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Una calumnia, los señalamientos de la UIRA, dice la directora de Grupos Étnicos

 

Argenis Salmerón

La directora de Atención a Grupos Étnicos, Magdalena Valtierra García, dijo que el movimiento de la Unión de Indígenas Radicados en Acapulco (UIRA) tiene “fines políticos” porque dio un giro radical en sus peticiones.
Consultada en el Palacio Municipal, la funcionaria explicó que los dirigentes de la UIRA en sus primeras protestas manifestaron su inconformidad por los dos aviadores en la dependencia y por la falta de apoyo, pero posteriormente pidieron su destitución.
Manifestó que los integrantes de la UIRA ya fueron atendidos por funcionarios de Ayuntamiento y por el alcalde Luis Walton Aburto, “quienes les dijeron que ya hubo investigaciones de las anomalías que sostienen ellos, pero no encontraron pruebas”.
Valtierra García consideró una calumnia los señalamientos de los dirigentes de la UIRA, porque no presentan las pruebas de las irregularidades.
Dijo que desde que los inconformes tomaron las instalaciones hay un retraso del 60 por ciento de las peticiones del sector como instalación de alumbrado público, reducción de los recibos de CAPAMA, espacios en la vía pública y trabajos de maquinaria pesada.
Detalló que actualmente resuelven de seis a 10 peticiones en la Secretaría de Desarrollo Social municipal, “los demás compañeros están molestos por la actitud de los integrantes de la UIRA, ellos quieren abrir las oficinas a fuerza pero yo les dijo que primero está el diálogo”.
“Entonces, ahorita los compañeros le dieron otro giro a sus peticiones, ya son fines políticos porque la personas que empezaron el movimiento ya se retiraron, ahora una familia pretende quitarme del puesto de directora”, señaló.
Magdalena Valtierra dijo que el movimiento lo empezó un gestor social del poblado Navidad de Llano Largo, quien no dio su nombre, y los integrantes de la UIRA, pero “el gestor social retiró a sus personas porque los integrantes de la UIRA tienen intereses propios y no beneficios para la comunidad indígena”.
Al comentarle que los inconformes se quejaron porque no hubo una disculpa pública a la indígena Martha de la Cruz Isabel, debido a que no los convocaron a ellos y que no le dieron el dinero que le correspondía, respondió que “yo no sé la cantidad que le hayan dado, yo no manejo dinero”.
Valtierra García recalcó que el movimiento “tiene otro giro, tiene fines políticos, es decir hay alguien detrás de ellos que los está solventado con sus gastos, porque para hacer un movimiento necesitan dinero”.
Exhortó a los integrantes de la UIRA a liberar las oficinas porque son afectados más 50 mil indígenas que han pedido apoyo.
El 23 de julio, los indígenas tomaron la Dirección de Atención a Grupos Étnicos para denunciar falta de apoyo al sector y desvío de recursos económicos por parte de la directora Magdalena Valtierra García, y en cuatro ocasiones, en un mes, marcharon para exigir la destitución de la funcionaria.

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