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Jaime Castrejón Diez

La visita del Dalai Lama

No deja de ser controvertida la presencia del Dalai Lama en México y sobre todo su presencia en la Cámara de Diputados. No es la primera vez que un líder religioso es recibido por alguno de los poderes, el caso de la visita del Papa que el Presidente Vicente Fox y antes López Portillo lo recibieron e inclusive hay que recordar la famosa fotografía de Fox besando el anillo del Papa. Ahora causa controversia la visita a la Cámara de Diputados en que el Dalai Lama se dirigirá a los legisladores.

Esta visita debe verse en dos aspectos fundamentales: uno, como líder espiritual y el otro como líder político en el exilio. Después de la invasión de China en 1959 que hizo que el Dalai Lama escapara a la India y con él muchos tibetanos se fueron como refugiados a la India y otros a Nepal, en este último lugar inclusive hay una gran sección en donde los budistas tibetanos han establecido su forma de vida. Tanto en la India como en Nepal en los lugares de refugiados se encuentra la efigie del Dalai Lama que lo consideran no sólo como líder espiritual, sino en realidad como el gobernante de Tibet en el exilio

Esto trae por consecuencia que su presencia oficial sea un problema diplomático, porque con la doble investidura nos hace que revisemos nuestra relación con la República Popular China.

Debemos recordar que en la post-guerra China estaba representada por el gobierno de Chiang Kai Chek, ahora Taiwán, que tenía no sólo la titularidad en las Naciones Unidas, sino también en el Consejo de Seguridad. En los años setentas con la conciliación China con Occidente, México fue uno de los países que muy temprano no sólo reconoció la titularidad en las Naciones Unidas de la República Popular de China, sino también en el Consejo de Seguridad. Es decir, que de los primeros movimientos diplomáticos a favor de China Continental fueron dados por el gobierno mexicano, estableciendo relaciones, intercambiando embajadores y que en estos momentos el compromiso diplomático le da un tinte difícil de explicar al gobierno chino la presencia del Dalai Lama en la Cámara de Diputados.

Esto se debe considerar como un aspecto de cierta falta de discreción diplomática al recibir al líder espiritual, pero también líder de un gobierno en el exilio. Cuando al mismo tiempo se tienen relaciones con el gobierno actual de China. Existe un gran movimiento internacional que habla de la liberación del Tibet inclusive en América Latina y en México existen grupos que claman por la libertad del Tibet. Lo que hace que la situación diplomática sea aún más grave.

Esta lucha por la soberanía del Tibet es muy antigua, en el año 817, cuando la época expansionista de China y de Tibet; el imperio tibetano había llegado hasta Ganzú y Tishua en territorio chino. En el año 817 se firmó un tratado en que se establecía una demanda mutua por ese territorio; el colapso del estado tibetano, la relación fue un tanto ambigua, pero China consideró que el tratado había terminado y que Tibet era parte integral de la soberanía China. Esto ha sido un problema recurrente a lo largo de la historia por lo que el problema diplomático es realmente importante.

Si la presión de la diplomacia china sobre México por esta visita se incrementa, en parte tienen razón porque en el momento en que México reconoció como legítimo el gobierno de China no puso como ahora se dice el calificativo de gobiernos autoritarios, sino simplemente de gobierno y de gobierno a gobierno se hicieron las transacciones diplomáticas.

Esto no quiere decir que aquellas personas que pugnan por el respeto a los derechos humanos no tengan también sus razones, pero tratándose de una visita oficial al Poder Legislativo, es necesario pensar que se está exponiendo a reacciones diplomáticas con un gobierno amigo, con el que se están teniendo relaciones comerciales y están en juego muchos intereses de ambos países. La verdad, ética puede ser diferente, pero no podemos olvidar que en el concierto de las naciones existe una razón diplomática y México ha sido uno de los países que más han impulsado esta visión de la verdad diplomática. Es por esto que el Dalai Lama no se dirigirá a la Asamblea en pleno, sino a una reunión con legisladores en el salón de protocolo.

Es difícil separar los roles, el del líder espiritual y el político. El primero merece todo el respeto, pero el segundo se tiene que tratar dentro de los límites diplomáticos. Su presencia en México se debe a un encuentro religioso con diversas denominaciones. La pregunta que queda por hacer es ¿ A todos los líderes espirituales se les dará el mismo trato? ¿Y el Estado laico?

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