Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Xavier Carreto A

El poder para beneficiarse  

La política en nuestro estado, como en muchos otros del país, no se organiza a partir de las necesidades de la sociedad, sino pensando en qué se requiere para llegar al poder. Es justamente lo que vienen haciendo el candidato del PRI, Héctor Astudillo, al igual que los dirigentes de este partido político. Los ciudadanos guerrerenses hemos sido testigos cada seis años cómo en la práctica llegan a la gubernatura los que buscan el poder para su beneficio, aunque para obtenerlo tengan que hacer cosas socialmente nocivas.

Así sucedió sobre todo hace seis y doce años. En este nuevo proceso electoral que ocupa la atención de los guerrerenses, la situación no es distinta. El actual candidato priísta, en su propósito de ganar la elección, como lo hicieron sus antecesores, está haciendo todo lo posible por salir adelante, lo cual no sería criticable de no ser porque está actuando en sentido contrario a lo que nos quiere hacer creer; es decir que el es una persona honesta, diferente a la mayoría de los integrantes del PRI que han ocupado cargos de elección popular o administrativos.

No obstante estar reiterando en eventos de proselitismo a favor de su candidatura la honestidad como una característica de su desempeño, el candidato priísta está haciendo cosas indebidas que no se corresponden con lo que pregona. Van algunos ejemplos para precisar esta afirmación. El pasado 20 de noviembre por la noche en el poblado de La Providencia del municipio de Acapulco, por medio de un aparato de sonido, se citaba a los beneficiarios del programa Oportunidades para que acudieran al día siguiente a las 9 de la mañana a la escuela Juan Álvarez, en dónde les darían información sobre este programa. Sin embargo, en lugar de recibir la información anticipada, llegó la esposa del candidato del PRI para solicitarles a los concurrentes que votaran por éste.

El asunto, por supuesto, no concluyó con la visita de la señora Mercedes Calvo, sino que ahora los beneficiarios de Oportunidades, en la Providencia, han sido amenazados por el médico Oscar Velasco, encargado del Centro de Salud, lugar a donde acuden para la revisión médica, como lo exige el programa, que si no votan por Astudillo, serán dados de baja como beneficiarios.

Asimismo, el 19 de noviembre, el subprocurador de Averiguaciones Previas de la Procuraduría de Justicia citó a los agentes del Ministerio Público bajo su mando, en el domicilio particular, en Chilpancingo, del magistrado del Tribunal Superior de Justicia, Servando Alanís Santos, lugar en donde el candidato Astudillo freció incrementarles los salarios, si lograba llegar a la titularidad del Ejecutivo estatal. Todavía más grave me parece la denuncia hecha por algunos agentes del Ministerio Público, en el sentido de que se verá disminuido su bono de gratificación de fin de año, proveniente de los recursos del Sistema Nacional de Seguridad, para apoyar la campaña política de Héctor Astudillo.

Por otro lado, éste evita tocar el tema de la corrupción en el transporte, como lo hizo al reunirse con grupos dedicados a esta actividad, el domingo pasado, en la capital del estado, cuando es el tema que más preocupa no sólo a los integrantes de este gremio, sino a la sociedad entera, por la afectación de que somos víctimas los ciudadanos, señaladamente quienes vivimos en las ciudades más importantes del estado. Evadir el asunto de la corrupción en el transporte público no impide que los ciudadanos lo vinculemos con el gobierno estatal y con el PRI, pues es un asunto que a los propios priístas les molesta. Recordemos que el diputado local Raúl Salgado Leyva, al renunciar a la presidencia de la Comisión de Transporte del Congreso local, el 12 de octubre del presente año, expresó en la tribuna del Poder Legislativo: “El transporte público vive hoy, en diversas partes del estado, una compleja y casi crítica situación, producto de un sinfín de irregularidades, plagada de infinidad de actos, de abusos, de excesos, de atropellos, de corrupción e impunidad que se han venido arrastrando durante varios años y que hoy casi llegan al límite de la tolerancia”. En esa misma ocasión, Salgado Leyva denunció “una grave fuga de ingresos al erario público”, al no entregar las autoridades del ramo los recibos oficiales correspondientes por los pagos que se hacen. No escapó a la crítica del diputado priísta, la complicidad que se da entre autoridades y líderes que pasan por encima de los derechos de los trabajadores del volante que tienen la antigüedad suficiente para tener una concesión con la cual se ganen honestamente el pan para su familia.

El candidato Héctor Astudillo sabe muy bien que en un proceso electoral limpio y transparente no tiene posibilidades de ganar, pues su aspiración representa el pasado y el presente de la corrupción que los guerrerenses no queremos seguir viviendo, aunque él se desgañite y nos asegure que actúa diferente. Para los ciudadanos está muy claro: “El que con lobos se junta a aullar se enseña”.

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