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Denuncian la venta de drogas en el reclusorio

En el reclusorio de Acapulco sigue la distribución de drogas entre los presos, aún con la nueva dirección, de Daniel Bravo Mota, dijeron internos, y afirmaron que las autoridades carcelarias, antes y después del cambio de dirección, permiten el negocio de un grupo de presos a quienes llaman “los tiradores”.

Los denunciantes, que pidieron el anonimato por temor a represalias, señalaron que los últimos días del año 2002 murió el preso Fidencio Vicente Mendoza, homosexual, a quien llamaban La Sarita. Oficialmente se dijo que la causa del deceso fue el sida, pero se sabe que en realidad murió a consecuencia del consumo de heroína.

Cada vez que termina un horario de visitas, los sábados, domingos y miércoles, a partir de las 2 de la tarde, se forman en el patio del reclusorio filas de presos para comprar drogas con dinero que dejan sus familiares. Una dosis de heroína, llamada chiva, cuesta 10 pesos; una dosis de cocaína, que pesa un cuarto de gramo, se vende en 20 pesos y una piedra de crack cuesta 10 pesos; también se vende mariguana.

Los presos dijeron que hacen la denuncia porque les da tristeza ver a otros reclusos deteriorados por las drogas, muchos de ellos se ven “flacos, muriéndose”, y a muchos les da por las mañanas un síntoma característico de la drogadicción que se manifiesta con un temblor incontrolable en todo el cuerpo.

Piden que las autoridades responsables investiguen la venta de drogas, y que se traslade a los vendedores a otro reclusorio.

Afirmaron que los vendedores de drogas están protegidos por las autoridades del penal, antes por Torres Quiroz y ahora por Bravo Mota, y que es evidente que tienen privilegios, como la posibilidad de que sus familias entren todos los días y no sólo cuando es día de visita, y en cualquier horario.

En cambio, dijeron, a los presos que no son de ese grupo los tratan mal, los castigan por cualquier motivo, por ejemplo si no pasan lista o si les encuentran droga en la bolsa.

Señalaron que a raíz de la reciente fuga de 14 presos, los familiares de los internos sufren malos tratos, los regañan, los dejan horas esperando bajo el sol caliente y les ponen muchos requisitos para entrar a visita.

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