Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Hay motivos políticos detrás de la detención del ecologista Felipe Arriaga: Amnistía

Envía el organismo una Declaración Pública  

 Parece que todo el proceso es venganza de caciques, señala y pide a las autoridades garantizar los derechos del detenido

Amnistía Internacional consideró que hay claros indicios de motivación política detrás de la detención de uno de los fundadores y ex secretario de la Organización Campesina Ecologista de la Sierra de Petatlán y Coyuca de Catalán, Felipe Arriaga Sánchez, quien se encuentra recluido en el penal de Zihuatanejo desde el 3 de noviembre, por el delito de homicidio y asociación delictuosa en agravio de Abel Bautista Guillén.

“Parece tener su motivación en la venganza por parte de caciques locales”, señala.

En un boletín de prensa enviado por Amnistía Internacional y que titula Declaración Pública, el organismo defensor de los derechos humanos manifiesta que está “gravemente preocupado” por la situación de Felipe Arriaga Sánchez, y hace un llamado a las autoridades para que garanticen los derechos del detenido y aseguren un proceso justo.

Enfatiza que “el mal uso del sistema de justicia contra defensores de derechos humanos y opositores locales sigue siendo común en México, en particular en estados como Guerrero. Práctica –destaca– que tiene el objetivo de prevenir y deslegitimar el trabajo legítimo de defensa y promoción de los derechos humanos”.

Agrega que mantendrá bajo escrutinio este proceso judicial y hace un llamamiento a las autoridades para que garanticen los derechos del detenido y aseguren un proceso justo.

Amnistía Internacional expone que en el mismo proceso penal otros miembros de la Organización Campesina Ecologista de la Sierra de Petatlán también tienen órdenes de arresto en su contra, incluido Rodolfo Montiel, ex preso de conciencia.

Indica que es muy preocupante que los “reconocidos líderes del movimiento ecologista en Petatlán sean procesados en un caso que parece tener su motivación en la venganza por parte de caciques locales”.

El homicidio del que se acusa a Felipe Arriaga ocurrió a mediados de 1998, cuando surgió la Organización Ecologista, en una emboscada en la Sierra de Petatlán que iba dirigida contra Nino Bautista, uno de los principales caciques de la región que se oponía a los campesinos que defendían el bosque. Este salió ileso pero murió su hijo Abel Bautista.

En el boletín el organismo cuenta que según informes, Felipe Arriaga Sánchez y otros líderes de los ecologistas fueron acusados de haber cometido un asesinato en 1998, pero que en la denuncia original de los hechos el testigo no identificó a los acusados y al parecer se ha presentado una nueva acusación en la cual los ecologistas ya son identificados como responsables.

Continúan que a pesar de que Felipe Arriaga Sánchez ya ha presentado testigos ante el juzgado que declararon que él estuvo en otra comunidad cuando ocurrió el crimen, el proceso sigue.

Manifiesta que el movimiento ecologista denunció la tala ilegal de bosques por parte de caciques locales desde mediados de los a90 y que en 1998, en represalia por su trabajo con el movimiento, Rodolfo Montiel y Teodoro Cabrera fueron detenidos, torturados y obligados a confesar por delitos fabricados. “Amnistía Internacional los adoptó como presos de conciencia y sólo gracias a las campañas nacionales e internacionales se logró su libertad”, concluye.

468 ad