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Mantienen vivo en Zitlala el ritual con el que celebran sus tradicionales bodas

*La entrega de una ofrenda o huentli da inicio a los bailes, música de viento, recorridos por las calles del pueblo e ingesta de mezcal

Los pobladores de Zitlala mantienen viva una emotiva y singular celebración de las bodas.
Un día antes del casamiento, las mujeres familiares del novio acuden a la casa de los padrinos de velación a dejar la ofrenda conocida como huentli, con guajolotes, platano, pan, mezcal, frijol y maíz.
Después de la celebración religiosa, decenas de mujeres bailan al ritmo de la música de viento y se preparan para recorrer las principales calles de pueblo para llegar a la casa del padrino de anillos de los novios; mientras los hombres bailan con guajolotes y chivos.
En la casa del padrino, las tías de los novios simulan lavar ropa en lavaderos de concreto; en vez de agua les dan un cuarto de litro de mezcal que tienen que beber como parte del ritual.
De nuevo, los novios, familiares e invitados, vuelven a recorrer las principales calles del pueblo bailando molcajetes, lavaderos, el ropero y las cosas que el nuevo matrimonio utilizará en su hogar.
El recorrido se hace bajo el candente sol en las principales y empinadas calles de Zitlala al ritmo de la música de viento.
Las mujeres vestidas con los característicos trajes de zitlalteca, (una nagua bordada a mano con motivos de flora y fauna, y su huipil blanco) no dejan de bailar con la banda, mientras el mezcal se continua sirviendo y bebiendo.
En esta ocasión especial, las mujeres sacan sus vestidos de gala, bordados a mano con figuras alusivas a la flora y fauna regional, con lentejuelas y chaquira. Para la novia el traje es nuevo y tiene que vestirse como las zitlaltecas que bailaran sin parar durante el recorrido.
En el lugar de la celebración, los platillos, en los que generalmente predomina la barbacoa de res, se sirven acompañados de los tradicionales huajes. (Luis Daniel Nava / Chilapa).

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