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Se acumulan los contaminantes del basurero de la capital en terrenos aledaños; improvisan barreras

No se ha construido el prometido relleno sanitario. Mujeres y niños trabajan entre la basura sin las menores medidas de protección e higiene

Anarsis Pacheco Pólito

Chilpancingo

El que alguna vez fue un relleno sanitario, hoy se ha convertido en un basurero a cielo abierto, y su capacidad se ha visto rebasada al grado de que la laguna de lixiviados ha sido tapada, por lo que trabajadores sin capacitación improvisan pozas protegidas por llantas de carro.
Los lixiviados son la materia orgánica presente en los residuos sólidos urbanos que se degrada formando un liquido contaminante, de color negro y de olor muy penetrante en el que se concentran infinidades de bacterias nocivas para la salud.
Desde su primer año de gobierno, el alcalde priista Mario Moreno Arcos anunció que uno de sus proyectos era clausurar el basurero a cielo abierto que al paso de los días se ha extendido a los terrenos de cultivo que lo rodean.
En el lugar son evidentes los daños ecológicos que se están causando al suelo y la deficiente atención que se está dando a la disposición final de los desechos que se generan diariamente en la capital del estado, provocando malos olores que se perciben a varios kilómetros, afectando a tiendas departamentales como Sam’s, Walmart y Soriana, además de instituciones como el reclusorio, la Ciudad Judicial, la Procuraduría e incluso el Palacio de Gobierno.
Debido a la sobre acumulación de basura, el cerro de residuos se ha expandido hasta cubrir la laguna de lixiviados, y en las orillas de la calle se construyeron pequeñas represas de tierra y llantas viejas, sin embargo esa medida es altamente contaminante para el subsuelo.
El alcalde Mario Moreno Arcos anunció el 8 de junio el inicio del cierre del basurero a cielo abierto, pero en lugar de atenderlo sólo ha transformado los terrenos con los que colinda, ya que en la entrada principal se han colocado desechos como cartón, plástico, colchones y muebles, sin importar que invadan otros predios.
El gobierno municipal anunció una inversión superior a los 30 millones de pesos para el cierre final del actual tiradero a cielo abierto, en el que se reciben más de 300 toneladas de basura diariamente, además de la construcción de la primera celda del nuevo relleno sanitario. El anuncio se hizo a mediados de julio, y lejos de notarse alguna mejora en el trabajo, lo que se hizo fue abrir nuevamente la celda que estaba en proceso de cierre para incrementar el pico de basura.
A pesar de los reiterados y millonarios anuncios de inversión que dependencias estatales y el gobierno municipal han hecho, a la fecha se siguen acumulando residuos en el tiradero, al grado de que se tuvieron que reabrir celdas que ya estaban clausuradas, y el incremento en el nivel de los cerros de basura hace que los malos olores lleguen a gran parte del sur de la ciudad.
De acuerdo con información que en su momento dio a conocer el municipio, el cierre del actual basurero estaría  a cargo de la empresa Grupo Keer SA de CV, misma que tendrá la obligación de controlar el flujo de lixiviados, extraer el gas metano que produce la descomposición de los residuos y convertir la zona en un parque ecológico, libre de olores y contaminación del subsuelo.
En la zona no se nota que la basura se esté compactando ni mezclando con tierra, un tractor la arrastra al borde del cerro para que desborde, es todo lo que se hace; los tubos de extracción del biogás que antes se veían han quedado tapados con la misma basura, por lo que no se descarta que pudiera presentarse una contingencia por explosiones de la basura.
Actualmente, la basura que se recibe en el tiradero se dispone en dos sitios, una parte se va a la celda que se encuentra más al oriente del predio, misma que ya se había saneado y clausurado, pero que se reabrió cuando se consideró que la celda ubicada en la zona poniente no tenía capacidad para recibir más basura. A pesar de ello, la celda poniente también fue reabierta porque una sola no sería suficiente para captar todos los residuos ya que al ser sólo los picos donde se pone la basura ambos espacios están muy reducidos.
En el lugar laboran niños y señoras, quienes no cuentan con el material necesario para seleccionar la basura, además de que ahí mismo, entre desechos fecales se alimentan bajo los continuos rayos del sol.
Los niños no tienen guantes para protegerse, ni tapabocas, ni mucho menos calzado adecuado para caminar entre las bolsas de basura y los mismos lixiviados; mientras sus madres improvisan guantes de plástico con retazos de bolsas.

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