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Rescata Monterrey agónico empate 1-1 contra Santos en la final de ida

Staff / Agencia Reforma

Monterrey

En la compensación de la Final de ida del Clausura 2012, Santos le dio vida al Monterrey.
Un penal acertado por Humberto Suazo al 94’, tras una falta que Felipe Baloy cometió 3 minutos antes, le dio a los Rayados el empate 1-1 ayer en el estadio Tecnológico.
A nada se quedaron los Guerreros de dar un golpe de autoridad en la Sultana del Norte, donde pusieron en apuros al Monterrey, sobre todo por ese golazo de Oribe Peralta, quien al 69’ le otorgó a los albiverdes la ventaja en el marcador y la confianza para quitarle a Víctor Manuel Vucetich la etiqueta de Rey Midas.
Y cómo no pensar en esa proeza si Vuce siempre había ganado como local en las anteriores cinco finales de liga, pero el equipo regio no está muerto.
Mucho mérito tuvo Santos con su orden defensivo, al saber congestionar las vías para el tránsito de Rayados, al impedir la mayor de las veces que El Chupete tuviera comodidad en los remates o que llegaran balones por aire a la zona de Aldo de Nigris.
El inicio avasallante de los locales fue contenido por Oswaldo Sánchez, con un par de atajadas a César Delgado. Después, fueron los visitantes los que acapararon el balón, los que en los momentos de mayor apremio respondieron con opciones de gol como el mano a mano que Oribe falló al 15’.
Por supuesto que no faltó el detalle arbitral. Sensibles por las fallas arbitrales en su contra en las últimas finales, los Guerreros reclamaron al 30’ la acción en la que Mauricio Morales invalidó el gol de Felipe Baloy, quien empujó dentro del área a Jesús Zavala en la ejecución de un tiro de esquina.
Mientras Oswaldo enfrió el intento de Luis Pérez y Humberto Suazo voló el balón en 3 disparos, los Santos avisaron al 57’ con un disparo que Daniel Ludueña estrelló en el poste derecho de Jonathan Orozco.
Fue al 69 cuando Marc Crosas envió un trazo largo desde el primer cuarto de cancha que Oribe Peralta controló fuera del área, pese a la marca de José María Basanta, antes de bombear el esférico y sorprender al guardameta de Rayados.
Pero una desconcentración de Baloy ya cuando los laguneros pensaban en regresar con la ventaja arruinó todo el plan del visitante y le otorgó la revancha a Suazo, quien no falló en el momento determinante, mientras los Guerreros se desvivían en reclamos hacia el silbante.
Y los albiverdes, que jamás han perdido un título de Liga cuando cierran la final en Torreón, se llevaron a casa un buen resultado, aunque estuvieron a 3 minutos de regresar con oro molido.

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