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Malinaltepec: discriminación, incumplimiento y retraso en la reconstrucción, se quejan afectados por Manuel

*Protección Civil recomendó la reubicación de Tilapa, una de las comunidades más afectadas del estado, pero la Sedesol y la Sedatu no compraron los terrenos por el alto precio impuesto por los dueños. En la carretera Tlapa-Marquelia, la más importante de la región, un recorrido que se hacía en tres horas antes de las tormentas, hoy se hace en cinco

Carmen González Benicio (Primera parte)

Malinaltepec

Malinaltepec, en la región Montaña, fue uno de los municipios más afectados por las lluvias que trajeron la tormenta Manuel y el huracán Ingrid en septiembre de 2013. Quedaron comunidades asentadas en campamentos improvisados y desplazadas por la inestabilidad de los suelos; campesinos sepultados dentro de sus propias casas al desprenderse un cerro o ser arrastradas por las corrientes de agua; la pérdida de cultivos cafetaleros, platanares; y mucha tristeza.
Además de padecer las lluvias de septiembre, un mes antes Malinaltepec fue azotado por una tromba en su parte baja, y en julio de este año granizó en varias comunidades; su recuperación es lenta, dice el presidente municipal Aristóteles Tito Arroyo.
Los vecinos, a un año de la tormenta Manuel dicen que volvieron a nacer, tuvieron miedo de los ruidos que hacía la tierra al hundirse, y de ver irse sus casas y sus terrenos de cultivo.
En Malinaltepec comparten el territorio indígenas na savi y me’phaa que se distribuyen en un espacio amplio, con viviendas dispersas de paredes de adobe, de madera y techos de teja o lámina de cartón.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) lo caracteriza como un municipio de 347 kilómetros cuadrados ubicado a mil 510 metros sobre el nivel del mar, donde predomina la vegetación de pino-encino, y la niebla sube de las zonas bajas y se asienta en la carretera Tlapa-Marquelia casi todos los días, y que frecuentemente llueve desde el mediodía hasta la noche. Más del 70 por ciento de su territorio es montañoso.

La carretera Tlapa-Marquelia

La vía de comunicación principal de Malinaltepec es la carretera Tlapa-Marquelia, que lleva a la mayoría de sus comunidades y a los municipios de San Luis Acatlán, Atlamajalcingo del Monte, Xalpatláhuac, Tlapa y Tlacoapa.
Es una vía que atraviesa las montañas entre pinos y encinos, entre niebla, arroyos y cascadas que se forman por las constantes lluvias que se intensifican en esta temporada. Es una zona de recarga de los mantos acuíferos que se vieron afectados por el exceso de lluvia y perdieron su estabilidad, pues son constantes los deslaves y derrumbes en diversos tramos que dejan incomunicados a los pueblos que entroncan con ella y bloquean la salida a la Costa Chica.
Las malas condiciones de la carretera empeoraron el año pasado con las lluvias de septiembre, que durante tres días deslavaron los cerros que terminaron cubriéndola e incomunicando a las poblaciones que se asientan en sus orillas.
Hoy, las condiciones de la carretera Tlapa-Marquelia no son las óptimas, pero permiten la circulación de carros particulares, del servicio público y, sobre todo de varios tipos de maquinaria usada en los trabajos de rehabilitación de la vía.
Las malas condiciones  implican retrasos y más tiempo de recorrido. Su mejor tramo, de Tlapa a San Luis Acatlán, se recorría en tres horas antes de las tormentas de 2013, pero hoy son necesarias cinco horas en el servicio de transporte público, por los atascos del carro entre el lodo, un derrumbe o por los trabajos de rehabilitación que implican la movilización de maquinaria poco usual en la región, con el consiguiente tiempo más largo de espera de los transeúntes por el tráfico pesado.
Aunque se rehabilita, aún tiene varios tramos difíciles de transitar, y para estabilizarlos las constructoras, entre ellas la Torreblanca,  enterraron pilotes de más de 20 metros, sobre los que descansan planchas de cemento que frenan los deslaves y la ruptura de la carretera en donde desapareció el asfalto.

