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A casi un año de Manuel no han recibido apoyo oficial, denuncian productores de la zona rural

*Todos los recursos de la contingencia se utilizaron en las ciudades y en la reconstrucción de carreteras, se queja el coordinador del Foro Permanente de Organizaciones Sociales y dirigente de la Central Campesina Independiente, Antonio Colín Ramírez. Sólo en el caso del cultivo de maíz se perdieron más de 100 mil hectáreas y la aseguradora cubrió apenas unas 40 del total, señala

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

A casi un año de la tormenta tropical Manuel que provocó daños a la agricultura en 152 mil hectáreas, principalmente en cultivos de maíz, según datos de la Sagarpa –215 mil hectáreas según Desarrollo Rural estatal–, los productores afectados no han recibido apoyo del gobierno federal o estatal y solamente en algunos casos ha sido la aseguradora la que ha cubierto los daños parcialmente.
Dirigentes de productores como el coordinador del Foro Permanente de Organizaciones Sociales, a la que pertenecen la mayoría de las organizaciones campesina, Antonio Colín Ramírez, y el dirigente de la Central Campesina Independiente (CCI), Maclovio Avilés García, criticaron que el gobierno federal haya dado prioridad solamente a la reconstrucción de las carreteras por donde viaja el turismo y la reconstrucción de viviendas en las zonas urbanas como Chilpancingo y Acapulco y se haya olvidado de la zona rural.
La falta de apoyo a las familias campesinas ocurrió a pesar de que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) anunció un presupuesto para la Secretaría de Agricultura Ganadería Desarrollo Rural Pesca y Alimentación (Sagarpa), en el marco del Plan Nuevo Guerrero, de 2 mil 819.4 millones de pesos, desglosados en 39 programas que maneja la dependencia federal.
Las cifras de los daños provocados en el sector rural por las lluvias de la tormenta tropical Manuel no son las mismas que tienen la Sagarpa y la Secretaría de Desarrollo Rural del estado.
Sagarpa reconoce 152 mil 813 hectáreas “colapsadas”, de las cuales 103 mil son de maíz y están cubiertas por una aseguradora; 52 mil 500 de diversos cultivos.
En materia de ganadería, la dependencia federal reconoce 40 mil unidades-animal “afectadas”, en donde está considerada mucha ganadería de traspatio, como bovinos, ovinos, caprinos, porcinos, aves y colmenas.
Y en materia de acuacultura, reportó 173 hectáreas donde destacan algunas de camarón, de tilapia y de trucha.
También 500 jaulas de bagre que desaparecieron y unas 145 embarcaciones en aguas interiores del estado.
El secretario de Desarrollo Rural, Humberto Zapata Añorve, informó en su momento que oficialmente la tormenta Manuel dañó 215 mil hectáreas de cultivo, de las cuales 105 mil hectáreas fueron de maíz y el resto de coco, jamaica, aguacate y ajonjolí; además de la muerte de 40 mil cabezas de ganado.
“Desafortunadamente la atención no es como la que la gente necesita, es burocratizada, lenta y cuando llega no es en la cantidad para cubrir la pérdida que tuvieron las familias”, se quejó el dirigente Colín Ramírez, quien informó que solo en el caso del cultivo de maíz en Guerrero se perdieron más de 100 mil hectáreas” y que el gobierno federal y estatal no entregaron apoyo a los productores y que fue la aseguradora la que cubrió siniestros apenas en unas 40 hectáreas del total de las pérdidas de cultivos de maíz en el estado.
El ingeniero agrónomo dijo que al final ni siquiera se llegó a saber el monto de los daños económicos porque no se elaboró un censo real.
“Muchos (productores) no fueron censados debido a que perdieron parcialmente sus cultivo y su ganado. Otros porque viven en comunidades incomunicadas y no pudieron reportar los daños que sufrieron y tuvieron que afrontar ellos mismos los daños”, explicó.
Pero aún en el caso de los campesinos que reportaron sus pérdidas, el gobierno no los apoyó para resarcir los daños en sus cultivos, a diferencia de lo que pasó con comerciantes o empresarios de las ciudades, a quienes les otorgó créditos.
Informó que sólo en el caso de las 100 mil hectáreas de maíz siniestradas que fueron reportadas, el seguro respondió con el pago de las pólizas por 40 mil hectáreas, “entonces los campesinos asumieron más de la mitad de lo que se perdió”, lamentó Colín Ramírez.

Aún hay comunidades parcialmente incomunicadas

Colín Ramírez explicó que a un año de que sufrieron estas pérdidas las consecuencias son muy graves, sobre todo porque muchas comunidades siguen parcialmente incomunicadas, “y en muchos lugares en la Sierra y en la Montaña, principalmente, nunca se repararon los caminos y ahora con las nuevas lluvias están siendo una limitante más para que la gente se pueda desplazar y pueda salir a otras comunidades o a las cabeceras municipales en búsqueda de alimentos”.
Se quejó: “Aquí en la ciudad, difícilmente nos damos cuenta de lo que está pasando allá arriba, pero cuando te encuentras a gente que logra salir de las comunidades, a través de caminos por los que transitan a pie o en bestias, te narran por todo lo que tienen que pasar para llegar a las ciudades y de lo que está pasando allá en la Sierra o en la Montaña”.
A su vez, el dirigente de la CCI, Maclovio Avilés, dijo que la pérdida que más resintieron los campesinos fue el maíz, “este cultivo sufrió un daño tremendo, aunque también hubo pérdidas de frijol o calabaza que es la alimentación diaria de la gente del campo”.
Agregó que otro de los daños de los que todavía no se repone la gente del campo es la pérdida de su ganado, “se les murió muchísimo ganado, vaquillas, chivos, puercos, de toda clase de animales”.
Informó que para resarcir estos daños, el gobierno federal puso en marcha el programa de Repobla-miento del Hato Ganadero. Reconoció que este programa es bueno porque las cabezas se obtienen al 50-50; 50 por ciento es de subsidio y 50 que aporta la financiera nacional.
Pero manifestó que éste es insuficiente porque se está financiando con un monto por 780 millones de pesos a nivel nacional para cubrir las pérdidas de todas las especies.
Explicó que esa cantidad es en realidad muy pequeña porque se va a repartir en todos los estados, por eso dijo que los dirigentes de las organizaciones de Guerrero están trabajando con los ganaderos para presentar los proyectos y obtener los recursos que más se puedan.
Denunció que a la gran mayoría de las familias campesinas no les llegó, por ejemplo, la tarjeta para la adquisición de enseres, que sí se distribuyó en las ciudades, y que tampoco recibieron el apoyo prometido por Sagarpa para la pérdida del maíz.
Avilés García se quejó de que en el campo el gobierno no ha cumplido ni siquiera con las reubicaciones de las comunidades.
Citó como ejemplo la comunidad de Omitlán, municipio de Juan R. Escudero, en donde solo se han construido 45 casas de 119, de las familias que van a ser reubicadas.
Pero dijo que el problema allí es que desde un principio pidieron que se reubique todo el pueblo porque no quieren estar divididos, pero además porque el riesgo persiste para los demás por nuevos derrumbes que pueden provocar las lluvias.
Agregó que la Sedatu no escuchó la petición y solamente va a reubicar a 119 familias, y faltan 265 que están pidiendo también ser reubicadas por el riesgo que hay para ellas.
Se quejó que la mayor inversión que está haciendo el gobierno federal es en las carreteras, así como en infraestructura de las grandes ciudades, ¿pero qué pasó con las familias del campo, y la producción, en donde queda? preguntó.

 

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