Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Cuauhtémoc Sandoval Ramírez

  La Montaña de Guerrero

Fue acertada la decisión de que el primer acto de la campaña de Zeferino Torreblanca Galindo por la gubernatura del estado se celebre en la región de La Montaña, que reúne no sólo características económicas y sociales peculiares, sino también una gran relevancia en el terreno político para la izquierda guerrerense, ya que Alcozauca fue el primer gobierno municipal ganado por el PCM en 1980.

En las pasadas elecciones federales del 6 de julio de 2003, la izquierda guerrerense ganó la diputación federal por el distrito V con cabecera en Tlapa de Comonfort, con Javier Manzano Salazar, destacado dirigente perredista y ex alcalde de Alcozauca, ocasión en la que se reactivó el vasto movimiento indígena que permitió nuestro triunfo en esa problemática región de Guerrero.

Hace dos semanas, una nueva noticia puso de relieve las peculiares características de la montaña guerrerense. Se presentó el informe sobre el Índice de Desarrollo Humano municipal que elabora el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), donde se destacan las desigualdades sociales de nuestro país. Por un lado, municipios cuya calidad de vida es equivalente a la de ciudades europeas, y por otro lado, municipios que viven en pésimas condiciones de vida, entre los que sobresalen Metlatónoc y Malinaltepec.

Se acaba de publicar el libro Montañeros: actores sociales en La Montaña del estado de Guerrero, de la UAM-Xochimilco 2004, de los investigadores Beatriz Canabal Cristiani y de nuestro paisano Joaquín Flores Félix, que es una magnífica recopilación de textos sobre esta región sociocultural, donde habita más del 80 por ciento de la población indígena de Guerrero: nahuas, mixtecos y tlapanecos.

El libro transcribe un diálogo que ilustra la descripción que hace un indígena nahua de Tlapa, de los habitantes de La Montaña: “Montañeros, lo que se dice montañeros: los de más arriba, esos sí que son de la Montaña, porque son los más pobrecitos, ésos ni español hablan, ni para comer tienen… Montañeros somos los que habitamos los cerros, los que no hablamos español, los sombrerudos, los huancos, los mugrosos, los huarachudos; así nos dicen los comerciantes de Tlapa”.

En este libro hay estudios interesantes sobre la migración nacional, sobre todo a los estados de Morelos (cosecha de la caña de azúcar), a destinos turísticos como Acapulco y Puerto Vallarta, así como a Sinaloa, Sonora y Baja California Sur (pizca del tomate), que posteriormente pasan al sur de California, Estados Unidos. Hay un capítulo sobre Migración internacional. Una estrategia de sobrevivencia de la comunidad rural indígena, que nos describe el flujo migratorio de indígenas nahuas de Xalpatláhuac hacia Nueva York, destacando que “la razón principal para tomar la decisión de ir a trabajar (a esa ciudad) es poder construir su propia casa en el municipio”, por lo que pagan altas cantidades a los “coyotes” para cruzar la frontera y después muchas comisiones para el envío de remesas de dólares a sus familiares.

Otro capítulo que deseo comentar es La presencia del maestro indígena en la comunidad de la región de la Montaña, que es un interesante relato de la activa participación de los maestros indígenas que laboran en los municipios montañeros, los más pobres del país. La investigadora María de Lourdes Domínguez nos dice que “el magisterio es la única fuerza de trabajo asalariada organizada. Por su posición clave, el profesor puede llegar a tener alianzas (compadrazgo o cacicazgo) con la élite político-gubernamental municipal”.

Nos describe la división que se da entre maestros del PRD y del PRI que se traslada a los niños de las escuelas que también se sienten de uno u otro partido. Incluso se dan casos paradójicos. “En la comunidad de Tenango Tepexi, del municipio de Tlapa, (las) imágenes que se encuentran al interior de la iglesia, están divididas según su preferencia partidaria; 11 imágenes son del PRD y 11 imágenes son del PRI”.

Un último capítulo que quisiera comentar es el de La policía comunitaria de la región Costa Montaña: un proyecto de autonomía indígena, de Ileana Morales Almaguer, que nos dice que “la Policía Comunitaria no es un grupo guerrillero ni tiene relación con alguno de ellos. Es ejemplo de valentía y heroísmo en el estado y en el país, ya que están decididos a seguir negociando, presionando y luchando porque los derechos que les corresponden les sean reconocidos y respetados…”.

Por último me quisiera referir a la tradicional denominación que el PCM le dio a la montaña como la Montaña Roja. Hoy que el PRI pretende enmascarar su verdadero perfil con el color rojo, es importante no pelearnos con el término. De cualquier manera, la Montaña de Guerrero es y será perredista. En todo caso, antes fue roja y hoy es amarrilla.

El PRI aunque se vista de rojo, PRI se queda. Utilizar el color rojo no sería algo ajeno en las contiendas electorales, tal como lo usaban y lo usan los partidos comunistas y algunos socialistas en el mundo. En el caso mexicano, las camisas rojas fueron usadas en los años 20 en Tabasco y en otros estados del país por el ex gobernador Tomás Garrido Caníbal, quien las usó como milicias y como grupos de propaganda y de choque para impulsar políticas anticlericales y jacobinas. Esto es que en la historia política mexicana el uso de camisas rojas esta asociado a grupos paramilitares.

Miscelánea: El sábado 11 de diciembre estará en Acapulco Andrés Manuel López Obrador, para presentar su libro sobre los 10 puntos del proyecto alternativo de nación, que expuso en el Zócalo capitalino el 29 de agosto pasado. Este fin de semana iniciará su recorrido por varios estados del país. Recibámoslo como se merece… El seminario permanente de Estudios sobre Guerrero del INAH tendrá una sesión el martes 9 de noviembre con dos temas: Desplazamiento y/o preservación de lenguas indígenas en Guerrero, de Georgane Weller y Así hablamos en Guerrero del investigador y lingüista Erasto Antúnez, joven calentano de Villa Madero, Guerrero. Interesados contactarse con sub_etnografí[email protected]… Yasser Arafat está muy grave en un hospital de París. Sería una ausencia irreparable, y la causa palestina perdería un símbolo de su lucha. Oremos por su pronto restablecimiento.

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