Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

No han reparado los daños en nueve colonias en el encauzamiento del Huacapa al norte de la capital

Muchas viviendas no tienen servicios de agua ni electricidad desde la destrucción provocada por Manuel. Los vecinos no saben si los reubicarán y temen que las fuertes lluvias que caen empeoren su situación

 

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

Las huellas de la tragedia provocadas por las lluvias de la tormenta tropical Manuel, en septiembre del año pasado, permanecen a lo largo de nueve colonias del norte de la capital por las que atraviesa el encauzamiento del río Huacapa, pues el gobierno dio prioridad a la reconstrucción en el centro de la ciudad.
En las colonias de la parte norte apenas hace tres meses comenzó la reconstrucción, pero los trabajos van lentos y en algunas partes la obra es deficiente, de acuerdo con los vecinos. Además, las familias siguen padeciendo la falta de servicios de agua, drenaje y energía eléctrica que no han sido reconectados desde hace un año, cuando ocurrió la tragedia.
Otra de las quejas de las familias damnificadas es la falta de información de las autoridades con respecto a quiénes serán reubicados y quiénes podrán quedarse en los lugares que actualmente habitan a pesar del riesgo.
Mientras tanto, el 16 de septiembre se cumplirá un año de la devastación que dejó en la capital 8 personas muertas, 764 casas dañadas, 195 negocios colapsados y 8.1 kilómetros del encauzamiento del río Huacapa destrozados, desde la presa del Cerrito Rico hasta la población de Petaquillas, en cuyo trayecto se encuentran asentadas 35 colonias y tres barrios.
Alejandro García González es uno de los damnificados que perdió su casa en la colonia El Amate, actualmente vive con su madre; dice que a un año del siniestro, el gobierno está avanzando en el trabajo del encauzamiento del río Huacapa, pero no en la construcción de las casas en donde serán reubicados.
Agregó que los trabajos en el encauzamiento avanzan por la presión que han hecho a través de la Coordinadora de Colonias y Comunidades Afectadas por el río Huacapa y sus Afluentes, “por eso es que le están echando ganas”.
Tras los destrozos que provocaron las lluvias de septiembre, el gobierno federal, a través de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), que fue la dependencia encargada de la reconstrucción del encauzamiento, dio prioridad a la zona del centro, desde el Palacio de Gobierno hasta la colonia Morelos, cerca de la terminal de Autobuses.
Sin embargo, en esta zona, el agua del drenaje se sigue descargando en el encauzamiento, y a medida que calienta el sol los olores fétidos se perciben a varios metros de distancia. Además, a la altura de las colonias Cuauhtémoc Norte y Morelos, cerca del zoológico, las viviendas carecen de agua y energía eléctrica debido a que no les han reconectado los servicios.
A partir de junio, cinco empresas constructoras comenzaron la reconstrucción del encauzamiento desde la colonia Galeana hasta la colonia Azteca, uno de los tramos que más daños sufrió y donde se encuentran las colonias Lucía Alcocer, Industrial, San Rafael Norte, Industrial II, El Amate y María Dolores.
Aquí, las cinco constructoras se dividieron el tramo y unas 10 máquinas retiran los escombros del cauce mientras decenas de peones y albañiles construyen los muros del encauzamiento de 3 metros de alto por 12 de ancho.
Pero los vecinos se quejaron de que todavía no se ha construido el puente que cruza de la colonia Industrial a la San Rafael Norte, con el argumento de que por debajo de la antigua estructura cruzan cables de alta tensión que deben ser retirados por la Comisión Federal de Electricidad.
La señora Maura Bautista, de la colonia El Amate, denunció que los trabajos van “demasiado lentos, están diciendo que los recursos no llegaron a tiempo. Antes decían que no había constructoras, y así nos han llevado durante todo el año”.