Tilapa, “tratamiento aparte”

Al entrar a la comunidad de Tilapa se observa mucho movimiento. En la placita había decenas de taxis en espera de dar su servicio; son 25 carros que prestan el servicio local y se entiende por qué se necesitan, la población tiene caserío disperso y se compone de varias colonias. La dejada es de 15 pesos.
Tilapa fue afectada, en un primer momento por una tromba que cayó en agosto y después por la tormenta Manuel, del 13 al 15 de septiembre de 2013, cuando la gran cantidad de agua hizo que los riachuelos de sus alrededores crecieran de manera extraordinaria, provocando cuarteaduras, deslaves y hundimientos de grandes porciones de tierra cercanas a las casas y las calles.
Así, en menos de 72 horas –recuerdan los vecinos– varias casas, huertos de cafetales, plátanos, calles, carreteras y puentes  desaparecieron a la vista de las familias me’phaa que quedaron incomunicadas.
Ante esas circunstancias, los más de 5 mil 800 vecinos abandonaron el lugar rumbo al paraje conocido como Las Garrapatas, en el municipio de San Luis Acatlán. Protección Civil les dijo que su comunidad no era habitable y urgía su reubicación inmediata. En esos días murieron dos vecinos, uno en un deslave en la comunidad de Cerro Pelón y otro, un niño, que fue arrastrado por la fuerza de una corriente causada por la lluvia.
Sin embargo, los vecinos recuerdan que sólo estuvieron tres meses y se regresaron porque el gobierno no les dio nada ni les hizo caso, aunque se había comprometido a comprar el terreno para su reubicación. Los mismos vecinos explican que los tres dueños de los terrenos en los que había la posibilidad de ubicar el nuevo asentamiento pidieron casi 150 millones de pesos por las 2 mil hectáreas de terreno.
El secretario de los Bienes Comunales, Domitilo Mendoza García lamentó que “cuando se habla de gobierno la gente se aprovecha, y por eso pedían mucho”.
Recordó que el subsecretario para Asuntos Políticos del Gobierno del estado, Misael Medrano Baza, dijo que no había dinero, pero que por las condiciones en que estaban “recibiríamos un tratamiento aparte”. A un año de la tormenta, ese tratamiento no se ha dado; reconstruyen su vida en la comunidad, y el terreno que proponían ya fue tomado por otro pueblo que sí recibió el dinero con la intervención del diputado Vicario Portillo Martínez, dicen.
El comisario Alberto Espíndola Reyes, entrevistado mientras deslindaban un terreno cerca de la iglesia, se quejó de que han pasado más de 20 brigadas de instituciones como la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), Protección Civil y el Ayuntamiento, pero ninguna de ellas les ha resuelto algo ni les dice cómo van las cosas, y el “gobierno municipal dice que ya dio todo”.
Enumeró que les prometieron reubicación y no hubo dinero para comprar el terreno; les dijeron que construirían viviendas, y hasta la fecha no hay ninguna en la localidad, lo cual se confirma a simple vista porque las casas continúan con sus viejos techos de teja y adobe, de tablas y lámina, y algunas de concreto, las menos. No hay ninguna con el modelo de la Sedatu o la Sedesol, que son compactas.
Mencionó que lo único que recibieron algunas familias fue láminas rojas para reparar sus techos, pero no sabe si se las dieron por la tromba o por la tormenta,  “se politizó su distribución  y le dieron a paisanos que ni siquiera fueron afectados”, se quejó.
Otro compromiso incumplido por la SCT es la construcción de tres puentes colgantes para comunicarlos con sus anexos El Salto, Loma Mamey, Cerro Pelón, Cerro Ardilla, Adolfo López Mateos y la delegación Santa Cruz, “todo está muy rezagado, aunque nos dicen que ya está la inversión destinada, no llega nada”, y agregó que el muro de contención que sirvió para volver a trazar la calle, que se perdió al deslavarse el terreno, quedará inconcluso porque tenían que construirse tres muros de piedra, y sólo hicieron uno, que corre el riesgo  de caerse.
De igual manera está desatendida la solicitud de canalización del agua pluvial para evitar accidentes, porque “a esos cabrones les vale lo que uno esté pasando, no hacen el trabajo y cuando vienen lo dejan a medias”, dijo el comisario.
Por su parte, el presidente del Comisariado de los Bienes Comunales de Tilapa, Juan Díaz García, quien asumió el encargo hace dos meses,  remarcó que “hasta la fecha no hay nada, pese a que el 18 de agosto de 2013 nos cayó un tromba y nos vino a rematar la lluvia del 14, 15 y 16 de septiembre”.
“Las laminitas que dieron las autoridades sólo resolvieron las afectaciones de los techos, no del suelo donde están, y eso es lo que nos mantiene en zozobra, porque ya nos dijeron que está frágil y en cualquier momento puede pasar otra tragedia”, e ironizó que al presidente Enrique Peña Nieto se le ha pedido que ayude a la gente porque no se ha hecho nada y “creemos que en las más de 20 brigadas que han pasado por aquí a preguntar y tomar fotos se acabaron el dinero del Fonden y no hay para obras”.

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