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Liberan a la pareja detenida en Chilpancingo acusada de vínculos con el ERPI

Dan testimonio de su traslado a La Palma

 Felícitas Padilla Nava y Fernando Gatica Chino salieron del penal de La Palma el viernes. Nos acusaban de tener contacto con el comandante Antonio y la coronela Aurora, pero los conocimos hasta estar en la cárcel, dicen. Los militares nos hicieron firmar confesiones en blanco o violarían a nuestros cuatro hijos, señalan

 Zacarías Cervantes Chilpancingo  

Después de cuatro años de que fueron detenidos en Chilpancingo los esposos Felícitas Padilla Nava y Fernando Gatica Chino, recobraron su libertad el viernes y ayer fueron presentados por dirigentes de organizaciones sociales a los medios de información, a quienes ofrecieron una conferencia de prensa.

La pareja, que fue relacionada con el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI) y estuvo presa por cinco años en el penal de La Palma, acusada por el delito de rebelión, denunció ayer que fueron procesados “injustamente” y que los torturaron para que se declararan culpables de algo que desconocían.

Padilla Nava y Gatica Chino fueron detenidos por militares, agentes federales y policías del estado la madrugada del 22 de octubre de 1999, en una colonia popular de esta capital, acusados de guardar armas del ERPI en su domicilio.

Asimismo, fueron relacionados con Jacobo Silva Nogales, el comandante Antonio y Gloria Arenas Agis, la coronela Aurora, del ERPI, presos también en el penal de La Palma.

Luego de su regreso a Chilpancingo, tras cinco años de encierro, dijeron que no procederán legalmente contra los responsables, pero sí demandaron garantías a los gobiernos federal y estatal para que ellos y sus familias puedan vivir en paz.

Y es que cuando menos en el caso de Padilla Nava, durante estos cinco años que estuvo presa uno de sus hermanos, Heriberto Padilla, fue asesinado en Tixtla, mientras que otro, Ismael, fue detenido acusado por secuestro y es procesado en el penal de Acapulco.

Padilla Nava exigió que se esclarezca el caso de su hermano asesinado en Tixtla, pues dijo que hasta ahora, a un año y medio de los hechos, se desconocen el móvil y los responsables del homicidio. Indicó que es evidente que el caso no se ha investigado.

También denunció que a su hermano Ismael no se le ha comprobado su participación en casos de secuestro y que también está detenido injustamente.

Denunció que es posible que estos hechos sean parte de las represalias contra su familia, “porque los relacionaron con nosotros”, dijo la mujer, quien insistió que teme mucho por los suyos, sobre todo por sus hijos, tres de ellos aún menores de edad, y demandó al gobierno estatal y federal garantías para que pueda vivir en paz.

Por su parte, Gatica Chino al recordar lo que pasó esa madrugada del 22 de octubre en la colonia del PRD, dijo que quienes irrumpieron en su domicilio “abrieron la puerta a balazos y se metieron sin ninguna orden de cateo; a mí me tiraron al piso frente a mis hijos, me amarraron de las manos, me vendaron y me acusaban de que yo estaba guardando cosas, después me dijeron que eran armas, que les dijera de quiénes eran, pero yo no sabía nada”.

Explicó que la casa donde fueron detenidos, en la colonia del PRD apenas tenía dos meses que habían llegado a rentar.

Denunció que los militares, agentes federales y policías estatales los mantuvieron desde las 5 de la madrugada, que irrumpieron en su hogar, hasta el día siguiente cuando los trasladaron a la Procuraduría del estado, a donde también se llevaron a sus cuatro hijos de 3, 5, 9 y 15 años de edad, a quienes los amenazaron con violarlos.

Agregó que en la PGJE los torturaron a él y a su esposa para obligarlos a aceptar que eran miembros del ERPI, también los presionaron para que firmaran hojas en blanco. Los niños fueron liberados poco antes de que la pareja fuera trasladada al penal de La Palma.

Desmintió también la versión que en su momento dio la PGR, en el sentido de que en la misma casa de Chilpancingo fueron detenidos el comandante Antonio y la coronela Aurora: “a ellos no los conocíamos y sólo los vimos por primera vez en el penal de La Palma”, dijo.

Informó que él y su esposa se reincorporarán a sus actividades a las que se dedicaban antes de ser detenidos –las labores del campo y a la compraventa de jitomate, así como las labores del hogar–, en cuanto terminen con las actividades que les han pedido las organizaciones sociales, que son, fundamentalmente, dar su testimonio.

La pareja fue presentada en las oficinas del Frente de Organizaciones Democráticas del Estado de Guerrero (FODEG), en donde estuvo la hermana de Jacobo Silva Nogales, el comandante Antonio, Esther Silva; el ex sobreviviente de la masacre de El Charco, municipio de Ayutla, Efrén Cortés Chávez; los dirigentes del FODEG, Bertoldo Martínez Cruz y Pedro Nava Rodríguez y el abogado Félix Rodríguez Navarrete.

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