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Iris Selene Alvarez, niña que continúa la tradición de clavadistas de La Quebrada

Xavier Rosado * La tradición de los clavadistas de la Quebrada data de 1942 cuando el joven Raúl García Bravo comenzó a tirarse de la Quebrada con un grupo de amigos como espectáculo para los turistas, principalmente extranjeros que llegaban a aquél boyante Acapulco de los años cuarentas.

Después de varias décadas de desarrollo, los clavadistas contemporáneos son parte del patrimonio turístico del puerto por lo que recae en ellos el compromiso de preservar esta tradición pasándole la estafeta de este arriesgado y vistoso deporte a las nuevas generaciones.

Es el caso de José Luis Alvarez Bello, quien de sus dos hijos, ha decidido enseñarle el oficio a su hija de nueve años, Iris Selene Alvarez Alonso, quien ya se tira de los riscos de La Quebrada, de una plancha que está a una altura de 10 metros y que le adaptó su padre.

Dice José Luis –mejor conocido en el gremio como El Cuchillo– por la forma en que corta el agua al caer, que cuando su hija cumpla unos 14 o 15 años, ya tendrá la complexión física y el entrenamiento necesarios para tirarse desde la plancha más alta, la de 30 metros de altura.

“Es cuestión de peso y de entrenamiento, porque el golpe al entrar en el agua es muy duro, hay que saber romper la superficie con los puños y tener la fuerza y el peso suficiente para no luxarse una muñeca, un codo o el hombro”, explicó el osado clavadista.

Clavadista en ciernes

Por su parte, Iris dijo que cuando su padre le preguntó que si le gustaría tirarse de La Quebrada, inmediatamente contestó que sí.

“No sé… porque me gusta ver a mi papá cómo se tira y yo quiero ser como él”, expresó la niña.

Iris es una niña que estudia en la escuela primaria Niños héroes de Chapultepec, en la colonia la Cima. Su delgado cuerpo está bronceado por el sol, tiene ojos negros, cabello largo del mismo color, despliega inteligencia en su mirada y le gusta platicar.

“Mis compañeros en la escuela me preguntan muchas cosas porque me vieron que salí en la tele, dicen que por qué me tiro, que si no me da miedo, que quién me está enseñando y otros me dicen que van a venir a verme aquí a La Quebrada”, dice con una sonrisa.

Su entrenamiento comenzó hace poco menos de un año, su padre la llevaba a la angosta entrada de agua que hay en La Quebrada para que su hija se acostumbrara al ritmo de las olas, para saber en qué momento empezar a nadar y la técnica para salir del agua.

Después de un entrenamiento constante, de visitas al lugar los fines de semana, llegó la oportunidad para que Iris hiciera su primer clavado desde una altura considerable: 10 metros.

“Mi papá se subió a las piedras y empezó a picar una y a ponerle cemento, yo le decía ‘papá que estás haciendo’ y es que me estaba haciendo una planchita para que yo me pudiera tirar”, explicó la novel clavadista.

La niña recuerda que nunca ha tenido miedo de tirarse porque su padre le da seguridad, aunque las primeras veces sentía nervios.

Ahora, en los espectáculos para los turistas su padre le ofreció una oportunidad para lucir sus avances.

Una niña temeraria

Ante el asombro de la concurrencia Iris Selene se concentra desde su plataforma, mira hacia abajo donde su padre la espera en el agua, levanta los brazos y saluda a los turistas. Entonces, Iris vuela cerca del acantilado, entra bien en el agua, un segundo después emerge y agradece a los presentes el nutrido aplauso.

Debido a su corta edad y escaso tiempo entrenando su técnica necesita depurarse, pero Iris es una niña valiente.

“No, no me da miedo, Yo veo a mi papá que lo hace desde más alto por eso no me da tanto miedo, lo único que sí me da algo de nervio es porque quiero caer bien en el agua, no puedes caer de panza o con la espalda porque te lastimas, hay que entrar de cabeza, si caigo mal voy a quedar mal con la gente por lo que pienso que tengo que caer bien. Después me tiro y ya mi papá me dice si estuvo bien el clavado”.

Sin saberlo, la niña pasa por un proceso de concentración antes de hacer su clavado, lo que la hace candidata a prepararse para ingresar a un equipo profesional, cuestión que su padre ya ha considerado.

El clavadista explicó que en sus próximas vacaciones la niña va a ingresar a unas clases en la Unidad Deportiva de Acapulco donde le van a dar técnicas de clavados y de natación.

Agregó que ahí tendrá entrenamiento en cama elástica para perfeccionar su técnica de clavados y también practicará en plataforma y trampolín de diferentes alturas.

“Me gustaría mucho que se convirtiera en una profesional, yo creo que la niña tiene muchas posibilidades de lograr algo grande cuando ya esté más preparada”, dijo José Luis Alvarez quien el 20 de febrero participará en el Campeonato Mundial de Clavados y representará a México junto con su hermano Eligio y Uriel Navarrete Vélez.

Sin embargo, Iris ya cuenta con las bases de una técnica que por décadas han seguido los clavadistas de La Quebrada.

“Ya que me voy a tirar me persigno, luego hay que flexionar el cuerpo, apretar las piernas, hacer puntas con los pies y cerrar los puños al entrar al agua”, explicó Iris Selena.

Agregó que primero hay que practicar mucho y después tirarse “porque si nada más te tiras así te puedes lastimar”.

Ya venía el tiempo para el segundo espectáculo de la tarde en el que ella y su padre participarían, por lo que había que dejar a la clavadista en ciernes que siguiera con su trabajo, pero antes comentó que esto le gusta mucho, se siente a gusto entre los clavadistas, quienes, por ser hija de El Cuchillo ya empiezan a llamarla La Navajita.

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