Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

El aumento al mínimo no considera gastos de vivienda, salud y educación

Mónica Martínez García

Con el incremento del 3.5 por ciento en el salario en 2005 a los porteños no les alcanzará para comprar ni siquiera la mitad de cada producto de la canasta básica y ni para solventar un boleto de camión para transportarse a su trabajo, que es de 4 pesos.

Tal se desprende de una rápida investigación de El Sur sobre los precios de los productos de la canasta básica en el Mercado Central y en el supermercado Aurrerá, dos de los principales centros de compra de los porteños.

Tomando en cuenta 14 de los 80 productos y servicios que el Banco de México incluye como básicos, este jueves la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CNSM) y los sectores obrero y patronal acordaron el incremento salarial para las tres regiones en que se divide el país para su determinación.

El salario para la zona A que incluye al Distrito Federal y los estados de Baja California, Baja California Sur además de ciudades como Acapulco, Guerrero; Ciudad Juárez, Chihuahua; Nogales, Sonora; Matamoros, Tamaulipas y Coatzacoalcos, Veracruz el salario se incrementó de 45.25 a 46.80 pesos, es decir, un peso con 55 centavos, con lo cual apenas alcanzaría a los acapulqueños para comprar el mínimo que venden de tortillas, pero no para adquirir siquiera un cuarto de carne, cuyo precio fluctúa en promedio en 60 pesos el kilo.

El aumento para la zona B será de 3.7 por ciento pasó de 43.73 a 45.35 pesos y en la zona C en la que se encuentran algunos municipios de Guerrero fue del 4.6 por ciento, es decir, de 42 pesos incrementó a 44 pesos.

La canasta básica es un conjunto de bienes y servicios indispensables y necesarios para que una familia satisfaga sus necesidades básicas de consumo.

Este concepto se aplica al análisis de la estructura de ingresos y gastos de los hogares como una referencia para medir la pobreza. El Banco de México incluye 80 productos y servicios dentro de la canasta básica.

Aunque no todos los precios son monitoreados por la Procuraduría Federal del Consumidor y que el costo de la canasta varía según las marcas, presentaciones y lugar de compra de los productos y el proveedor de servicios.

Por ejemplo en Acapulco un ama de casa que compra su despensa para una familia de cuatro miembros, en el Mercado Central con los 46.80 pesos, equivalentes del salario, compraría cuatro huevos, un litro de leche, medio kilo de frijol, medio de arroz, medio litro de aceite, un cuarto de kilo de carne de puerco, medio kilo de sal y le sobraría un peso con 30 centavos. Quedando sin satisfacer vivienda, salud y educación.

Suponiendo que el jefe de familia ganara 234 pesos en cinco días, a 46.8 cada día, el ama de casa podría surtir su despensa con 14 productos de los 80 estipulados por el Banco de México. Estos serían un casillero de huevos, un litro de leche, un kilo de azúcar, frijol, arroz, jitomate, chiles, sal, cebolla y de tortilla así como un litro de aceite, un frasco de 100 gramos de café, una bolsa de sopa y un kilo de carne de res sobrándole 16 pesos, lo cual no le alcanzaría trasladarse a un trabajador de hoteles o establecimientos ubicados en la Zona Diamante, pues mínimo requiere de 28 pesos diarios para gastar en transporte urbano y colectivo.

Si la ama de casa comprara en el supermercado Aurrerá el costo de esos 14 productos sería de 205.35 pesos, quedándole 28.65 pesos con lo que podría solventar los gastos del transporte para un día.

Respecto, al comportamiento del salario mínimo de la devaluación de diciembre de 1994 a noviembre de 2002, según los últimos cálculos de la Universidad Obrera de México (UOM), la minipercepción en ese periodo perdió el 49.03 por ciento en términos reales.

El mínimo pasó de 15.27 pesos en diciembre de 1994 a 7.78 pesos en noviembre de 2002 a precios de 1994. Para que el minisalario estuviera apenas al nivel de 1994 requeriría en ese entonces de un aumento no menor del 292.17 por ciento, debido a que se requieren cuatro salarios mínimos para adquirir una Canasta Básica Indispensable (CBI), de apenas 40 productos, según la misma universidad.

Los precios de la CBI aumentaron 441.52 por ciento, mientras que el salario mínimo sólo incrementó 176.03 por ciento. Esto significa que la inflación ha estado muy por encima de los aumentos impuestos a los salarios mínimos.

Si suponemos que el aumento que se necesitaba en 2002 fuera reconocido y transferido a los trabajadores, lo único que podríamos suponer es que estarían en condiciones de acceder a los alimentos mínimos requeridos para satisfacer sus necesidades nutricionales.

Sin embargo, con este aumento no quedarían resueltas las necesidades de vivienda, salud, educación, vestido y cultura, como lo establecen la Constitución y la Ley Federal del Trabajo.

468 ad