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Jaime Salazar Adame

 Aquiles Serdán

El iniciador del movimiento revolucionario maderista en la ciudad de Puebla de Zaragoza, nace en esa población el 2 de noviembre de 1876.

Sus primeros estudios los realizó en el Colegio Anglo-Franco-Mexicano de su ciudad natal, y siendo huérfano de padre desde muy joven se dedicó al comercio siguiendo la tradición familiar; primero fue empleado, más tarde logró establecerse por su cuenta.

Sus actividades comerciales lo obligaban a viajar constantemente por el estado de Puebla y regiones vecinas, por ello entabló amistad con numerosos obreros textiles tanto de puebla como de Tlaxcala.

Siendo opositor al régimen porfirista, en 1909 se afilió al Partido Antirreeleccionista y se convirtió en un militante activisimo, difundiendo las ideas y propósitos de su partido entre los trabajadores poblanos y tlaxcaltecas. El 15 de abril de 1910, los Partidos Antirreeleccionista y Nacional Democrático lanzaron la candidatura a la Presidencia de la República de don Francisco I. Madero.

Cuando el candidato popular visitó durante su gira política la ciudad de Puebla, los sectores sociales unificados por Aquiles Serdán le brindaron una recepción apoteósica; si Madero había sido recibido con gran entusiasmo en ocasiones anteriores, la recepción tributada en Puebla no tuvo paralelo con ninguna otra; destacó principalmente el júbilo de los estudiantes del Colegio del Estado, máximo centro docente de la entidad.

La candidatura de Madero levantó simpatías en todo el país y la dictadura porfirista empezó a estremecerse hasta sus cimientos; los aduladores, que siempre abundan, en vez de ayudar a su amo y protector actuando con sensatez, empezaron a hostilizar a Madero y a sus correligionarios impidiendo la celebración de mítines y encarcelando a sus simpatizantes por cualquier pretexto. Su actitud únicamente sirvió para aumentar el odio contra el Porfiriato.

Las represalias se sentían en todas partes: la caballería cargó contra la multitud inerme en Guadalajara, Jalisco, y en Monterrey, Nuevo León. Cuando Madero se disponía a abordar el tren después de que la policía había impedido la celebración del mitin político, fue aprehendido por supuestas “injurias” contra el presidente de la República, vertidas en San Luis Potosí al iniciar su gira política. Fue conducido a la capital potosina  para ser juzgado por supuesto delito ahí cometido, pero le fue concedida la libertad caucional.

Ante la serie de arbitrariedades cometidas, Madero comprendió que no quedaba otro camino a seguir que la rebelión armada; las elecciones fueron una farsa electoral de la dictadura y las cárceles estaban  atestadas de simpatizadores. Burló la vigilancia de sus custodios y escapó de San Luis Potosí para refugiarse en San Antonio Texas, Estados Uunidos, donde ya lo esperaban Aquiles Serdán, González Garza, Sánchez Azcona y otros connotados partidarios.

Madero lanzó el Plan de San Luis, en el que señalaba el 20 de Noviembre de 1910 para iniciar a las 6 de la tarde un levantamiento en todo el país que derrocaría a las autoridades y establecería un gobierno provisional para convocar a nuevas elecciones. Aquiles Serdán abandonó San Antonio, Texas, y se dirigió a la ciudad de Puebla para cumplir con la tarea ordenada por Madero, consistente en preparar el movimiento rebelde para que estallara en la fecha y hora fijada.

Vivía Aquiles Serdán en la casa número 4 de la calle llamada Portería de Santa Clara, hoy número 206 de la calle de Seis Oriente en la ciudad de Puebla de Zaragoza, en unión de su madre y sus hermanos Máximo y María del Carmen. Denunciado ante las autoridades, a las 7 de la mañana del 18 de noviembre de 1910 se presentó en el domicilio de los Serdán el jefe de la policía de Puebla, Miguel Cabrera, en compañía de su jefe de la misma y varios oficiales subalternos.

Tenía órdenes de practicar un cateo del que Aquiles ya había sido enterado oportunamente, y por ello había reunido en su domicilio a sus hermanos y a 16 amigos con intenciones de evitarlo. La comitiva  policiaca fue recibida a balazos; el propio Aquiles disparó su carabina y dejó tendido instantáneamente a Cabrera. Su hermana Carmen desarmó al subjefe, Mayor Fragoso, y después de atarlo fuertemente lo encerró en el cuarto de baño. El resto de subalternos emprendieron la retirada para informar a las autoridades lo acontecido.

Con la rapidez que el caso ameritaba, los Serdán procedieron a tomar dispositivos de combate y subieron a la azotea todo el arsenal de que disponían: armas, cajas completas de cartuchos y hasta bombas de dinamita muy rudimentarias, hechas utilizando las perillas de las camas. En pocos minutos hicieron su aparición en la calle de Santa Clara más de 300 elementos de las tropas gobiernistas; la lucha se generalizó. Máximo y Carmen Serdán se instalaron en la azotea, en tanto que Aquiles, su madre y su esposa Filomena del Valle se hicieron cargo de la defensa en la planta baja.

Carmen arengó al pueblo gritándole: “aquí hay armas; vengan, por ustedes lo hacemos; la libertad vale más que la vida. ¡Viva la no-reelección!”.

Cerca del mediodía, después de varias horas de intenso tiroteo entre los Serdán y las tropas federales reforzando a las fuerzas policiacas, la casa fue tomada por asalto. Fueron aprehendidos Máximo, María del Carmen, Filomena del Valle, su señora madre; los demás cayeron abatidos. Aquiles, herido gravemente buscó refugio en el sótano de la casa. En la madrugada del día 19 al quejarse debido  a los intensos dolores que le causaban las heridas, fue descubierto y acribillado.

Así Aquiles Serdán fue el primero en caer por la Revolución Mexicana de 1910; al día siguiente de su sacrificio, tal y como lo prevenía el Plan de San Luis Potosí, el movimiento armado estallaba en todo el país. Los días de la dictadura estaban contados.

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