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Héctor Manuel Popoca Boone

¿Caducó el socialismo?

Octubre de 1917, con el asalto al Palacio de Invierno de San Petersburgo en Rusia, es el señalado para conmemorar el advenimiento del socialismo real en la historia de la humanidad. Noviembre de 1989 es el marcado para conmemorar, con la caída del muro de Berlín, la caducidad de dicho sistema social, económico y político. Aún cuando en la actualidad Cuba, Corea del Norte, Vietnam y China sigan siendo países emblemáticos de regímenes socialistas vigentes.

El fracaso del socialismo real, es decir, tal y como se concretó en los actos y en los hechos durante el siglo XX, se debió, entre otras cosas, a que no pudo atender uno de los reclamos perennes del ser humano a lo largo de su historia: la preservación y desarrollo de su libertad. Cualquier sistema político que conculque directa o indirectamente la libertad humana está condenado a la inviabilidad histórica. Es consubstancial al hombre la libertad de acción y desenvolvimiento, de opción y dedicación, de reflexión y expresión. No tomar en cuenta eso en política, es un grave error.

El socialismo real inhibió y castró la iniciativa creadora, innovadora y emprendedora de muchos seres humanos; convirtiéndose en una sociedad burocratizada, carente de iniciativa y con falta de movilidad y superación social. Fue la dictadura, el modelo ideal de gobierno que se utilizó para mantenerse en el poder la clase dirigente socialista, que no era otra cosa más que una casta burocrática encabezada por un caudillo político, que usaba este poder dictatorial para su hegemónica dominación en toda la sociedad.

La existencia de un único partido político expresaba lo totalitario, intolerante y excluyente de los regímenes y dirigentes socialistas; y era su manifestación política más acabada para el control absoluto de toda la sociedad.

Asimismo, en la economía socialista, la planeación económica centralizada y vertical, de arriba a abajo, sin permitir mayor autogestión de las plantas productivas, de la ausencia de promoción y aliento a la iniciativa individual o de grupo; así como la falta de incentivos económicos para el progreso y crecimiento, derivaría tarde que temprano en estancamiento. El poder adquisitivo del pueblo para obtener bienes se convirtió, en lo cotidiano, en la tarjeta permanente de racionamiento de artículos básicos.

Pero si bien es cierto que en lo político el socialismo real fracasó y en lo económico mostró sus limitaciones es en lo social donde dicho sistema alcanzó logros positivos más que ningún otro sistema, incluyendo al capitalismo actual, ha obtenido en el mismo lapso. Son impresionantes los avances que en materia de salud, educación, erradicación de la pobreza extrema, en la protección y seguridad social, fueron conseguidos en tan cortos periodos de tiempo en los países socialistas. En estos aspectos ha sido donde la humanidad socialista emitió brillantes destellos de lo que es ser protagonista consciente y hacedora de su propia historia y destino.

Obviamente que no todas las causas de las deformaciones del socialismo real fueron endógenas. Muchas de éstas se generaron ante el acoso y hostigamiento permanente que desde su nacimiento tuvo la experiencia socialista por parte de los gobiernos y poderosos empresarios capitalistas de todo el mundo, incluyendo el fascismo. Desde sus orígenes el socialismo real ha vivido y sufrido permanente guerra económica y política del sistema capitalista mundial. De ahí mucho de su endurecimiento, coacción y sacrificio social.

Incluso la única y primera experiencia de socialismo en la democracia que se suscitó en Chile fue violentamente abortada y cancelada, a trasmano, por los supuestos campeones de la democracia mundial: Estados Unidos de Norteamérica. Por otra parte, híbridos interesantes que conjugan cosas buenas del capitalismo y del socialismo son los regímenes escandinavos de Suecia, Noruega, Dinamarca y Finlandia. Voltear los ojos hacia ellos sería interesante.

Si marcamos el año de 1789, el de la revolución francesa, como inicio del capitalismo, tendremos que este sistema ha pervivido 215 años y todavía sigue tan campante y vigente a pesar de que ha tomado con el tiempo diversas variantes y sufrido varias y fuertes crisis existenciales. Si señalamos el año de 1917, el de la revolución rusa, como inicio del socialismo, tendremos que solamente lleva 87 años de presencia en el planeta, con una severa crisis de existencia hacia finales del siglo XX. Por lo que históricamente hablando no nos es dable aventurar el fin del socialismo en el futuro de la humanidad; pero sí de la caducidad de una de sus  primeras expresiones reales.

 

PD1. La libertad conlleva la liberación de las formas del lenguaje y los modos que al lenguaje le permiten moderar y encauzar los flujos de la conciencia: Mohamed Moulessehoul.

PD2. Así son las cosas, zanca: en estos tiempos político electorales de lo que se trata no es qué ideario político apoyar, sino qué candidatura denostar y contra la cual despotricar.

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