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Ponen las aulas temporales en una colonia de Acapulco en un terreno inadecuado, acusan

 
*Las 13 carpas para albergar a 385 niños de una primaria en la colonia Alborada, cerca de Llano Largo, no cuentan con baños ni con una barda

Karina Contreras

Los alumnos de la primaria rural Alfonso García Robles, ubicada en la colonia La Alborada cerca del poblado de Llano Largo en Acapulco, tendrán que tomar clases en carpas colocadas en un terreno lodoso y lleno de yerbas alrededor de éste, pues su escuela será destruida para construir una nueva, luego de que fue severamente dañada por las lluvias de septiembre pasado por la tormenta Manuel.
En una visita, se pudo observar que 13 carpas ya están colocadas en el predio para albergar a 385 niños, aunque no cuenta ni con baños ni con una barda para dar seguridad a los estudiantes, y los padres están pidiendo a las autoridades que les den las mínimas condiciones de protección a sus hijos, pues los niños se van “a asar en esas carpas, porque hace mucho calor” y una de ellos dijo que al menos les pongan un paramédico, por si un niño se desmaya.
La señora Ana Gabino dijo que están pidiendo que el predio sea rodeado por una malla, para protección de los niños, sobre todo los de primer año, pues al lado del terreno están las calles; que se ponga energía eléctrica para poner ventiladores, porque el calor no lo van a soportar los niños en esas carpas y se van a sofocar. Añadió que pidieron a la empresa que se va hacer cargo de la reconstrucción de la escuela, que haga unos baños, pero “hasta el momento no hay eco a la petición de medidas mínimas de seguridad”.
Las carpas fueron colocadas en un predio cerca de donde se forma un canal de agua, se pudo ver en el interior de éstas que el piso es de lodo y en otras hay yerbas. Además se pudo sentir que el calor es insoportable si se permanece unos minutos dentro y por eso los padres insisten en que tiene que poner luz para instalar ventiladores.
Los padres reconocieron que en época de lluvias no se va a poder trabajar, y sugirieron a la compañía construir por partes, para que las carpas fueran colocadas en el interior de la escuela, pero no les hicieron caso.
Otro padre de familia dijo que faltan butacas, pues varias fueron dañadas por las lluvias del año pasado, donde la escuela quedó bajo un metro y medio de agua, pues la colonia La Alborada fue de las más afectadas por la inundación.
Comentó la señora Saída que a los padres de los niños del primer grado C se les pidió una silla y se consiguieron mesas, porque no hay butacas y ni el estado ni el municipio los han apoyado. Recordó que antes, todos los niños tenían un salón y ahora no, porque se dañaron con la tormenta.
Sobre el tema, la vocal del comité de padres de familia de la escuela Alfonso García, Leonila Moreno Berrum, reconoció que hay muchas carencias en la escuela, como es la falta de butacas, donde hay un grupo con 40 alumnos y no tienen mobiliario; también con las lluvias se dañaron los pizarrones, a los maestros se les descompusieron las computadoras, se perdió mucho material didáctico, ventiladores y la instalación eléctrica quedó muy dañada, por lo que están en espera del apoyo del gobierno estatal.
Moreno Berrum agregó que la escuela fue severamente dañada por las lluvias, porque se inundó metro y medio, por eso buscaron el apoyo del gobierno federal y luego de varias gestiones se autorizó la reconstrucción del plantel, para lo cual tendrán que tomar clases los niños en aulas móviles, es decir, en trece carpas, donde tres serán de primero y cada grado tendrá dos aulas. Indicó que les dijeron que la obra iba a empezar en enero, pero todavía no se ha podido.
Sobre si pidieron cooperación, dijo que fue un acuerdo de 100 pesos para pagar algunos gastos.
El jardín de niños de la colonia La Alborada, llamado Tlacaelel, también tiene problemas de butacas y faltan 30 sillas, pues ahí se atiende a 110 niños. El jardín también resultó inundado con las lluvias de septiembre, pero comentaron unos padres de familia que apenas tiene cinco años de construcción y su infraestructura no se dañó.

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