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El Cervantino 2014 será un festival cercano a la realidad mexicana, promete Jorge Volpi

Francisco Morales V. / Agencia Reforma

Ciudad de México

Desde un pequeño cuartel en la colonia San José Insurgentes, que podría pasar inadvertido de no ser por una lona, se planea la visita de artistas acostumbrados a palacios.
En la planta alta despacha Jorge Volpi, el escritor que dirige el Festival Internacional Cervantino, acuartelado en una oficina con poco más que un librero, escritorio y mesa de juntas. La ventana da a una calle cualquiera.
Llegado su segundo año como director del encuentro, Volpi no duda cuando define: “Un festival de excelencia mundial, pero que no deja de intentar estar cerca de México, de su realidad y los problemas que tiene, y trata de contribuir a su reflexión, incluso a su solución”.
Cerebral, el escritor relata el programa de este año como si lo estuviera leyendo, quizá producto de las muchas revisiones, pero también de un convencimiento evidente, como quien defiende una tesis.
En los verbos de acción que utiliza, como “intentar” y “tratar”, está contenido lo que podría llegar a considerarse, de establecerse exitosamente, como la marca de su administración.
“La nueva personalidad del festival reside en Cervantino para todos, programa social y pedagógico que amplía la manera como el festival se inserta en la sociedad, llevando a artistas a comunidades con desventajas de Guanajuato, o llevando esas comunidades al festival”, asegura.
Los dos ejes que se han elegido para el FIC, Frontera(s) y Shakespeare 450, el primero como ejercicio social y el segundo como efeméride, también han sido puestos al servicio de la nueva vocación que describe.
“México tiene un grave problema en su frontera norte y frontera sur, pero Frontera(s) no sólo se refiere a ellas, sino a cualquier tipo de frontera: entre épocas, entre culturas e idiomas”, describe Volpi el primero de ellos.
Sobre el segundo, cuenta: “Queríamos no solamente mostrar las obras de Shakespeare escenificadas, sino ver cómo Shakespeare ha sido uno de los artistas que más han sido utilizados como inspiración para todas las disciplinas artísticas”.
Al cruce de fronteras vendrán compañías desde Japón –el país invitado– a diversas comunidades de Guanajuato, no sólo a la capital. También, como parte del Proyecto Ruelas, cuatro compañías del interior del estado montarán obras de Shakespeare.
En su papel de director, ya no como escritor o columnista, Volpi prefiere guardarse apreciaciones personales de los artistas del programa y advierte que será hasta el final del festival, con los escenarios ya vacíos, que se harán evidentes las reflexiones que provengan de cada acto.
Urgido a hacerlo, sin embargo, destaca unos cuantos: la presentación de las 32 sonatas para piano de Beethoven por parte de Rudolf Buchbinder; la ópera Viaje, comisionada por el FIC a Javier Torres Maldonado y Cristina Rivera-Garza, y al ensamble de música antigua Les Arts Florissants.
Menciona muchos más, pues su reticencia a enfocarse en unos pocos –son 7 mil artistas en 19 días– pareciera adelantar que las respuestas están, en realidad, por llegar a Guanajuato.

 

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