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De promotores de paseos en yate a vendedores de chácharas en épocas de austeridad

Xavier Rosado * Su figura es inconfundible, pantalones color beige camisa y zapatos impecablemente blancos y en su cabeza una gorra de capitán de barco.

Se encuentran ubicados en los principales cruceros viales del puerto esperando avizorar a un vehículo con placas del Distrito Federal u otra ciudad del país.

Los promotores turísticos son figuras cotidianas del puerto que ofrecen a los turistas desde una vuelta a la bahía hasta la posibilidad de ver a la Virgen de los mares para obtener parte de lo que será su ganancia del día.

Uno de ellos, quien solicitó que no se publicara su nombre, desde hace 40 años vende boletos para los paseos en yates y otras atracciones en embarcaciones del puerto.

Su día comienza a las nueve de la mañana, cuando empiezan a salir los turistas a la calle; los clientes más atractivos para él son los que traen automóvil, pues determina un cierto estatus económico.

“Cuando traen carro los turistas significa que vienen en familia, por lo que, si los trabajo bien, tengo asegurada la venta de por lo menos cinco boletos en un ratito”, aseveró.

Cinco boletos significan una comisión de 200 pesos; cuando es temporada alta, podrá ganar hasta mil pesos en un día, pero no siempre es así.

No todo el año es negocio ser boletero para los yates. Algunos promotores tienen otros trabajos para las temporadas bajas, ocupaciones no permanentes como meseros o vendedores de baratijas.

“En temporada de vacaciones como Semana Santa o diciembre, podemos ganar desde 40 hasta mil pesos diarios, sin embargo, este dinero hay que administrarlo porque en total del año, son como cuatro meses buenos en los que uno saca suficiente para vivir y el resto que hay que dedicarse a otra cosa, o batallar mucho para sacar unos 40 pesos diarios”, explicó el promotor turístico.

Comentó que la ventaja que obtiene el turista al comprar boletos con los promotores en la calle es que así podrá planificar su día de acuerdo al horario de salida de los yates, tendrá una atención personalizada en la que se les explica a detalle todos los servicios a los que tiene derecho.

La ganancia que los promotores obtienen es una comisión sobre el costo de los boletos. Por ejemplo, si el boleto cuesta 180 pesos, ellos obtienen un adelanto de 40 pesos por parte del cliente quien tendrá que pagar el resto al llegar a la embarcación.

No se necesita ninguna preparación o estudios para ser promotor, simplemente se ponen de acuerdo con la empresa y ahí les proporcionan el material proporcional y los blocks de boletos para vender, aunque algunas de ellas los rechazan como trabajadores.

“Para las empresas es preferible hacer la venta directa ya que así ellos conservan lo que nos toca a nosotros de comisión, sin embargo, ellos no hacen bien su trabajo porque siempre nos necesitan a nosotros para promoverse, además de que tienen mucha competencia”, dijo el promotor.

Mencionó que una de estas empresas, Yates Fiesta & Bonanza, les da los boletos a los promotores, porque el sindicato los obliga , pero ellos preferirían no tener tratos con nosotros porque les quitan parte de la ganancia que podrían tener con una venta directa.

Sin embargo, existe un organismo regulador de promotores ambulantes, el Sindicato de Agentes de Reservaciones para Yates y Similares al que pertenecen 88 agentes de Acapulco y que certifica la autenticidad de su labor como promotores.

“Nosotros trabajamos independientemente; estamos sindicalizados porque de alguna manera tenemos que agruparnos para contar con beneficios ya que las empresas que promovemos no nos contratan, ni recibimos un centavo de ellas”, dijo el promotor.

Los agentes promueven todas las actividades que tengan que ver con embarcaciones en el puerto. La calidad de los servicios y la extensión del recorrido depende de lo que el cliente pague por boleto, el más económico es de 60 pesos pero hay hasta de 350 pesos que incluyen cena con parrillada de carnes y mariscos y barra libre nacional.

La publicidad que distribuye Fiesta y Bonanza ofrece música viva, buffet, barra libre nacional y otros atractivos, sin embargo, algunas de las personas que bajaron del recorrido de la mañana, se mostraron inconformes con el servicio que recibieron en el yate Bonanza.

El promotor comentó que debido a la baja calidad en el servicio que dan en los yates, continuamente tienen problemas con los clientes porque regresan y les reclaman a ellos, sin saber que es en la empresa donde tienen que quejarse.

A las cinco de la tarde, el agente regresa a su casa en el barrio Petaquillas, este día se llevó 480 pesos de ganancia a su casa “pero hay que administrarlos porque mañana quién sabe cómo nos vaya a ir”, finalizó.

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