Recauda Grupo Gavih 50 mil pesos con el debut musical de Félix Salgado Macedonio

 Xavier Rosado * El debut de Félix Salgado Macedonio como cantante grupero en el Salón Q logró llenar el local con una afluencia de políticos, empresarios y seguidores perredistas que corearon con el diputado las canciones arrabaleras que integran su repertorio, gritaron vivas al personaje y de paso, colaboraron con sus 100 pesos de entrada a la causa promovida por el Grupo Amigos con vih (Gavih).

El Grupo Gavih recaudó con este concierto alrededor de 50 mil pesos, según datos otorgados por la presidenta de la asociación civil, Rosa María Paloalto.

También se presentaron en la llamada Catedral de la salsa Javier Carranza, El Costeño y la cantante Sabina Montero con el grupo norteño La fe del norte, quien por cierto es hermana de la también vocalista grupera, Ana Bárbara.

Félix Salgado Macedonio fue el encargado de conjuntar dicho elenco musical que se presentó en el Salón Q gratuitamente. La discoteca también donó sus instalaciones para la presentación de este festival musical a beneficio del albergue Villa Sarita, que opera precisamente con 50 mil pesos mensuales.

Confundiendo el concierto con un mítin político, la audiencia, en su mayoría miembros del Partido de la Revolución Democrática, sorprendieron a una minoría de turistas que evidenciaban su estatus por lo requemado de su piel, con gritos como ¡Viva Félix Salgado Macedonio! y ¡Arriba Guerrero! cuando el maestro de ceremonias anunció la presentación estelar del diputado federal y su conjunto.

También Félix combinó su actuación con la política e hizo entre canciones lo que llamó “una denuncia pública” para llamar al gobierno federal a ampliar los recursos destinados a la prevención del vih/sida.

El espectáculo de Félix y Los Guerreros comenzó a las 22:25 horas con Nos estorbó la ropa acompañado de seis músicos, entre ellos un acordeonista, todos vestidos de camuflaje verde y boina roja, “cualquier parecido con Hugo Chávez (el presidente de Venezuela) es mera coincidencia”, bromeó el polifacético vocalista.

Al concluir la interpretación de Déjenme llorar, una güerita que estaba sentada en la primera fila con la chef Susana Palazuelos, le llevó una rosa y aprovechó para darle un beso en la mejilla a Félix, quien exclamó con una franca sonrisa “ya se me olvidaron las canciones”.

Félix sacó a relucir durante su presentación, el apego que siente por las mujeres y se aventó frases como “El sexo fuerte es el de la mujer” y “Si ellas nos dieron la vida, pues ellas que nos la quiten”.

También interpretó el éxito de Martín Urrieta Urge, que obtuvo aplausos de la audiencia al escuchar la voz de Félix, por ahí se escuchó una mujer que le gritó, “¡Félix, quítate la camisa!”.

Y si bien es cierto que el excandidato a la gubernatura de Guerrero no cuenta con una voz privilegiada, es entonado y aunque aún le faltan muchas tablas para dar un espectáculo, tiene identificación con la gente, por los años que lleva dando discursos detrás de un micrófono en múltiples foros y por su carácter bromista y retador.

Este hecho él mismo lo acepta e incluso bromeó al respecto antes de cantar la canción que da nombre a su recientemente lanzado disco Al corazón le vale, dijo “¿Ya saben que me dicen el cantante del cambio? Porque cuando me escuchan en la radio le cambian”.

Después vino la canción que Félix calificó como “un himno a las mujeres” Mujeres divinas en la que invitó a América del Río a recitar, durante el puente musical, Soy mujer de su autoría.

Con esta canción se despidió Félix del escenario y para aprovechar la presencia del grupo Los Guerreros, llamó a la cantante Raquel Puerto a que entonara dos melodías antes de la presentación del esperado show de El Costeño.

El programa fue variado gracias a la gerencia del Salón Q, que también contribuyó con varios números musicales a la causa de Grupo Gavih.

Por fin, pasadas las 23 horas, apareció en el escenario Javier Carranza mejor conocido como Mariano El Costeño con parte del espectáculo que ya todos los acapulqueños conocen, pero con un toque de cabaret, debido a que en centros nocturnos, el comediante está en libertad de aderezar su rutina con palabras altisonantes, albures y referencias sexuales.

Los chistes del Costeño fueron celebrados por toda la audiencia, incluyendo al alcalde Alberto López Rosas y Félix Salgado Macedonio de quienes hizo varios chistes a sus costillas, uno de ellos fue: “Me acuerdo cuando Félix me llevó a la Cámara de Diputados en su moto esa nueva que trae y desde que entramos empecé a oir ¡perro, maldito, vendepatrias, corrupto! y que le pregunto a Félix ‘brother, ¿se están peleando? y me dice: ‘N’hombre, están pasando lista’!”.

En otro, hizo referencia al presidente municipal porteño cuando dijo: “Yo vivo en Mozimba, pero ya no cabemos dos líderes en la misma colonia”.

El Costeño, vestido con su característico pantalón corto de mezclilla, huaraches, camiseta recortada con barbitas, el sombrero de paja con una iguana de plástico y su enorme langosta de peluche colgando del hombro, durante más de una hora divirtió a la audiencia, que celebró sus chistes y ocurrencias con sonoras carcajadas y hasta interactuó con añadiduras a los chistes y recordándole palabras del vocabulario de la costa.

En su show rescata mucho de los vocablos populares de la costa y la cultura guerrerenses, aunque en algunas ocasiones raya en lo vulgar y hace burla de las mujeres, encarnadas en su personaje Enedina, su supuesta esposa.

También se presentó la cantante Sabina Montero, hermana de la también vocalista del género grupero, Ana Bárbara, quien interpretó canciones de su álbum debut Comienza a amanecer.

Su espectáculo se compuso especialmente de canciones ya consagradas como Amanecí entre tus brazos de José Alfredo Jiménez, No volveré, Acá entre nos y Tatuajes, de Marco Antonio Solís.

En mesa de pista estuvo presente el alcalde de Acapulco, Alberto López Rosas en compañía de su esposa María Eugenia Díaz y sus tres hijas, María Eugenia, Erika y Karina. También estuvieron entre la audiencia la diputada local y coordinadora de la Fracción del PRD, Adela Román Ocampo, el regidor por el PRD, Rubén Padilla Fierros y el empresario Eduardo Wichtendahl Palazuelos.