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Masiva asistencia de familiares al panteón de Las Cruces, el más grande del puerto

 Luluani Vega  

Como todos los años durante la celebración del Día de Muertos el panteón de Las Cruces –el cementerio más grande de la ciudad de Acapulco con sus 55 mil tumbas– fue de los más visitados.

Pintura, escobas, cubetas y rastrillos fueron las herramientas que la gente utilizó para limpiar las tumbas, sin embargo, otras sepulturas no fueron visitadas. Tal es el caso de René Eroza Rodríguez que falleció en 1985, Marcos Nava Campos fallecido en l886, Juanita Noriega que murió en 1993.

El acceso al panteón fue complicado debido a que afuera había vendedores ambulantes de flores y comida que se instalaron con autorización de la Dirección de Vía Pública, pero a comparación del Día de los Difuntos Pequeños ayer aumentó la afluencia de la gente.

Es curioso pero cierto, muchos de los asistentes a los panteones reconocen en su andar que fue difícil por la aglomeración de visitantes, que llegaron desde temprano a su visita obligada a sus familiares porque los días de sus aniversarios luctuosos por lo regular se olvidan, pero en el Día de Muertos hay responsabilidad y compromiso.

Algunas personas se acompañaron de su soledad y su arrepentimiento porque en vida se visitaban mamá, papá, hermano, hermana, abuelo, abuela u otro familiar a veces porque tenían otras ocupaciones, sin embargo, ayer con el festejo del Día de Muertos quisieron remediar su remordimiento.

La profesora Angélica Figueroa García narró que a veces pasaban semanas, meses, y ni siquiera tenían una llamada telefónica para sus mamá y el día en que murió fue cuando se dio cuenta de la falta que le hace.

Ayer acudió al cementerio desde las 8 de la mañana y dijo que “no es lo mismo visitar un recuerdo que jamás se borrará de mi mente ni tampoco llorar cuando lo pudimos haber seguido haciendo juntas”.

El tequila, el mezcal, los tamales oaxaqueños, la calabaza en dulce y el mole rojo fueron las bebidas y comida que algunas personas llevaron debido a que eran los platillos favoritos de sus familiares fallecidos y aprovecharon la ocasión para degustar y recordarlos.

Flores de cempasúchil, terciopelo, nubes, margaritas, rosas y claveles lucieron sobre las lápidas y pocas velas fueron encendidas.

Aún cuando el director de Panteones y Velatorios, José Trinidad Carbajal Núñez, aseguró que se cumplieron las expectativas debido a que no hubo ningún incidente que lamentar por el programa de seguridad que puso en marcha el Ayuntamiento, la limpieza en las tumbas generó en los pasillos del panteón de Las Cruces que se acumularan montones de basura.

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