graves problemas de salud, Acosta Viques estuvo dirigiendo la integración del expediente.

Explone en su testimonio: “El 28 de diciembre de 1976, diez días después de estar desaparecido y torturado por los policías judiciales, fui presentado como a las 11 horas ante el juez mixto de primera instancia en Ometepec.

“Fui enterado de que el procurador general de Justicia en Guerrero, Carlos Ulises Acosta Viques, en todo momento estuvo participando con el agente del MP del fuero común como su asesor y para ordenarle lo que tenía que hacer.

“Asimismo, Carlos Ulises Acosta Viques, por medio de diversos aparatos de sonido, invitó al pueblo de Ometepec para que acudieran al Zócalo a conocer a los que según él habían secuestrado a don Hermelindo. La gente acudió, pero en el momento que se enteraron que la acusación era en contra de mi persona, la ciudadanía le exigió que me dejaran en libertad, puesto que había pleno conocimiento de mi actuación como ciudadano y profesionista y ese acto político le dio un revés al demente procurador jefe de los torturadores en Guerrero”.

Una pregunta a Juan García Costilla: ¿Porqué dice que entre los responsables directos en Guerrero está Acosta Viques?

–Porque me consta, cuando a mí me detuvieron en Morelia, Michoacán, me llevaron a México, me tuvieron ahí como ocho días, posteriormente me trajeron a Acapulco y me presentaron a los 14 días con el juez.

“Cuando me tenían en México me fue a ver Acosta Chaparro a una cárcel clandestina no sé dónde fue, lo ignoro, pero estuvo Acosta Chaparro. Cuando llegué yo a Acapulco el que me llevó con el Ministerio Público fue Acosta Chaparro, y el procurador general de justicia, que era Acosta Viques.

“Y Acosta Voques me dijo, ya cuando me quitaron la venda un rato para que yo declarara en el MP: oye, de qué te quejas, si no te estamos echando ningún delito, malo que te estuviéramos echando la muerte de Kennedy, en tono de burla”. Una prueba más de la intervención directa de Acosta Viques en los delitos de la guerra sucia.

–Ustedes pudeden dar muchas evidencias sobre los responsables, ¿pero nadie de la Fiscalía Especial les ha presgunatdo?

–No, no nos han preguntado. Nosotros en la querella en la PGR dijimos muy claro, responsables: Acosta Chaparro, Quirós Hermosillo, Acosta Viques, contundente, para nosotros ellos eran los personajes que mandaban a todas las fuerzas represivas en Guerrero, ellos son los responsables, lo dijimos, y yo lo he recalcado, ellos eran el brazo ejecutor, pero la orden era una orden presidencial de Luis Echeverría y López Portillo.

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