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Cuauhtémoc Sandoval Ramírez

No se metan con Alcozauca

Con 24 años de ayuntamientos democráticos y de izquierda, Alcozauca, municipio de La Montaña guerrerense, posee el récord en la izquierda mexicana de permanencia en el gobierno municipal. El 7 de diciembre de 1980, la planilla del Partido Comunista Mexicano (PCM) ganó las elecciones municipales, lo que permitió que el primero de enero de 1981, el profesor Abel Salazar Bazán tomara posesión de su cargo.

Desde entonces, con el registro del PCM, PSUM, UPG, PMS y ahora con el PRD, el municipio de Alcozauca ha tenido siete ayuntamientos que le han permitido enfrentar exitosamente tanto las embestidas del priísmo local y de Antorcha Campesina. Asimismo, con un escaso presupuesto afrontar los problemas que han ubicado a La Montaña como una de las regiones del país con mayor marginación y menor Índice de Desarrollo Humano según el último informe del PNUD de las Naciones Unidas.

Por eso suena ridícula y preocupante la visita a Alcozauca del candidato priísta Héctor Astudillo, el pasado lunes 29 de noviembre. Ridícula, ya que reiteró las clásicas propuestas asistencialistas que han fracasado rotundamente, como es la beca niña indígena así como el mejoramiento de la infraestructura en salud “para cuando se enfermen el niño, la niña o el abuelito” (El Sur, 30 de noviembre).

Lo preocupante es el irracional ataque a los gobiernos de la izquierda porque “a 21 (sic) años de gobierno, han gobernado mal y se han llenado de riquezas mal habidas” y remató que los cambios sólo han existido en “las cuentas de los bancos de los últimos que han gobernado, esa es la transformación que ha tenido Alcozauca”. O sea, quiere equiparar a nuestros alcaldes, entre los que destaca el maestro Othón Salazar Ramírez, con Héctor Vicario, el hombre del maletín, su presidente estatal incómodo.

La intolerancia priísta no es nueva. El ex gobernador Alejandro Cervantes Delgado en su libro autobiográfico Un Guerrero sin Violencia (Editorial Grijalbo México 1999), nos relata en dos apartados titulados Respeto a la pluralidad e Intolerancia (páginas 434 y 435), su experiencia sobre Alcozauca y con los irracionales priístas de ayer, que corresponde a la conducta asumida por los Héctores de ahora.

Nos dice Cervantes Delgado que “no había pasado ni un mes cuando los directivos principales del PRI en Alcozauca, solicitaron audiencia al gobernador. Me encontré con un grupo de enardecidos correligionarios que se negaban a aceptar su derrota y, más aún, demandaban una serie de acciones para atacar a las fuerzas de oposición que habían llegado a la presidencia de aquel municipio. Me dijeron que de plano era mejor que no hiciera ninguna gira a Alcozauca”.

En contra de la opinión de los Astudillos de ayer y de hoy, Cervantes Delgado sí realizó una gira al municipio y concluyó: “Lo que sucedió en Alcozauca revela la escasa cultura política que imperaba, explicable por el tiempo tan largo que mi partido ejerció sin oposición alguna el poder, lo cuál es explicable, pero no justificable”.

En las elecciones de octubre de 1986, Ángel Aguirre, principal operador político del gobierno de Cervantes Delgado intentó maniobrar contra la planilla encabezada por Othón Salazar Ramírez y regalársela a la planilla de Antorcha Campesina. Sólo la firme oposición de la coalición de izquierda UPG evitó consumar el fraude electoral. Ya como gobernador interino, Ángel Aguirre rindió falsos homenajes al maestro Othón.

En los años 80, Julia Carabias, quién posteriormente fue Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales del gobierno de Zedillo, Rolando Cordera y Arturo Whaley, dirigentes del Movimiento de Acción Popular (MAP), introdujeron el novedoso concepto de sustentabilidad para realizar un estudio del ecosistema de La Montaña a fin de buscar que los proyectos productivos no afectaran el equilibrio ambiental ni los recursos naturales.

El programa de desarrollo forestal y de etnobotánica tuvo un reconocimiento nacional e internacional e incluso fue distinguido por Miguel de la Madrid en 1987, con el Premio al Mérito Ecológico que se entrega anualmente en el Día Mundial del Medio Ambiente. De poco sirvió este esfuerzo, ya que ante el continuado deterioro ecológico de la región, hace unos días el Senado de la República, aprobó un punto de acuerdo para exhortar al Ejecutivo federal a revisar la “situación de los aprovechamientos forestales y los convenios con madereros de la Costa Chica y La Montaña de Guerrero”.

Tuvimos la oportunidad de participar un conjunto de compañeros, como invitados al segundo informe del presidente municipal de Alcozauca, Afranio Bolívar Salazar Gordillo, el domingo 28 de noviembre, un día antes de la visita de Héctor Astudillo, en la que pudimos constatar una realidad totalmente distinta a la imagen descrita por el candidato priísta. Las finanzas municipales son transparentes y sirven, por ejemplo, para comprar un equipo médico de colposcopía, útil para la detección temprana del cáncer cérvico-uterino de las mujeres, que fue entregado a los jóvenes y laboriosos médicos que trabajan en ese municipio.

Participaron todos los ex presidentes municipales, incluido el diputado Federal de La Montaña, Javier Manzano Salazar, ocasión en la que el profesor Othón Salazar nos brindó una estupenda pieza oratoria, y habló de la proclama patriótica del coronel Vicente Guerrero el 30 de septiembre de 1815, en su redacción original –“Dado en el Cuartel general Provisional de Alcozauca, a los 30 días de septiembre, año sexto de la Libertad”– en la que anuncia haber prestado juramento a la Constitución de Apatzingán y continuar la lucha desde el sur, después de la caída de los principales caudillos independentistas.

Othón Salazar mencionó dos temas claves: “Nada ni nadie nos han entregado gratuitamente, todo lo hemos conseguido con la lucha”; y por otro lado, urgió a realizar un congreso municipal del PRD, empezando el año de 2005, a fin de buscar su reestructuración y estar a la altura de las circunstancias.

No se metan con Alcozauca, quiere decir que es necesario respetar su autonomía municipal. Quiere decir que la intolerancia y la calumnia queden como testigos mudos de la crónica de una derrota anunciada del priísmo en Guerrero, después de 75 años en el gobierno.

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