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Cuauhtémoc Sandoval Ramírez

Caballero Aburto y Figueroa Alcocer  

El próximo jueves, un día antes de fin de año, conmemoraremos los 44 años de la matanza del 30 de diciembre de 1960 en Chilpancingo, contra una indefensa población que a lo largo de tres meses impulsó un vigoroso movimiento estudiantil-popular contra el gobierno de Raúl Caballero Aburto. Treinta y cinco años después, el 28 de junio de 1995, en Aguas Blancas, el gobierno de Rubén Figueroa Alcocer cometió un nuevo genocidio contra campesinos de la OCSS.

Los ex gobernadores Raúl Caballero Aburto y Rubén Figueroa Alcocer tienen el mismo sello, personalidad y cometieron las mismas atrocidades que precipitaron su caída como gobernadores de Guerrero. Caballero Aburto cayó el 4 de enero de 1961, cinco días después de la matanza, mientras que el cacique de Huitzuco fue obligado a renunciar el 12 de marzo de 1996, nueve meses después del genocidio de Aguas Blancas, sin embargo sigue pendiente el castigo a los responsables intelectuales.

El general Raúl Caballero Aburto fue premiado por Ruiz Cortínez con la gubernatura, ya que se distinguió en la represión de 1952 contra el movimiento henriquista. Tomó posesión del gobierno del estado el primero de abril de 1957 y no pudo terminar su tiránico mandato, ya que después de la matanza del 30 de diciembre, se decretó la sexta desaparición de poderes en la historia política de Guerrero.

La quinta desaparición de poderes ocurrió seis años antes, cuando por venganzas políticas Alejandro Gómez Maganda dejó el cargo el 20 de mayo de 1954. El presidente Ruiz Cortinez no le perdonó a Gómez Pachangas, como se le conocía, su boato y corrupción, pero más que nada la falta de apoyo a su precandidatura presidencial.

“Todo comenzó al filo de las 3 de la tarde, cuando el modesto trabajador electricista, Enrique Ramírez, se disponía a colgar una manta de protesta –como se habían colocado cientos durante el movimiento–, en uno de los postes ubicados a sólo una cuadra del inmueble universitario. En el intento, el soldado Epifanio Medina Castillo, del 24 batallón de infantería, le disparó impunemente, a bocajarro, su arma de alto poder; la víctima murió instantáneamente”, nos relata Leopoldo Ayala Guevara en su libro La guerra sucia en Guerrero. Impunidad, terrorismo y abuso de poder.

Leopoldo Ayala, hijo del distinguido profesor Pedro Ayala Fajardo, líder del movimiento del 60, nos relata que “las campanas de las iglesias repiqueteaban incesantemente y al poco tiempo llegaron tres secciones del 24 batallón de infantería, al mando del general Julio Morales Guerrero quienes con bayoneta calada dispararon sus fusiles contra la multitud”. La salvaje matanza fue documentada gráficamente por el fotógrafo y hoy profesor de la UAG, Saúl López López, quien todavía tiene las huellas de un balazo en su rostro, que le disparó un soldado. La cámara fotográfica le salvó la vida.

Ante la magnitud de la matanza, el presidente Adolfo López Mateos ordenó la desaparición de poderes en Guerrero. El poder legislativo era controlado por el entonces diputado local Manuel Añorve López –sobrino de Caballero Aburto y padre de Manuel Añorve Baños, coordinador general de la campaña de Héctor Astudillo. El Poder Judicial, con la honrosa excepción del magistrado Salvador Castro Villalpando estaba supeditado a Caballero Aburto, mientras que el procurador de Justicia era Xavier Olea Muñoz, quién circuló la risible versión de que él tenía las manos limpias, porque se encontraba en Acapulco el día de la matanza.

El candidato priísta Héctor Astudillo, quien en 1995 era diputado local figueroísta, ha estado manejando insistentemente que él tiene las manos limpias, tratando de ignorar el dicho de que “tanto peca el que mata la vaca como el que le agarra la pata”, tuvo que hacer fe pública de su apego al pacto caciquil de Huitzuco, que le facilitó su candidatura, y el pasado domingo en la tierra de Figueroa Alcocer reiteró que el genocida de Aguas Blancas “es apreciado, aceptado y valorado por el trabajo y tiempo que aportó a Guerrero en mejoras sociales” (El Sur 20 de diciembre), y por lo tanto su presencia “le da certeza de ganar”.

Al hacer un balance de estas matanzas cometidas por los gobiernos de Caballero Aburto y Figueroa Alcocer, debemos reiterar la tesis sustentada en el programa de la coalición Guerrero Será Mejor, de que somos herederos de todas las luchas sociales que a lo largo de este siglo han dado los guerrerenses, y de que la izquierda en todos sus matices logrará una histórica victoria, que permitirá eliminar definitivamente los métodos bárbaros y primitivos de gobernar. Con el gobierno de Zeferino Torreblanca Galindo inauguraremos una nueva época donde terminarán las violaciones a los derechos humanos. Ese es el compromiso que hoy necesitamos reiterar, como un homenaje a los caídos el 30 de diciembre de 1960 en Chilpancingo.

Miscelánea. El pasado domingo en Tlacotepec, le recordé a Lupita Castillo y a Saúl López Sollano que mi abuelo don Eligio Sandoval, padre del doctor Pablo Sandoval Cruz, fue presidente municipal de Heliodoro Castillo en los años 1942 y 1943. Fue desaforado por el gobernador Catalán Calvo y llevado preso, amarrado y a pie hasta Chilpancingo, donde estuvo encarcelado durante dos años y medio. Fue soldado zapatista y talabartero como muchos de la sierra. El delito fue apoyar a los comuneros de la sierra lo que le valió el mote de “comunista”… Ayer concluyó la gira de Zeferino Torreblanca en Tierra Caliente, con un foro temático en Arcelia. Exitosa y con nuevos apoyos. La presencia de Leonel Godoy fue buena. Nos reunimos con los nueve comités municipales de la región. Planteó la tesis de aprovechar estos últimos días para hacer la campaña sin candidato. El 6 de febrero de 2005, también habrá elecciones en Quintana Roo y Baja California Sur. Nos podemos llevar las tres gubernaturas… En Villa Madero, municipio de Tlalchapa, donde me hospedé estos días en casa de don Felipe Reyes Aguirre, el hombre más longevo de la tierra caliente con sus 105 años y quien espera ansiosamente que llegue el 6 de febrero, recordamos a don Celedonio Serrano Martínez, originario de esos rumbos, y su libro El Coyote. Le propuse a Zeferino Torreblanca que el nuevo gobierno haga una reedición de esta monumental obra que es una especie de Mío Cid calentano. La carretera que une a Tlalchapa quedó de lujo. Felicidades Lupita Eguiluz. Con tenacidad es posible hacer este tipo de obras… Comentamos con Martín Mora que la deserción del químico Méndez Villasana, nos quita un gran estorbo y un factor de división en el Comité Municipal de Zihuatanejo. Ahora la campaña y su candidato descansarán durante dos días y seguirán la próxima semana. Feliz Navidad.

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