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Acuden a clases sin uniformes ni útiles los niños refugiados en la capital por la violencia

 

*Denuncian los pobladores de Santa María Sur y El Barroso que están enfermos de gripa y tos por las condiciones en las que viven. No han sido inscritos los menores en edad preescolar ni los que deberían estar en bachillerato, pese a la promesa de funcionarios del DIF

Jacob Morales Antonio Chilpancingo Treinta y dos niños y jóvenes desplazados por la violencia del municipio de San Miguel Totolapan, refugiados desde hace tres meses en Chilpancingo, sin uniformes ni útiles escolares, pidieron ayuda a la población ante la desatención del gobierno del estado. Los pobladores de Santa María Sur y El Barroso, quienes pidieron no publicar sus nombres porque en reuniones con funcionarios del gobierno del estado les han advertido que no lleven periodistas al albergue “por su bien”, denunciaron que están enfermos de gripa y tos. Los 140 refugiados en el salón de fiestas Calypso no tienen médico que los atienda y el único integrante del personal de Protección Civil, quien dijo que es sobrino del gobernador, que cuidaba el alberge ayer estaba alcoholizado y obstruyó el trabajo de la fotógrafa y la sacó de las instalaciones. Ubicado en el barrio de Tequicorral, el refugio da cobijo a 33 familias, de las que sólo 17 tienen un pequeño cuarto de 2 metros cuadrados construido con madera; otros han instalado casas de campaña. De los 32 niños y jóvenes que están en edad de asistir a la escuela, tres que necesitan ir a un jardín de niños, no han sido inscritos; y cuatro jóvenes que terminaron la secundaria no asisten al bachillerato porque funcionarios del DIF, quienes atienden el albergue, les han prometido inscribirlos en el Colegio de Bachilleres y el Conalep, pero a dos semanas de haber comenzado el ciclo escolar no lo han hecho, señalaron los refugiados. Del total, 16 fueron inscritos en la primaria Anáhuac que se encuentra a unos 500 metros del albergue, nueve fueron inscritos en la secundaria Raymundo Abarca Alarcón, pero ninguno tiene uniforme ni útiles escolares, indicaron sus padres. Las familias temen que el martes los niños no sean admitidos en la primaria y secundaria porque los maestros les han indicado que de no llevar el uniforme no los dejarán entrar a clase. Una de las madres dijo que en la escuela Anáhuac les pidieron el uniforme oficial de la primaria, el uniforme gratuito que da el gobierno del estado y el de educación física. Mientras que en la secundaria les pidieron el oficial y el deportivo, mismos que no han comprado por falta de dinero. Una mujer de unos 46 años dijo que aparte tienen que comprar zapatos, tenis, calcetas, libretas, lapiceros y todo el material escolar que les piden. En la secundaria los estudiantes desplazados pagaron 100 pesos de cooperación para la inscripción y en la primaria fue de 30 pesos. De las condiciones de salud, los propios refugiados señalaron que de los 140 que conviven ahí, todos se han enfermado de gripa y tos, porque durante el día los rayos del sol calientan el techo de lámina de asbesto y durante la noche no soportan el frío. A pesar de recurrir a consultorios médicos de farmacias de genéricos, no pueden adquirir los antibióticos recetados y el medicamento que hay en el albergue no les es de utilidad. En el refugio hay un anciano enfermo de los riñones con diálisis, y otro en una silla de ruedas, además vive una mujer que tiene unos 15 días de haber parido. Desde el 5 de junio, 250 personas huyeron de la violencia y la amenaza de los grupos delincuenciales que se disputan la región de la Tierra Caliente, que a principios de junio les dieron un ultimátum de cinco días para que abandonaran los pueblos o entrarían a matarlos.

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