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Graffiteros y vándalos interfieren el descanso de los muertos en Taxco

 Muchas tumbas amanecieron este 2 de noviembre con pintas y leyendas a pesar de la vigilancia de la Policía Preventiva en los cementerios

 Claudio Viveros Taxco  

La supuesta quietud y paz de los muertos en los panteones de Taxco se vieron trastocadas en estos días por vándalos y grafiteros anónimos que dejaron sus huellas, con el amparo de la noche, en las tumbas, las cuales parecen haber surgido del Bronx de Nueva York o Ciudad Nezahualcóyotl, del Distrito Federal.

El Día de Muertos cada lápida y capilla, sin importar sexo, edad y condición económica, evidenciaron señales del paso de los graffiteros, quienes trasladaron su embestida del centro histórico hacia los siete panteones de la ciudad. Al parecer sólo respetaron el primero de ellos, el de San Celso, fundado hacia 1850 y cuya fachada data de 1900.

De la situación, el director de Panteones del municipio, Fernando Serrano Nava, indicó que aunque han estado al pendiente del caso “desgraciadamente los graffiteros actúan después de la medianoche y lo malo es que por donde sea se meten porque los cementerios no están bardeados”.

Del total de panteones, las cifras registran más de cuatro mil perpetuidades, de las cuales los propietarios pueden tener de dos a tres lotes y sólo 50 por ciento posee un lote único con un costo actual de 3 mil 500 pesos. Si fuera así, el número total de tumbas podrían llegar a albergar entre 12 y 15 difuntos, y en muchas hay daños.

En un recorrido por la zona, la mayoría de tumbas han pintarrajeadas con mensajes cifrados o dedicatorias hechas por jóvenes bien identificados por las edades, que oscilan entre los 12 y 15 años, muchos de ellos estudiantes de secundaria y otros de mayor edad.

Al respecto, Serrano Nava dijo que ya han enviado varios escritos a los directores de las escuelas “para que nos echen la mano y sensibilicen a los jóvenes, porque finalmente en cualquier rato todos vamos a caer a un panteón y yo digo que son lugares en los que se debe respetar la tranquilidad de los muertos”.

Pero a pesar de las operaciones de vigilancia de la Policía Preventiva las pintas se multiplican de un día para otro, “Vemos que la gente viene, limpia y pinta las tumbas y es muy triste que después de una semana muchas de ellas las encontremos pintarrajeadas”.

A pesar de ello, el Día de Muertos para la gente viva es de fiesta, llanto, picnic junto a los deudos, recuerdos, unos tragos y música, mucha música ya fuera con banda, trío, mariachi o un solitario cantante en busca de unos pesos.

Muchos lotes ni una cruz tenían, ni una flor. Otras nada, quizá ni los huesos de los muertos con años de olvido. Un número más sólo con una cruz de flores como ha ocurrido con el estadunidense William Spratling, impulsor de la platería moderna de Taxco, y a quien ni los propios plateros y autoridades recuerdan en su tumba.

Una de las primeras criptas, de principios del siglo pasado, estuvo en la más completa soledad, casi en la ruina, allí duerme Celso Muñoz, benefactor de este campo mortuorio, entre ríos de gente en los apretados pasillos del panteón de San Celso, y lo mismo ocurrió con los miles de visitantes regados por toda el área, cuesta arriba o abajo, entre las peñas o el cerrerío.

Eso sí, el negocio fue la actividad que más dividendos arrojó con la venta de botes, flores, una feria de juegos mecánicos, tacos de barbacoa con aroma de difunto, quesadillas para todos los gustos, agua fresca, alcohol y cervezas por doquier y demás infinidad de productos consumibles y desechables.

Para la muerte que se llevó a varios difuntos en esta temporada, los muertos para los vivos son negocio junto al gran puente vacacional y a pocos taxqueños les importa que de lotes en los panteones citados se encuentre agotada.

Pero, finalmente, como dice una leyenda a la entrada del panteón de San Celso: “Postrados, aquí la eternidad empieza y es polvo aquí la mundanal grandeza”.

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