Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Héctor Manuel Popoca Boone

Tertulia en Atoyac

En Atoyac de Álvarez asistí el viernes de la semana pasada a una tertulia político-literato-musical. Plural y trans-generacional. Con aroma de buen café. Transcurrieron cuatro horas de pensamientos libres, de calidad y de respeto entre los asistentes.
Especie de ágora de la Costa Grande, donde se dan cita ciudadanos a partir de los 8 de la noche para debatir y rebatir los diversos aconteceres de la semana de nivel nacional, estatal y municipal.
Esas reuniones se han convertido en buena caja de resonancia. Cada uno de los participantes se compromete a replicar lo ahí discutido en sus círculos sociales cotidianos. Devino en fuente de pedagogía cultural y política, de carácter comunitario y regional.
En esa ocasión, como invitados distinguidos, estuvieron candidatas y candidatos varios a diputados y a presidencias municipales por parte de diversos partidos políticos de la Costa Grande.
Los tópicos fueron los procesos electorales federales y locales. Hablamos en torno a la política y políticos. O mejor dicho, de la politiquería y los politicastros. Sobre la política al servicio del pueblo o al beneficio de unos cuantos. Aquella, de principios y valores; y la que se mueve en un pragmatismo mercantil, cínico y voraz.
Abordamos los problemas lacerantes que nos aquejan en torno a la violencia e inseguridad pública, el narcotráfico, la corrupción y la impunidad gubernamental, sobre la farsa y la falsedad en los decires y quehaceres de la mayoría de los gobernantes. En fin, estuvo sabrosa la velada y efectiva la catarsis colectiva.
A la política de la transa se le comparó con la política de los principios. Las ideas-fuerza que mueven y conmueven a la gente, en contraposición al dinero que a todos les pone precio para conseguir o hacer algo.
Se recordó a Mahatma Gandhi que para liberar al pueblo hindú y pakistaní del yugo del imperio ingles lo hizo recorriendo su país en vagón de tercera de ferrocarril, llevando su memorable pregón de la resistencia civil pacífica y vistiendo tan solo túnica y taparrabo.
Martin Luther King fue otro político remembrado que en autobús de segunda clase y con un sueño conmovió a su país de la improcedencia e impertinencia del racismo.
Lo mismo Nelson Mandela: logró a lo largo de los muchos años de encarcelamiento que se adquiriera consciencia colectiva contra la segregación social, así como el derecho de transitar y residir en cualquier lugar de su país.
En relación a Jesús de Nazaret, comenté que lo menos que pudieron haberle hecho fue crucificarlo, porque atentó contra los cimientos del imperio esclavista romano, cuando expresaba que todos éramos iguales y debíamos amarnos los unos a los otros.
El común denominador de estos grandes sacudidores de consciencias sociales fue colocarse en un nivel superior: el de estadistas. Sus acciones y pensamientos trascendieron sus vidas y se convirtieron en vivo ejemplo de cómo se pueden movilizar a los pueblos para beneficio de los pueblos, a partir de las ideas, sin estar obligado a bailar como oso de circo, tener dinero, estructura, mercadotécnica o poder.
Ellos fueron poderosos por sus principios e ideología que llegaban al corazón de la gente, además de una conducta personal congruente con lo que enunciaban. Alimentaban el espíritu de sus pueblos en el logro de ideales o utopías que a lo largo la historia se convirtieron en realidades sociales perfectibles.
También hubo mujeres que trascendieron los estrechos marcos de la politiquería. Por ejemplo, Olimpia de Gougues, en la defensa de los derechos universales de la mujer. Sor Juana Inés de la Cruz, en el derecho de pensar y de escribir. Clara Zetkin, en el derecho al voto. Madame Curie, en el derecho de escudriñar en la ciencia, etcétera.
PD1. El PRI y Enrique Peña Nieto no merecen gobernar. Reprimió con lujo de violencia, permitió agresiones sexuales a mujeres y metió injustamente a la cárcel a parte del pueblo de Atenco, en el Estado de México. ¡Y todavía se ufana de ello! ¡Sálvese quien pueda!
PD2. Señores gobernantes del PRI: ¡exijo agua para el pueblo de Chilpancingo! ¡Llevo semanas conservado en mi propio jugo y ya está hasta el tope mi trono de porcelana! No jodan.

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