Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Abelardo Martín M.

¿Mala suerte o Estado fallido?

Si alguien creyó que el programa Guerrero Seguro, anunciado con bombo y platillo hace ya muchos meses, dio resultados, los hechos son contundentes: la ola de violencia no cesó y sigue cobrando víctimas, aparte los graves daños económicos y sociales. Tanto es,que hay quienes hablan de Estado fallido.
¿Anarquía? ¿Desgobierno? ¿Indiferencia? ¿Mala suerte? Lo cierto es que pareciera que a Guerrero no puede irle peor. Si bien es cierto que la tragedia y devastación en la costa fue resultado de los huracanes Ingrid y Manuel, esta entidad hoy día vive una terrible tormenta política.
Es tan triste la situación de Guerrero y los guerrerenses, que la gira en la agenda del presidente Enrique Peña Nieto al estado fue cancelada la noche anterior, bajo el argumento de “malas condiciones climatológicas”. La duda es si son del ambiente meteorológico o social.
Si Guerrero se le ha estado yendo como agua entre las manos al gobernador Ángel Heladio Aguirre Rivero, los acontecimientos de las recientes 72 horas lo han devastado en su gobernanza y tranquilidad. Tan sólo el viernes en Iguala, policías municipales y hombresa armados dispararon contra estudiantes y mataron a seis personas, y dejaron heridas a 25 más. Tres de los muertos eran estudiantes normalistas de Ayotzinapa, que ya hace unos años protagonizaron enfrentamientos con la policía. Se habían apoderado de tres autobuses en la central camionera de la ciudad. Luego de una persecución, vinieron los disparos.
Veintidós policías municipales fueron detenidos y tuvieron que ser trasladados bajo custodia del Ejército mexicano a Acapulco, porque el pueblo los reclamaba.
Y, por si fuera poco, el secretario general del PAN en el estado de Guerrero fue asesinado en Acapulco la mañana de ayer domingo. Braulio Zaragoza Maganda Villalva recibió tres balazos en la espalda cuando se encontraba en un hotel de la zona de La Quebrada. Había acudido a una reunión de trabajo; sus tres asesinos huyeron. Su muerte crispó los ánimos del panismo nacional que exige justicia a los gobiernos, estatal y federal.
Hay quienes manifiestan su deseo de conocer qué hará el gobernador Ángel Aguirre, porque ya hay voces que advierten sobre la total pérdida de gobernabilidad democrática del estado. Tampoco podemos perder de vista que Guerrero es un estado gobernado por el PRD y codiciado por algunos priistas.
A todo esto, el senador del PRD por Guerrero, Armando Ríos Piter demandó la presencia permanente de la Gendarmería de la Policía Federal en su entidad con el objeto de que sea pacificada ante el ambiente convulso que se vive, pero rechazó el nombramiento de un comisionado federal para el estado.
La entidad, distintivo nacional de turismo y hospitalidad, hoy vive una de las crisis más lamentables de ausencia de autoridad, pues luego de la muerte de civiles, normalistas y un futbolista en la ciudad de Iguala a manos de policías municipales, así como del asesinato –por gatilleros– del secretario general del PAN en la entidad, Braulio Zaragoza Maganda, el gobernador se mantiene en silencio y sin moverse, aparentemente a la espera de que la federación llegue a su rescate y le resuelva el polvorín en que se ha convertido Guerrero.
Urge parar la violencia, y Aguirre, más que atender a la estrella italiana de cine Sophia Loren, quien visitó el puerto de Acapulco apenas la víspera, debiera actuar y tomar decisiones en beneficio de los guerrerenses.
En esta crisis política y desgobierno, combinado con violencia y crimen organizado, la renuncia del mandatario estatal es el reclamo popular el cual quedó de manifiesto –una vez más– la tarde de este lunes, cuando unos tres mil estudiantes de las nueve escuelas normales de Guerrero dedicadas a la formación de maestros, familiares de los desaparecidos y maestros, quienes exigieron además la renuncia del alcalde de Iguala, José Luis Abarca, a quien acusan de ser cómplice de la delincuencia organizada junto con los policías municipales que atentaron ese día contra los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa.
Habría que hacer un balance del muy publicitado programa Guerrero Seguro que, lejos de ser una solución parece que avivó la violencia, si se ven los resultados. O acaso tendrá el gobierno federal que estudiar la figura del comisionado para que, como en Michoacán limpie la casa.

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