Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Eduardo Pérez Haro

Acarreo vs sociedades informadas

Para Carmen y José Luis Talancón

Después del in-forme, vino el grotesco teleteatro del grito que combinó el acarreo popular con enfoques panorámicos de las cámaras de televisión a la plaza del zócalo, en la que se confundían 30 mil elementos de seguridad al tiempo que los cronistas televisivos, suntuosamente ataviados y folclóricos, exaltaban una alabanza a la “espontaneidad del pueblo” que acudía desde temprano para gritar a las 11 de la noche “¡Peña! ¡Peña! ¡Peña!”
No fue la primera vez, ya el año pasado se les vio con sus chamarras rojas, pero ahora sólo se les ofrecía el autobús de ida y vuelta para escuchar a la Banda El Recodo, y otras florituras artísticas del canal de las estrellas y la Academía Azteca… sólo algunos, además, recibieron cien pesos en efectivo… así se sucedieron las cosas nuevas de la patria oficial y septembrina que, horas después, se ven coronadas apenas hace un par de días con la recepción del premio al Ciudadano Global otorgado al Presidente Enrique Peña Nieto en la ciudad de Nueva York… ¡qué cosas!, me hizo recordar a Felipe Calderón, que se comprometió a sembrar mil millones de árboles en el foro de la ONU y, al no haberlo convenido con los dueños de la tierra, se vio impedido de materializarlo y terminó regalando focos ahorradores de luz… pero de cualquier manera fue internacionalmente galardonado por su compromiso con el desarrollo sustentable…
Una historia increíble en la que no se sabe si reír o llorar. Corremos el riesgo de que nuestros lectores nos reprochen el detenernos en estos hechos cuando no hay visos de mejoría en el alza del costo de la vida ni mejoría sustancial en el empleo, la inseguridad sigue siendo un martirio en las provincias y ya se vuelve a sentir en la ciudad de México, en otras palabras, nos pueden reprochar que nos distraigamos y nos desgastemos en la ironía de las prácticas de manipulación social por parte del gobierno en vez de trabar los términos de un alegato serio sobre los problemas de fondo y el señalamiento de políticas alternativas, y sinceramente estamos de acuerdo, en parte.
El asunto de estas prácticas mediáticas pactada$ con los principales medios decomunicación, y los acarreos especialmente abastecidos por los estados de México e Hidalgo, que están en las proximidades de la ciudad capital de la República, no son un asunto menor sino expresión de una peligrosa concepción y desempeño de gobierno que, por lo demás no tiene oposición franca, y he ahí lo más grave de lo grave. Así han sido perpetradas las reformas estructurales con acarreos, medios y voluntades adquirida$, y no parece perfilarse algo distinto hacia los comicios del año próximo que serán el tema que mantendrá ocupadas a las burocracias públicas, privadas y sociales mientras se aproximan, a lo lejos, los resultados de las tan llevadas y traídas reformas estructurales, que lo son por cuanto han modificado los preceptos constitucionales más no por conllevar transformación de las estructuras productivas, sociales o culturales.
Siendo así, es correcto llamar la atención de que la problemática nacional no puede ser reducida al cuestionamiento irónico del hacer gubernamental, menos aún sin llamar la atención sobre los vicios y debilidades de las oposiciones formales y la pulverización del descontento social derivado en una competencia descarnada por la suerte de cada quien. Una lucha individual que se traduce en descomposición social y caldo de cultivo para transigir atropellos sobre la voluntad y la dignidad de las personas a cuenta de los devotos secuaces de los poderes fácticos de los sectores público y privado, del poder formal e informal, y del poder legal e ilegal.
El problema de la superación del atraso y el encuentro de un rumbo de verdaderos cambios hacia un desarrollo menos desigual en toda la extensión de la palabra no se circunscribe a un mal gobierno, sino a una mala oposición que hace tiempo abandonó las ideas y los ideales para entrar al pragmatismo de la lucha por el poder en sus distintas expresiones y escalas, tanto la derecha como la izquierda, en ambos casos se da y es de lamentarse, particularmente la izquierda se resuelve en fragmentos dentro de los partidos y dentro de los poderes de cacicazgos y de gobiernos ahí donde lo tiene. La lucha política de hoy es por la calidad de las prebendas en especie, en efectivo o virtuales, y su combinación con los juegos de habilidades operativas, creo que así se dice para el que madruga más temprano, dicho sea literalmente por aquello de que el que pega primero.
La sociedad desregulada por la égida neoliberal del dejar hacer y el dejar pasar, y los gobiernos sin pacto social ni cuidado alguno por la pulcritud política han llevado a las bases sociales a la complicidad obligada por el hambre y la penuria que (lejos de Dios y cerca de Estados Unidos) se entrega al juego de competencias por el mejor postor de sus voluntades para lo que sea… y he ahí la más fuerte de las dificultades del tiempo actual para México y buena parte del mundo.
Revertir esta virtual orfandad y extravió de las personas que conforman a la sociedad de base y este sentido de las cosas del gobierno y los poderes de hecho sobre la sociedad nacional-mundial, no parece tarea sencilla en ningún caso, y sin embargo no habrá que cejar en el intento (éste es el impulso secular de la ciencia y la conciencia, de la estética, la ética y la política), pero ya no es cosa de marchas y plantones, o no sólo, ni siquiera auténticos porque el debate está en la reconstitución sobre nuevas bases en dónde los medios de comunicación son determinantes y no están al alcance. En plena era de la información, la sociedad está desinformada o, mejor dicho formada sobre la información parcial y sesgada en favor de sus emisores coludidos en las esferas de la corruptocrácia.
Las posibilidades del cambio sustantivo de México para perfilarse como un actor relevante en la reestructuración mundial, y en ese contexto como artífice de un nuevo paradigma del desarrollo nacional en la era digit@l propia del presente siglo dependen de la expansión, comunicación y despliegue de las sociedades informadas que pueden dilucidar esquemas alternativos al empirismo ecléctico con el que se debaten y titubean monetaristas-fiscalistas de cortes neoliberales y neokeynesianos frente a la crisis de los países desarrollados, y del mundo por consecuencia, y que lejos de las teorías se enredan, desesperados y pragmáticos, en un intento por salir de las crisis y el estancamiento, y por supuesto sociedades informadas que desde el interior de los países atrasados como México inscriban proyectos alternativos a los esquemas premodernos del autoritarismo tropical.
La democratización de los medios de comunicación es un asunto de primer orden y paralelamente la presentación de los términos de una discusión de fondo, ciertamente, es camino que hay que abonar para propagar un cambio de opinión entre las sociedades de base como embrión de cambios futuros que gradualmente tomarán forma hasta los cambios del poder, no sólo en los hombres de mando sino en los términos del acuerdo y las reglas de funcionamiento entre gobernantes y gobernados, en todas las áreas (económica, política y cultural) y en todas las escalas de la vida social e individual.

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