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Sepultan dos migrantes a mediodía; llegan por la tarde los dos restantes

* Vivieron en el mismo pueblo, murieron en el mismo accidente, reposarán en el mismo panteón

Alfredo Mondragón * A casi un mes de haber partido de su pueblo natal hacia Estados Unidos, en busca de una vida mejor, Guillermo Paredes Villanueva y Héctor Alfonso Crisanto Sánchez, migrantes acapulqueños muertos en un accidente de carretera en Iowa –en el que nueve mexicanos perdieron la vida–, ayer a mediodía fueron sepultados en el panteón municipal de Lomas de San Juan.

Por otra parte, los cuerpos del matrimonio Lucio Bautista Tadeo, de 32 años, y Patricia Dircio Dorantes, de 31, del mismo poblado y muertos en el mismo accidente, llegaron al aeropuerto internacional de Acapulco a las 5:30 de la tarde, en el vuelo 523 de Mexicana de Aviación, y serán sepultados este miércoles en el mismo panteón.

Durante el velorio y cortejo fúnebre, al que asistieron unos 250 habitantes, los compañeros de escuela de Alfonso Crisanto, de la telesecundaria José Francisco Ruiz Massieu, vistieron las playeras de su generación, la 1997-2000, cuyo logotipo es uno de los personajes Simpson vestido de cholo, y cinco lomas, con la leyenda Lomas 29, en la cual viene su nombre, en señal de luto.

Los cuatro migrantes acapulqueños muertos el 2 de enero en Iowa, Estados Unidos, al igual que otros cinco mexicanos, cuando se dirigían a Chicago, y cuya ilusión era construir casas de material para sus padres, regresaron a su pueblo natal tras varios días de trámites de traslado y sanitarios, cuyos gastos absorbieron los gobiernos federal, estatal y municipal.

Las tumbas de Guillermo Paredes Villanueva, de 21 años, y Héctor Alfonso Crisanto Sánchez, de 18, quienes partieron juntos el 27 de diciembre con Lucio Bautista Tadeo y Patricia Dircio Dorantes, fueron cubiertas de claveles, crisantemos y dos ramos de rosas por sus familiares y amigos.

En la parcela de dos metros cuadrados, que sirvió de tumba para Héctor Alfonso, su compañero de estudios, Alejandro Jiménez Rosales, sobre la tierra, en una simple plancha de cemento, con una rama escribió: “Barrio 29, recuerdo del Poncho, tus amigos”.

En su discurso, el director de la telesecundaria, Sergio Salas Adame, recordó a ambos jóvenes como personas ejemplares, estudiosas, deportistas, que perdieron la vida al buscar una mejor vida económica en Estados Unidos.

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