Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Fernando Pineda Ochoa

Retos y perspectivas del PRD en Guerrero

(Primera parte)

Los rasgos distintivos que caracterizan al contexto internacional podemos ubicarlos en tres grandes ejes: fin del mundo bipolar; globalización y proyecto neoliberal; y avance científico-tecnológico, especialmente relacionado con la informática.

El mundo bipolar surge después de la segunda guerra mundial, concretamente a partir de 1947, y con el se inaugura el periodo que se conoce como la guerra fría. En esta etapa la humanidad se divide en dos grandes bloques económicos e ideológicos distintos, representados uno por el imperialismo estadunidense y otro por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y las naciones aliadas de uno y otro. El primero privilegia la propiedad privada sobre los medios de producción, la hegemonía del capital sobre el trabajo y la libre concurrencia (“el mercado libre capitalista”); el segundo planteaba la abolición de la propiedad privada sobre los instrumentos de producción y la construcción de una nueva sociedad: la sociedad socialista. Representaban en síntesis dos proyectos disímiles: el capitalismo y el socialismo. Militarmente estaban representados en dos corporaciones: la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y su opuesto, el Pacto de Varsovia.

Con el derrumbe del llamado “socialismo real” y la desintegración de la URSS (1989-1991), el bloque representado por Estados Unidos quedó como el vencedor. Con estos acontecimientos terminaba el mundo bipolar y la guerra del golfo Arábigo- Pérsico parecía sellar la hegemonía de Estados Unidos en todo el globo terráqueo de manera irrefutable. No era así. La panorámica mundial se vuelve más compleja: tres polos competitivos se disputan los mercados, la supremacía económica del mundo: Estados Unidos-Japón y Europa Unificada. Alrededor de esta triada empujan los llamados Tigres de Asia –Taiwán, Malasia, Hong Kong, Corea del Sur– y agregando a la República Popular China.

En el contexto de tal confrontación interna por la hegemonía del capital, el gobierno de George W. Bush ha llevado a la humanidad al borde de colapso, al desatar la segunda guerra contra Irak (la tercera acción bélica de envergadura, después de la guerra fría, recuérdese Afganistán). Con el apoyo de las corporaciones petroleras y los complejos de la industria militar, la soberbia de los halcones del Pentágono no tiene límites: actúan unilateralmente, al margen del derecho internacional; violan la soberanía de los pueblos y han convertido a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en un organismo inoperante o en todo caso sometido a sus intereses expansionistas.

Pablo González Casanova afirma que las disposiciones del imperio apuntan a una “guerra de conquista global”, con la finalidad de “deshacerse de la humanidad innecesaria y controlar la población necesaria tanto en su crecimiento como en su organización” e imponer un modelo de vida “americano”, sin importarles que esta vía puede llevarnos a la llamada “guerra sin fin”, lo que significa poner término a todas las guerras, pues irremediablemente acabaría con todos los seres vivos que habitamos el planeta. Esta postura demencial, disfrazada como una supuesta lucha en contra del terrorismo, debe de ser frenada con acciones políticas de envergadura que articulen a los movimientos y organizaciones sociales que desean un “sistema mundial menos vulnerable”. Las fuerzas progresistas de la comunidad internacional plantean la coexistencia de un mundo multipolar, pacífico, bajo un nuevo orden planetario.

Con la globalidad imperial (así la denominan algunos) llegó el neoliberalismo. Es una nueva etapa de la conquista del orbe (nuevos mercados y territorios) que busca conformar un naciente marco de relaciones internacionales. Sus rasgos distintivos centrales serían:

Criterio de eficiencia en la competencia internacional; economías abiertas y los estados libres; la inversión privada y la tecnología de punta, el adelgazamiento del Estado.

En esta esfera debe ubicarse la lucha contra las naciones que conforman “el eje del mal”, representado, según la apreciación del presidente Bush, por Corea del Norte, China, Cuba e Irán.

El modelo neoliberal se expresa en un proyecto económico impuesto por las grandes potencias (Estados Unidos y Gran Bretaña) a los países subdesarrollados. El neoliberalismo (o “capitalismo salvaje”), privilegia al capital especulativo (fundamentalmente foráneo), sobre el productivo y pone en entredicho la autonomía de las naciones al colocar a los gobiernos respectivos bajo los dictados del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial imponiendo con ello la lógica de los mercados financieros y relegando las funciones del Estado a un segundo término.

Se ha llevado a cabo una revolución científico-tecnológica, permitiendo la presencia cibernética dentro de la producción, al introducir robots en ciertas ramas productivas, digitalización de los servicios y el adelanto progresivo en la informática introduciendo una investigación permanente en las telecomunicaciones (hasta construir lo que denominan la “aldea global” facilitando la expoliación de los mercados).

No obstante esta anticipación científico-técnica, las desigualdades se profundizan, los grandes monopolios en competencia contribuyen a que la riqueza, generada por millones de hombres y mujeres en su labor diaria, se distribuya de manera desigual e injusta. Asimismo, la nueva división internacional del trabajo subordina a los pueblos subdesarrollados a las naciones altamente desarrolladas y éstas imponen a aquéllos ritmos económicos acordes con sus intereses arrebatándoles o poniendo en riesgo la soberanía nacional. Aún así se atreven a hablar de la muerte de las ideologías.

El subcomandante Marcos concreta al respecto: “La acumulación de riquezas en manos de unos cuantos, y la acumulación de la pobreza en millones de seres humanos”. Y sintetiza: “El planeta Tierra, tercero del sistema planetario solar, tiene 5 mil millones de seres humanos. En él, sólo 500 millones de personas viven con comodidades mientras 4 mil 500 millones padecen pobreza y tratan de sobrevivir”. (Subcomandante insurgente Marcos: Siete piezas sueltas del rompecabezas mundial. p. 10, Ediciones del Frente Zapatista de Liberación Nacional No. 3. 1998).

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