Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Jaime Castrejón Diez

Un nuevo ciclo electoral

Cuando se hacen las cosas bien pero fuera de tiempo, ya no resultan buenas. Hay que recordar que hay una diferencia entre la imagen, lo que se proyecta y el imago, lo que es la realidad. En estos tiempos en los que se lucha tanto por la imagen, hay que recordar esta diferencia y sobre todo que la imagen sin imago resulta en un vacío.

En los hechos recientes vimos un asunto legal o comercial tomar dimensiones políticas sin necesidad, es decir, un problema de empresas convertido en un problema de Estado. Cuando un gobierno que valora su imagen se ve en medio de un problema entre medios, mostrar parcialidad, aun cuando no tuvieran participación, dio la apariciencia de que volvíamos a la época del juego de intereses.

Hay que reconocer que ha habido una mayor libertad en los medios, sobre todo los escritos, que estos se han vuelto más críticos y en ocasiones hasta hostiles. Pero si el cambio significa una mayor transparencia en las acciones de los gobernantes, esta actitud crítica es en verdad natural. Hay que reconocer que esto puede ser incómodo o hasta irritante, pero       las molestias van con el territorio.

El sonado caso del Canal 40 y TV Azteca, estaba marcado con luces rojas desde el principio. En parte por las preferencias de los gobiernos por los medios televisivos y la pugna entre las dos empresas gigantescas que luchan por la primacía, le daba un tono de gran guerra a todo el proceso. Ese sólo hecho debía hacer que los actores políticos se mantuvieran al margen. Cualquier posibilidad iba a tener una repercusión política, ante el inicio de un periodo electoral.

El proceso electoral del año 2003 es importante porque se trata del control de la Cámara de Diputados y las encuestas realizadas a fin de año mostraban una ligera ganancia del PAN, una ligera pérdida del PRI y el PRD se mantenía como tercera fuerza, con cerca del 13 por ciento de la intención del voto popular. Hay quienes creen que la debilidad mostrada en los últimos tiempos por el gobierno federal garantiza el regreso de la fuerza del PRI. Esto es realmente injustificado porque si es cierto que el gobierno del cambio no se ha afianzado, también es cierto que el desprestigio del priísmo caciquil no se ha disipado.

También hay que ver el otro lado; el Partido Acción Nacional tiene ligera ventaja, pero uno se pregunta si la tiene como partido o como gobierno; en realidad son dos partidos diferentes, uno en el gobierno y el otro que controla el aparato partidista. En cuanto al PRD se ve un estancamiento muy claro fuera de la fuerza que tiene en la capital y donde le pueden redituar las políticas paternalistas o clientelistas que se ha seguido por parte del gobierno del Distrito Federal. Los partidos chicos, difícilmente remontarán el porcentaje necesario para obtener por sí mismos la ratificación del registro, aún cuando las coaliciones pueden obtener los resultados que desean.

La pregunta que todos nos hacemos es si en realidad alguien va a obtener el voto necesario para controlar el Congreso. Lo más probable es que vuelva a haber un Congreso dividido, porque tanto los partidos políticos van a tener problemas internos en la selección de los candidatos y se van a ver facciones y tribus que dañan los resultados. Puede que alguien sea puente en el caso del PRI, entre la vieja guardia y la supuesta nueva que no acaba de vislumbrarse claramente en el panorama. En el caso del PAN, la nueva ola de panistas o de foxistas estarán buscando también atraer el voto popular para ganar las curules. Y yo me pregunto en base a qué ¿a su partido o a la actuación del gobierno foxista?

Muchos creen que la elección puede ser una repetición de la del año 2000. La realidad de entonces ya no existe ahora, normalmente lo que ya sucedió, quedó atrás, no se puede reconstruir. La memoria varía según los individuos y también los hechos no tienen la misma importancia para todos.

Una reflexión que se hace todo mundo es que al pasado se lo come el futuro. ¿qué tanto duran los recuerdos? ¿El recuerdo del año 2000 será suficiente para alterar las proporciones de representación en la Cámara de Diputados? También tiene uno que recordar las estadísticas electorales, que muestran que la elección intermedia tiene un 20 por ciento menos de votantes. ¿A quién o a qué partido afectará esta reducción de la base electoral? Es importante porque muchos de los votos nuevos que se dieron en la elección presidencial probablemente se abstenga en la elección intermedia.

468 ad