Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Marco Antonio Leyva Mena*

¿Por qué Zeferino se desplomó?

En el último mes el candidato de la coalición opositora, Zeferino Torreblanca cayó 10 puntos porcentuales. Las razones son las siguientes:

1.- El exceso de confianza. Frases como las de “aún cuando no quisiera voy a ganar” retratan fielmente la personalidad de quien aspira a ser gobernador. La soberbia es mala consejera y en el exceso de la fiesta que celebraban los perredistas después de su proceso interno, en su trasnoche, el PRI y su candidato continuaron trabajando.

2.- Falta de acuerdos internos. La prepotencia de Zeferino para tratar al adversario interno, con un PRD dividido, con partidos políticos aliados que traen su propia agenda y con los llamados Frentes Cívicos que se consideran herederos naturales de la candidatura, son un caldo de cultivo de la actual división perredista.

3.- La apuesta al caudillo. El PRD apostará todo a la figura de Zeferino, a su imagen construida durante tres años por los medios; al encanto personal, a la magia de su personalidad, a la envoltura del regalo y no al regalo en sí, a la Z y no a la propuesta; por ello la patética figura del Zorro convirtiendo a la política en simple juego fetichista.

4.- Todo es marketing. Derivación del punto anterior, por ser su instrumento, el marketing vende al caudillo; apuesta a la esperanza, inasible, en contraste con el compromiso que es aprehensible; no prometer para no comprometerse, vender el mañana en toneladas para que mañana no me obliguen a nada; síndrome de empresario que nunca pierde; síndrome del mal político que no sacrifica en la negociación parte de su propuesta para arribar a acuerdos. Confundir el marketing, que es el medio, con la política, que es el fin, conlleva a confundir la esencia de la política: el contacto directo. Zeferino es candidato de medios no de pueblos.

5.- La falta de propuesta. Zeferino está en el discurso del cambio agotado por el presidente Fox. Lleva bajo el brazo cifras de pobreza, de faltantes, de agravios. No se ha comprometido a nada. Todo está mal, cuando él llegue todo estará bien, al estilo de los 15 minutos de Fox. No hay una propuesta seria de desarrollo para el estado, todo es vaga promesa y trata de reunir los odios en contra de unos para favorecer a los suyos. En política lo que suma negativo no suma positivo. Llama con desesperación al síndrome del antiPRI y del cansancio y la realidad le está diciendo otra cosa: la sociedad está haciendo ganar al PRI pero lo está condicionando; quiere un PRI reformado, renovado, con rostros nuevos y propuestas coherentes, porque por el PRI pasa la gobernabilidad, el acuerdo y la construcción y no el grito desaforado de cambio que al arribar al poder no saben qué hacer con él.

6.- Nada a la estructura. Como todo se apuesta al marketing del caudillo, el partido es desplazado y se convierte en mandaderos del patrón. Es natural: el empresario juega solo o con sus socios; el político juega con su partido y en conjunto. El PRD no tiene estructura y al no tenerla no puede sostener a su candidato. Hoy están desesperados y están intentando comprar la estructura del PRI, la que el tricolor ha trabajado durante más de cuatro meses. Cañonazos de mil pesos para conseguir 20 personas muestran que no trabajarán estructura, la comprarán, como lo hizo Rosario Robles, Carlos Imaz y Ramón Sosamontes en el 2002. Morirán en el intento.

7.- El mal humor. Zeferino nos ha regalado muestra de su humor en el último mes insultando a Astudillo, agrediendo a los calentanos con frases que él cree son populares, mandando a volar el voto de los estudiantes o diciéndoles a los campesinos que son flojos. Si es así como candidato cómo será como gobernador; intolerante será lo menos. Recuérdese el agarrón con Chavarría.

8.- Su adhesión a propuestas de derecha. Zeferino ha dicho que no impulsará programas sociales, ahora a últimos días lo ha matizado; que apoya el IVA en medicinas y alimentos, ahora dice que él nunca dijo eso; apoya el presupuesto que mandó Fox al Congreso y desecha el que hicieron los diputados, el que ayudará a Guerrero en carreteras, empleos y productividad, ahora dice que él no lo dijo. Sus dislates son reflejo de su verdadero pensamiento y los guerrerenses se han dado cuenta de cómo es verdaderamente su personalidad. Cada vez se le conoce mejor y cada vez la sociedad guerrerense lo rechaza más.

9.- Señalar corrupción cuando la corrupción está en casa. El PRD va con todo con su discurso anticorrupción. Denuncias infinitas, nada comprobable. Ruido que intenta ocultar lo inocultable: el PRD está corroído por la corrupción: Bejarano, Imaz, Sosamontes, Rosario, Ponce, los delegados. Escupen para arriba en un tema que les salpica a ellos. El pueblo se ha dado cuenta de la forma en que gobiernan los perredistas.

10.- Debate. Zeferino rehuyó el debate durante cuatro meses. Hoy que se siente presionado y por el regaño de Leonel Godoy está aceptándolo obligado. Eso la opinión pública lo sabe. El PRI quiere no tan sólo un debate sino varios; el PRI quiere a todos los medios de comunicación presentes; el PRI quiere que se conozcan trayectorias y perfiles de personalidad. Alguien inestable no puede tener el temple para gobernar un estado difícil como el nuestro: prudencia, tolerancia, saber                                             escuchar e incluir.

11.- La vieja izquierda agraviada. La izquierda respetada y respetable hoy está agraviada por el candidato perredista que no les hace caso, que desconoce su causa porque estaba del otro lado de la franja, que no sabe de compromiso social y porque le provoca repulsión escuchar sobre la lucha armada de los setentas, algo que no debe nunca más ocurrir en nuestro estado.

Por esas causas el candidato perredista ha bajado 10 puntos en el último mes.

 

* El autor es secretario técnico del Consejo Político Estatal del PRI.

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