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Autoridades y vecinos de la sierra de Petatlán testifican en favor de Felipe Arriaga

 Al juzgado no se han presentado a declarar las personas que acusan al campesino ecologista de homicidio y asociación delictuosa

 Brenda Escobar Zihuatanejo  

La defensa del ecologista Felipe Arriaga Sánchez, preso en Zihuatanejo desde el 3 de noviembre, acusado de homicidio y asociación delictuosa, presentó ayer en el juzgado testigos de buena conducta, que afirmaron que es una persona que ha luchado por los bosques y ha creado conciencia en la gente de la región de la importancia de cuidar los recursos naturales.

Hasta este lunes no se habían presentado al juzgado las personas que acusan a Felipe Arriaga, y su defensor dijo que “confiamos en que el juez lo absuelva por falta de elementos”.

El juez primero penal en este distrito, José Jacobo Gorrostieta Pérez, determinará hoy si declara formalmente preso o en libertad a Arriaga Sánchez, ex secretario y fundador de la Organización de Campesinos Ecologistas de la Sierra de Petatlán y Coyuca de Catalán, acusado de participar con otros 14 defensores del bosque de esa región en una emboscada el 30 de mayo de 1998 donde murió el adolescente Abel Bautista Guillén, hijo de Bernardino Bautista Valle, Nino Bautista, considerado por los ecologistas como el principal cacique de esa área que se dedicó a explotar los bosques.

Y es que en su declaración preparatoria, el ecologista dijo que unos días antes de que ocurrieran los hechos en los que murió Abel Bautista, él se encontraba en la comunidad de Las Mesas, recuperándose de una lesión en la columna y que el mero día, 30 de mayo, él asistió a una fiesta junto con su esposa y sus dos hijas y que después de cenar en una fonda, regresaron a casa del señor Donaciano Torres.

Ayer, en la primera secretaría de acuerdos del juzgado primero penal, el señor Donaciano Torres Morfil declaró que del 28 al 31 de mayo de 1998, Felipe Arriaga llegó a su domicilio ubicado en Las Mesas porque no podía caminar y que acudió ahí para que lo sobaran.

Dijo que el día 30 de mayo –fecha en la que según el expediente Abel Bautista Guillén iba con su medio hermano Prisciliano Bautista Mederos a bordo de una camioneta blanca y en el punto conocido como Paso del Muerto, sobre el camino de terracería hacia El Mameyal, recibieron varios disparos– “Felipe estuvo en mi casa todo el día”.

Don Gil Jaimes García, de oficio huesero y con domicilio en el poblado de Las Mesas, dijo que conoce a Felipe Arriaga “desde que era niño” y señaló que el 28 de mayo, un hijo de Donaciano Torres le fue a llamar para que fuera a su casa a curarlo porque estaba lesionado de la columna porque levantó una piedra y no podía caminar y que luego de esa sobada, le hizo dos más, “el sábado 30 fue la última sobada que le di”.

Luego fue llamada la señora Victoria Cabrera Villa, quien declaró que es la propietaria de la fonda ubicada en la comunidad de Las Mesas a la que acudió Felipe Arriaga junto con su esposa Celsa Valdovinos Ríos y sus dos hijas a cenar, luego de que fueron a la fiesta en el mismo lugar y que se regresaron a casa de Donaciano Torres cerca de las 12 de la noche.

Más tarde, como testigos de buena conducta, declararon el comisario municipal y el comisario ejidal del ejido de La Botella, Damián Ruiz Vázquez y Marcelo Orozco Contreras.

Ruiz Vázquez sostuvo que conoce a Felipe Arriaga desde hace unos seis años y que “el señor ha sido una persona defensora de los bosques, esto lo digo con conocimiento de causa porque desde ese tiempo para acá mucha gente se ha hecho conciente a través del adoctrinamiento que él le ha dado a uno para cuidar los bosques”.

“Y en realidad los frutos sí se ven porque la gente se ha hecho conciente para cuidar los mismos bosques y por otro lado ha sido una persona muy activa en su trabajo social y en lo que se le ha conferido dentro de nuestro ejido de La Botella y puedo decir que es una persona que no ha tenido problemas y ha sido una persona muy pacífica en el ejido”.

Por su parte, el comisariado ejidal, Marcelo Orozco Contreras, dijo conocer la trayectoria de Felipe Arriaga y que “en la ruta donde yo vivo, los antecedentes que tiene en toda la región son buenos y principalmente en lo que se refiere a la protección de los recursos del medio ambiente; es el mejor elemento que tengo porque me apoya tanto económicamente como a hacer conciencia en los demás de la importancia del cuidado de los bosques”.

Ambos testigos entregaron constancias de buena conducta a favor del ecologista, una de ellas, firmada por el síndico de Petatlán, Jacinto Segura Vega, y otra respaldada con la firma de más de 100 habitantes del ejido de La Botella.

El defensor de Felipe Arriaga, Javier Salgado Vital, manifestó que “las cosas se complican un poco” para su cliente, pues hasta ahora no se han presentado quienes lo acusan, es decir, Bernardino Bautista Valle y su hijo Prisciliano Bautista Mederos, así como los testigos de cargo, y que se desconoce el paradero de ellos, por lo que se esperará una nueva fecha de audiencia para ver si se presentan.

Por su parte, la presidenta de la Organización de Mujeres Ecologistas de la Sierra de Petatlán y esposa de Felipe Arriaga, Celsa Valdovinos, hizo un llamado a todas las asociaciones ambientalistas y de derechos humanos para que lo apoyen, “porque él es inocente” y también a los acusadores, “que se presenten y le digan frente a frente a Felipe si es cierto de lo que lo acusan”, expresó.

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