Retomar la búsqueda de tres pescadores que siguen perdidos, piden a autoridades

Se quejan las madres de los jóvenes que nadie les ha informado de las operaciones para hallar a sus hijos

Karla Galarce Sosa

Las madres de los tres pescadores que zarparon de playa Manzanillo el 22 de junio pasado, a bordo de la lancha Pitufo IV y que aún no aparecen, exigieron a las autoridades que retomen la búsqueda de sus hijos tan intensamente como lo hacen con el turista originario de Puebla, Baraquiel Calva Díaz, a quien arrastró una ola en la playa Revolcadero el 15 de septiembre pasado.
Aurora Moctezuma Victoriano, madre de Víctor Daniel Cristóbal, y María de los Ángeles Agüegüeteco, madre de Luis Andrade Marín, criticaron el desdén de las autoridades de los tres ámbitos de gobierno pues nadie les informó cómo se hacen las búsquedas en alta mar o en aeronaves de La Marina.
El 12 de septiembre pasado Leonardo Marín Moreno cumpliría la mayoría de edad, informó su madre Catalina Moreno, quien todos los días piensa en cómo estará su hijo.
Las tres madres coincidieron en que las autoridades del gobierno estatal minimizaron la búsqueda de los pescadores extraviados hace ya más de tres meses.
El 1 de agosto pasado, dos días después de que los familiares de los tres hombres avisaron a las autoridades que no volvían de la pesca del tiburón, la Marina reportó que habían encontrado la lancha Pitufo IV frente a las costas de Copala, en la Costa Chica.
Las madres, esposas, tíos, primos y hermanos de los tres pescadores mantuvieron guardias afuera de la Base Naval aún con la esperanza de que recibirían buenas noticias, pues la embarcación en la que zarparon de playa Manzanillo.
Las mujeres se aferran a que sus familiares aún están con vida, pues a bordo de la embarcación había tablas, hieleras y objetos con los cuales pudieron mantenerse a flote y salvarse.
Los familiares de Luis Andrade Marín Agüegüeteco, de 23 años; Víctor Manuel Cristóbal Moctezuma, de 24 y de Leonardo Rebolledo Moreno, quien tendría hoy 18 años, mantuvieron guardias de 12 horas cada día afuera de la Base Naval, cuando pidieron a la Marina que no cesara en la búsqueda.