Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Silvestre Pacheco León

CRONICA MUNICIPALISTA

 Zihuatanejo

No es raro que la reacción contra la franqueza de las autoridades frente al problema ambiental de las bahías de Acapulco y Zihuatanejo sea de tanto desconcierto, pues a esa nueva actitud que encabeza la Profepa se suma el ambiente preelectoral que en el estado partidiza cualquier postura.

Y parece chiste pero ver en una misma actitud al gobernador del estado junto con los presidentes municipales perredistas de Acapulco y Zihuatanejo pidiendo la cabeza del delgado federal de la Profepa es para no creerse.

Si se recuerda que uno de los mayores éxitos de la lucha ecologista ha sido el reconocimiento oficial de que por años el gobierno sólo se ocupó de ocultar la verdad sobre las condiciones del medio ambiente y los recursos naturales alimentando la codicia y la voracidad de los inversionistas depredadores que operan por encima de la ley, ante la nueva actitud de los funcionarios federales pareciera que los únicos que no se sorprenden son los miembros de las organizaciones pioneras que luchaN por la ecología.

En Zihuatanejo, donde la emergencia y el vigor del movimiento ambiental por el rescate de la bahía es ejemplo a seguir, la derrota del PRI no podría explicarse sin el disgusto social contra un gobierno simulador e inepto que durante 49 años fue el principal responsable del deterioro ambiental que hoy sufrimos.

Sería larga la lista de los delitos ambientales que involucran a las autoridades locales, estatales y federales, aliadas siempre de los inversionistas inescrupulosos. Basta recordar que antes de preocuparse por la eficiencia de las plantas de tratamiento de las aguas residuales de la ciudad, los últimos 15 años su operación pasó del gobierno federal al estatal y luego al municipal hasta que su obsolescencia fue tan evidente que toda inversión para rehabilitarlas fueron pura simulación porque la solución definitiva a esa, que es la fuente principal de contaminación de la bahía, lo constituye la inversión en nuevas plantas y el rebombeo de las aguas residuales para evitar que ni una gota más vaya a contaminar el principal atractivo natural y turístico de Zihuatanejo.

Los asentamientos humanos irregulares que se han comido casi todo el cinturón verde de la ciudad es la principal obra del gobierno estatal representado por el Fibazi. Los datos más conservadores dan cuenta de que quizá el 40 por ciento de la ciudad se construyó en terrenos vendidos por el fideicomiso sin cumplir con su obligación de urbanizarlos. De ahí que sea el gobierno del estado el responsable directo de la contaminación de la bahía por la defecación al aire libre que realizan miles de habitantes, los que también utilizan las barrancas y la periferia de la ciudad como sus basureros que luego las lluvias arrastran a la bahía.

Los asentamientos irregulares agregan también a la bahía miles de toneladas de desechos sólidos producto de la erosión del suelo causada por el retaje de los lotes donde se edifican las viviendas y también de la destrucción de la capa vegetal.

El gobierno, o los gobiernos municipales, han sido los responsables no sólo de la contaminación provocada por los deficientes servicios públicos, sino por el otorgamiento de licencias ilegales para la construcción de megaproyectos que lo principal que aportan a la ciudad es mayor depredación del medio ambiente. Ese es el caso de Puerto Mío y el espigón de piedra que construye desde hace 10 años con la intención de privatizar una buena parte de la bahía.

Eso por no mencionar otros casos en los que impúdicamente las autoridades municipales violaron flagrantemente la ley como en la construcción de la zona de tolerancia, la destrucción de parte de la zona arbolada de la avenida La Boquita, la del manglar de La Ropa bajo el pretexto de construir un puente vehicular atravesando el estero y en la construcción del estacionamiento público y la ampliación de la vialidad en aquella zona.

Y si de hacer señalamientos se trata, el gobierno federal no se queda atrás en irresponsabilidad, pues con tal de no entrar en contradicción con su par estatal, ignoraron siempre atender el problema de la destrucción de la selva tropical en el anfiteatro de la ciudad administrada por el Fibazi. El problema del espigón de Puerto Mío que modificó las corrientes marinas, enzolvó y enturbió una parte importante de la bahía y desapareció la playa del Almacén.

Su sordera y falta de acción ante demandas por la destrucción de la arboleda del limón, y de los bosques de la cuenca del río Ixtapa, su falta de vigilancia en el uso de la zona federal que sigue siendo un desastre.

Y sin dejar de mencionar su lentitud para ejecutar el Programa de Rescate Integral de la Bahía que se elaboró en conjunto con SOS Bahía, (Movimiento para el Rescate y la Preservación de la Bahía de Zihuatanejo).

Si el apoyo mayoritario de las organizaciones y de los ciudadanos fue a favor del partido que presentó y asumió como suyos los problemas ambientales con el compromiso de resolverlos, resulta inexplicable que ahora haya quienes pretendan volver a la misma actitud que antes denunciaron, pretendiendo ocultar la gravedad de la contaminación que padece la bahía bajo el argumento de que eso no es culpa del actual ayuntamiento.

Es verdad que, en general, los funcionarios públicos están muy por debajo de las expectativas sociales y de los problemas que les corresponde resolver, pero sería imperdonable que hubiera voces de ambientalistas de Zihuatanejo unidos al coro del gobierno estatal que pidió la cabeza del delegado de la Profepa porque afirma públicamente lo que todo mundo sabe.

Estuvo bien pedir la cabeza del delegado Inocente León Pineda por inepto, por frívolo y cómplice de delitos ambientales y hasta por el maltrato que da a sus subalternos, pero no, de ninguna manera, por hacer declaraciones sobre la grave contaminación de la bahía.

Que la postura del gobernador sea secundada por grupos de su partido y por aquellos beneficiarios directos del turismo, quienes jamás han hecho nada por cuidar y mantener limpia su fuente de riqueza, se entiende, pero que haya ecologistas heredando la cultura del PRI en la idea de que no debe divulgarse la gravedad de la contaminación, es inadmisible.

Por otro lado, es bueno saber que el gobernador se baña con frecuencia en la bahía de Acapulco corriendo el riesgo de infectarse, pero no olvidemos que lo más inteligente es combatir las fuentes de contaminación que ponen todos los días en riesgo la principal actividad económica del estado.

Si bien es cierto que el modelo de explotación de los recursos naturales y turísticos produce y reproduce pobreza y desigualdad, también lo es que sin el concurso de todos no habrá solución duradera a la crisis ambiental y las consecuencias nos afectarán a todos por igual. En medio del estruendo de las declaraciones ¿alguien está haciendo algo eficaz contra la contaminación?

468 ad