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Prefieren indígenas de La Montaña irse de migrantes que estudiar: Tlachinollan

*Cuando se tiene que trabajar para comer es un lujo asistir a las aulas en esa región, dice el coordinador del centro, Abel Barrera

Jesús Trigo

Tlapa

Para los indígenas de La Montaña lo importante ya no es recibir educación, sino migrar al norte del país o a Estados Unidos, y esto es por la desatención de las autoridades a ese sector, acusó el coordinador del Centro de Derechos Humanos de La Montaña, Tlachinollan, Abel Barrera Hernández.

Indicó que las autoridades federales, estatales y municipales no han podido ofrecer apoyo a la mayoría de comunidades indígenas en el rubro de educación, ni dotarlos de escuelas y maestros.

Barrera Hernández dijo que entre los factores que promueven la migración están la falta de educación para los niños indígenas de La Montaña, así como la falta de trabajo y la desnutrición “hay menores que tienen mucha capacidad pero tienen que seguir a sus padres, quienes por falta de oportunidades se ven obligados a migrar al norte del país para trabajar y poder sobrevivir”.

Indicó que el problema de la emigración ya está “muy arraigado. Los padres ya no sienten la necesidad de que sus hijos se incorporen a una escuela, acá es más productivo ser migrante, de ninguna parte”.

“La escuela pasa a un plano secundario porque no ven en ella la posibilidad de desarrollo, y eso provoca que se desaparezca la esperanza de algún futuro para la nuevas generaciones en La Montaña”, lamentó.

Precisó que algunos indígenas migran al norte del país a trabajar en los campos de cultivo sobre todo en diciembre, y “no ven ningún sentido en que sus                                     hijos permanezcan en la escuela, incluso en varias comunidades ni siquiera asisten a clases”.

El coordinador del centro Tlachinollan aseguró que existe una realidad en la cual para los niños de La Montaña de Guerrero: “sentarse cinco horas diarias en una escuela es un lujo, cuando tiene que seguir   buscando qué comer, qué sembrar y qué cosechar”.

Señalo que las familias que se van de la entidad piensan que su futuro económico está en los surcos de Sinaloa, y para ello no necesitan recibir educación.

Abel Barrera dijo que los maestros de las comunidades rurales luchan para que los padres de familia no se lleven a sus hijos al norte del país y puedan continuar en la escuela, además de que está de por medio su trabajo, pero casi nunca lo logran.

“A veces los maestros se ven obligados a poner asistencia aunque los niños ya no asistan a la aula porque saben que las faltas los perjudican”, indicó.

Precisó que para los indígenas ser un estudiante no responde a las necesidades de sobrevivencia, no para niños y niñas que están desnutridos y son hijos de padres migrantes.

“Si los padres de familia tuvieran fuentes de trabajo en La Montaña o condiciones dignas de vivir en su comunidad, estaríamos hablado que la mayoría de los niños o todos los niños asistirían a la escuela y no tendrían que trabajar o irse de la entidad”.

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