Explicó que hoy la situación es más grave porque por los trabajos del encauzamiento han amontonado escombro y lodo a lo largo del encauzamiento “y si se vienen las lluvias como hace un año, va a haber taponamientos por todos lados y habrá una tragedia peor”.
Dijo que mientras tanto, la mayoría de las familias sigue viviendo en riesgo, y otras, como ella, ya va a cumplir un año pagando renta porque está esperando su reubicación, “pero la verdad no vemos para cuando, nos van diciendo que ya mero, pero así nos llevan, recientemente se publicó en los medios que será el 15 de septiembre cuando se entregará el primer paquete de viviendas, pero yo no estoy incluida”.
Informó que está pagando mil 600 pesos mensuales de renta desde hace un año, y que se salieron del albergue porque sus hijos estaban estudiando en la escuela de su colonia y no podían trasladarse todos los días desde el albergue.
Otra de las que paga renta es María del Carmen Mejía Julián, quien urgió a que “si nos van a reubicar que nos reubiquen, porque ya llevamos un año pagando renta y no tenemos muchos recursos”.
Denunció que hay mucha desinformación, pues hace dos semanas se reunieron representantes de 200 familias que serían reubicados en la primera etapa, a las que les dijeron que solamente hay 50 casas que serán entregadas el 15 de septiembre, y dijo que nadie sabe quiénes se van a ir primero.
A su vez, el integrante de la Coordinadora de Colonias, Juvencio Díaz informó que en estas colonias hay 200 familias que fueron censadas por la Secretaria de Desarrollo Territorial y Agrario (Sedatu), pero que desconocen cuál es su situación, no saben si serán reubicadas en El Mirador, donde se construyen las casas para los damnificados, o si podrán seguir viviendo en el mismo lugar, ahora que ya se está construyendo el encauzamiento.
Elizabeth Oyarzabal, informó que 40 familias de estas 200, enviaron un oficio a Protección Civil estatal para que revise si hay riesgos para que sigan viviendo allí, porque el presidente municipal Mario Moreno Arcos les prometió que si Protección Civil dictaminaba que no hay riesgos les ayudaría a regularizar sus terrenos y que los escrituraría.
Pero la situación se complica de la colonia Azteca hasta la presa del Cerrito Rico, un tramo de aproximadamente 4 kilómetros que aún no está considerado para los trabajos del encauzamiento, y sólo los cascarones de las casas que cayeron al cauce del río fueron retirados para evitar taponamientos.
Ante el abandono de las autoridades, en esta zona algunas familias han construido nuevamente improvisadas viviendas de tablas y láminas de cartón a pesar del riesgo, sin que ningún funcionario trate de impedírselos.
Una de estas casas es de la señora Maricela Santiago Cayetano, quien hace cinco meses construyó su casa en la colonia Azteca, a menos de 3 metros de la orilla del cauce del río.
“Nos venimos a vivir aquí porque no encontramos otra opción, no teníamos donde vivir y pues aquí construimos y nadie nos dijo nada”, dijo la propietaria de la humilde vivienda a la que hay que llegar brincando piedras y palos para no hundirse en el lodo.
En este tramo se encuentran las colonias Jacarandas, San Carlos y Brisas Norte, en donde ante la indiferencia y el olvido de las autoridades las familias reconstruyen por su cuenta sus viviendas de palos y lámina de cartón en la zona federal, a orillas del cauce, sin reparar en el riesgo que eso implica.
“Si alguien me viene a quitar, que me diga a dónde me voy y con gusto dejo mi casita”, dijo la señora Guadalupe Martínez de la colonia Jacarandas, que se encuentra a unos 200 metros de la presa del Cerrito Rico y en donde al encauzamiento no se le ve para cuándo.

Las cifras

Las lluvias de la tormenta tropical Manuel que cayeron los días 14, 15 y 16 del septiembre de 2013 dejaron los peores daños, en el caso de Chilpancingo, a lo largo del encauzamiento del Hucapa, donde fueron hallados ocho cadáveres. Asimismo, de las mil 293 casas reportadas con daños totales o parciales en el municipio, 764 se encontraban a lo largo del encauzamiento desde la presa del Cerrito Rico hasta Petaquillas, 15 de ellas que cayeron al cauce del río
fueron demolidas por Protección Civil municipal para que no obstruyeran los trabajos de reconstrucción.
Uno de estos edificios emblemáticos fue el del empresario Rodolfo Kapila Calva, quien se amparó para evitar la demolición a fin de que antes se deslindaran las responsabilidades de los daños.
Sin embargo, después negoció con los gobiernos del estado y municipal, y permitió la demolición a condición de que le construyeran la primera planta de su edifico que era de tres, pero los trabajos no han iniciado.
A lo largo del encauzamiento del Huacapa, 195 establecimientos comerciales también sufrieron daños totales o parciales.
El director General de la Conagua, David Korenfeld Federman informó el 9 de octubre que el encauzamiento del río Huacapa tiene una longitud de 17 Kilómetros, de los cuales 8.1 serían reconstruidos con muros de contención de concreto armado, “con un método constructivo distinto al modelo que actualmente presenta, y anunció que serían reconstruidos también los colectores marginales, con una inversión de 250 millones de pesos.
Esa vez anunció un proyecto ambicioso, dijo que por instrucciones del presidente Peña Nieto sería rehabilitada la red de drenaje que pasa por el río, y añadió que “será necesario demoler cualquier obstrucción que presente esta zona, dentro de un límite de diez metros. Además vamos a recuperar vialidades, reubicaremos puentes peatonales con un mecanismo de mayor altura y reforzaremos diversos puentes vehiculares”.
Pero Elizabeth Osorio Alcocer, una vecina de la colonia El Amate, manifestó que el presidente Enrique Peña Nieto vino a prometer “cosas extraordinarias, por ejemplo que en Guerrero viviríamos mejor que antes de la tragedia, pero no se si se esté jineteando el dinero porque no se está haciendo lo que prometió, estamos peor que antes, muchos estamos pagando renta; en mi caso mi hija ya no estudia porque iba a una escuela de paga y ahora ya no tengo para su colegiatura”, y explicó que al negocio del que obtenía sus ingresos se lo llevó el agua y nadie le ayudó para recuperarlo.
Recordó, también, que el presidente Peña Nieto prometió a los damnificados del Huacapa, casas habitacionales decentes, “y qué pasó, están haciendo una casa encimada sobre otra, por eso muchos mejor queremos que nos dejen seguir viviendo aquí”.
El trayecto dañado del encauzamiento atraviesa por 35 colonias y tres barrios.
Éstas son, de norte a sur, San Carlos, Asentamiento Jacarandas, Chimalpopoca, Valle Verde Norte, María Dolores, Invisur, Azteca, El Amate, Industrial, San Rafael Norte, Buganvilias, Huacapita, Villas Silvestre, Villas Laurel, Galeana, San Juan, Electricistas, La Lobera, Libertad, Juárez, Morelos, Juan Álvarez, Progreso, Nicolás Bravo, Centro, Zona Militar, Hidrometría, Universal, Villas Moderna, Valle Dorado, Villas Colibrí, Santa Rosa, Villas del Sol y predio Tepango, así como los barrios Santa Cruz, San Francisco y Tequicorral. En todas ellas, la insatisfacción por la reconstrucción prometida es lo que prevalece.

 

 

468 ad