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De los cuatro enterrados vivos, uno era de Tamaulipas y tres del DF, revelan

*Hasta este viernes los cadáveres aún no eran identificados, pero hay la versión de que el tamaulipeco se reunió con los otros tres en la ciudad de México y viajaron al puerto. Los cuatro murieron de asfixia y uno presentaba signos de tortura, informa perito. Ya se avisó a otras procuradurías para saber si hay denuncias por desaparición, dice el fiscal Ignacio López Vadillo

Jorge Nava

Aunque los cuatro individuos enterrados vivos en un predio cercano a las canchas de futbol de los hermanos Campos, en el punto conocido como Cerrito de Oro, rumbo a la Costa Chica, no eran identificados hasta este viernes, una fuente reveló que uno era de Tamaulipas y tres de la ciudad de México.

Según la versión, el de Tamaulipas se habría reunido con tres amigos de la ciudad de México, quienes son primos, y de allí viajaron a este puerto.

Añadió que se esperaba que en el transcurso de la noche del viernes llegaran los familiares de las tres víctimas originarias de la ciudad de México, y para el sábado los familiares del tamaulipeco.

Horas antes de conocerse esa versión, el fiscal regional de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), Ignacio López Vadillo, dijo que avisaron a las Procuradurías de otros estados para saber si había denuncias de desapariciones.

Los cadáveres fueron exhumados la tarde del jueves por empleados del Servicio Médico Forense (Semefo), los que estaban a una profundidad de metro y medio, a dos kilómetros de la carretera Acapulco-Zihuatanejo.

De acuerdo con el dictamen forense, los cuatro individuos murieron de asfixia por sofocación.

A los cuatro cadáveres los bañaron con cal, según el Servicio Médico Forense (Semefo) con la finalidad de que los cuerpos no olieran por la descomposición, y se les encontró vendados de los ojos con cinta elástica, atados de las manos y descalzos.

Los médicos forenses Ricardo Berlanga y el propio encargado de esa dependencia, Pedro Rodríguez, consideraron que las edades de los asesinados van de 30 a 40 años.

Anotaron en el certificado que uno presentaba signos de tortura.

Los cuatro tenían pelo entrecano, corto, algunos con tatuajes en forma de calaveras, rosas, un corazón, brazalete, bufón, sol, y el color de su piel es blanca. Sus estaturas iban de 1.77 en un caso, hasta 1.80 como máximo.

El fiscal regional de la PGJE, López Vadillo, explicó que el jueves por la tarde el Ministerio Público del sector Coyuca de Benítez recibió la llamada anónima de una persona que informaba de que cerca de un predio de las canchas de futbol de los hermanos Campos –hermanos del portero acapulqueño Jorge Campos–, algunos trabajadores encontraron un cuerpo enterrado.

Dijo que al conocer que no sólo había un cadáver, sino tres más, envió de apoyo al Ministerio Público de aquella zona y al fiscal especial para delitos graves de esa misma dependencia, Fernando Monreal Leyva.

El funcionario no vinculó al narco en estas ejecuciones, que suman a doce en lo que va del año, porque argumentó que eso le tocaría a la Procuraduría General de la República (PGR) “precisarlo” con más claridad.

Indicó que les preocupan estos acontecimientos y esperan que la ciudad no se convierta en un Sinaloa, donde la violencia gana a la corporaciones policiacas.

Añadió que son lamentables estos hechos, pero a pesar de haber coordinación entre las policías los delincuentes “descubren los filtros y se van a lugares imposibles”.

Por otro lado, el delegado de la PGR, José Alberto Rodríguez Calderón, declaró a reporteros que no ha investigado nada sobre estas cuatro ejecuciones, pero descartó que haya delincuencia organizada.

Argumentó que por ahora las seis recientes ejecuciones las investiga la PGJE.

El funcionario federal acudió a la destrucción de discos, cassetes y películas que se efectuó en la instalaciones de la Aduana, ubicada a un costado del museo Fuerte de San Diego.

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