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Envenena a vecinos y destruye la naturaleza la minera Grupo México en Taxco, según estudio

El análisis de la Profepa es de 2009 pero las medidas correctivas que deberían aplicarse se quedaron en los archivos de la empresa y del gobierno, que no atendieron los daños y sus consecuencias

Claudio Viveros Hernández

Taxco

La contaminación en las comunidades de La Cañada de Taxco, aledañas a las minas de La Concha y Xochula es un asunto añejo en el que las autoridades no han intervenido para resolver la situación que afecta a los habitantes y a la naturaleza.
Por lo que se ha observado en recorridos por las comunidades de Xochula, Dolores, Santa Rosa y el Fraile, después de décadas de explotación de las minas, ahora cerradas porque desde hace siete años los mineros están en huelga, los daños son incuantificables.
Los pobladores enfrentan no sólo problemas de salud por la contaminación, también daños irreversibles en la flora, la fauna y el suelo debido a los jales, que son de-sechos tóxicos arrojados por la empresa Grupo México, que operaba a cielo abierto, y los escurrimientos que han contaminado el agua de los ríos.
Los jales se observan en amplias extensiones de terrenos en estas comunidades, lo mismo que la contaminación del agua y el entorno. Ante esto, la minera se ha mantenido entre la negligencia y la cerrazón, aún cuando se sabe que tiene información de lo que acontece, no de ahora, sino de muchos años atrás.
En 2009, de acuerdo con los resultados de análisis del suelo y los jales en dos de estas comunidades, Santa Rosa y El Fraile, realizados por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), se pudo constatar la gravedad del caso, desde antes de que se diera a conocer lo que hoy ocurre en Sonora, derrames tóxicos de la minera Grupo México a los ríos.
La opinión técnica, con sus antecedentes, muestreos, localización de los puntos, análisis de resultados y medidas correctivas que deberían aplicarse, se quedaron en los archivos de la empresa y del gobierno, que no atendieron los daños y sus consecuencias.
En un párrafo de las conclusiones emitidas de un total de 15 muestras, en 13 de ellas se encontró que con respecto al arsénico y el plomo “rebasan el límite máximo permisible que es de 22 mg/kg y 400 mg/kg, respectivamente”, por lo que se determina que “la contaminación es originada por las presas de los jales”, luego de realizar la comparación de los resultados de las muestras del suelo y las muestras tomadas de los jales.
Ahí mismo, con base en estudios científicos y una amplia bibliografía que se cita, se asentó que el arsénico es sumamente tóxico para todas las formas de vida e interfiere en el metabolismo celular (…) es conocido por ser cancerígeno en los seres humanos. La inhalación y probablemente también la ingestión produce cáncer de pulmón y puede originar cáncer de piel y de hígado, y quizás cáncer de vejiga y riñón, además de producir bronquitis, enfermedades respiratorias, dermatitis, cáncer de piel y cáncer de pulmón.
En cuanto al plomo que se encontró en este análisis, se menciona que los efectos más graves son el resultado de la acción del plomo sobre el encéfalo y sistema nervioso central periférico, y se considera que es venenoso únicamente cuando va al sistema circulatorio.
En lo que corresponde al suelo, se detalla que éste se contamina por la alteración como consecuencia del vertido directo o indirecto de residuos o productos peligrosos, como ha sucedido por décadas en la zona de La Cañada con la entrada de sustancias en el agua que a partir de una concentración deben considerarse como no deseables.
El expediente en poder de El Sur es el número PFPA/3.1/2C.26.1/00011-09, fechado el 8 de febrero de 2010. El día 16 de ese mes, el encargado de despacho de la dirección general de Asistencia Técnica Industrial de esa dependencia, José Domingo Morales Mateo, envió la opinión técnica (OS-003-10) al delegado en turno en Guerrero, Joel Ángel Tacuba García, “a fin de que sea considerada en el procedimiento administrativo que para el efecto tiene instruido la delegación a su cargo” y en la cual se anexaron los resultados de laboratorio de dichos análisis.
En el escrito, el funcionario hace referencia a los jales abandonados “desde hace más de 40 años” y, según se desprende la intervención partió “debido a que los pobladores se han quejado de la contaminación del agua y del mismo suelo, dado que en los sitios no crece la vegetación y se pueden apreciar escurrimientos de lixiviados hacia el arroyo del cual se abastece la población”.
De ello, se desconoce el seguimiento. Mientras, en lo que antes fue un río, corre el agua contaminada, y en las faldas de las montañas de jales existen escurrimientos de los que se desprenden los residuos tóxicos, tanto en Xochula, como en Dolores, Santa Rosa y El Fraile.
El minero oriundo de la comunidad de Santa Rosa, Juan Pérez Bustos, de 63 años, señaló que el agua que corre es una filtración de los desechos de la presa de jales y que hace unos 15 años, ante las denuncias, la empresa ordenó cubrir la zona con capas de tierra para tapar esos desechos acumulados por toneladas en los cerros donde construyeron una barda perimetral para contenerlos frente a lo que fue la planta de beneficio ubicada entre esta comunidad y la de El Fraile.
“El agua aquí baja más contaminada, totalmente. Por acá había un ojo del agua que le llamaban El Guayabo, pero ya se contaminó y cuando llueve se pone peor, se pone bien amarilla. Ora verá, esto ya tiene arriba de 50 años, desde que yo me acuerdo, pero de aquel lado tiene más”.
En los jales, hace unos 15 años la minera intentó tapar la evidencia con la plantación de árboles que se observan pequeños, sin mucho crecimiento. Otros se secaron. En la zona, los habitantes se abastecen del agua para algunas tareas domésticas, con el riesgo de la contaminación, como algunos animales que deambulan entre los jales.
Como resignado a lo que sucede cotidianamente, el minero expresó: “yo conozco y he vivido el problema de hace muchos años; antes un señor se peleaba con la empresa, era un señor que se fajaba, los correteaba con el machete en la mano, era el único que peleaba. Era cabrón. Ahora, la gente está descontenta, pero nadie hace frente al problema”, dijo.

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