Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Netzahualcóyotl Bustamante Santín

20 años en El Sur

Hace 20 años, el 1 de octubre de 1994 comencé a colaborar en El Sur, 17 meses después de su primer número.
Mi primer trabajo (Molinet, un caso no tan perdido) abordaba la persecución contra el poeta Pablo Molinet por el gobierno panista de Guanajuato encabezado entonces por Carlos Medina Plascencia. El también escritor abandonó la prisión años después de que se comprobó que no cometió el homicidio del que se le acusó.
Desde entonces he generado textos y análisis sobre tópicos diversos.
Durante los primeros cinco años reseñé en estas páginas presentaciones, ferias de libros o exposiciones, vinculado todo a una temática cultural, hasta crónicas de conciertos de rock. Entre 1999 y 2001 desarrollé análisis político a propósito de sucesivos procesos electorales en la entidad. Y desde 2003, merced a mi formación académica como economista y administrador público, mis textos aquí publicados analizaban el comportamiento de la economía del estado, presupuesto público, transparencia y rendición de cuentas, y también abordaba el desempeño político de la izquierda partidista en el Congreso y el gobierno locales.
Como se ve, el crisol de temas aquí expuestos ha sido amplio en estas dos décadas. He colaborado en todas las épocas del diario y he conocido de cerca los avatares para lograr que El Sur sea hoy un referente en Guerrero y en el país.
El 3 de mayo de 2008, en el marco del 15 aniversario del diario señalé que al periódico le esperaba larga vida, en medio de largas batallas por venir. Y éstas no han faltado.
La persecución contra el diario en el efímero régimen de Rubén Figueroa, la suspensión de publicidad oficial en distintos periodos gubernamentales y por distintas causas, especialmente la relacionada con asfixiar económicamente al diario por su línea editorial y arrinconar a un medio incompatible con los intereses de funcionarios y representantes po-pulares que se resisten al desarrollo democrático del estado.
Si bien todo lo anterior es reprobable y se enmarca en una política de hostigamiento y censura institucionalizada, acaso un hecho que resulta hasta ahora el más grave para el periódico en sus 21 años de vida es la salvaje agresión ocurrida contra sus instalaciones en Acapulco el 10 de noviembre de 2010, que puso en peligro la vida de sus trabajadores, y que se traduce como el más grave capítulo de acoso contra un medio de comunicación en Guerrero en los años recientes.
Mi primera relación con los medios fue mi trabajo como locutor en Radio Guerrero Taxco, y enseguida un taller de periodismo en la UAG. Con esos antecedentes llegué al periódico y expresé al director mi interés en colaborar. Aceptó generoso mis trabajos que redactaba en una vieja máquina de escribir y que hacía llegar por fax a la redacción en Acapulco. Juan Angulo me pidió desde entonces que todos los textos que enviara abordaran temas de Guerrero o sobre Guerrero para darle identidad regional al periódico. Eso ya se logró, y también consolidar a El Sur como el medio escrito en el estado en el que distintos autores y plumas analizan con rigor y puntualidad diversos fenómenos de la vida local, desde la política hasta la educación, pasando por el examen de los movimientos sociales y su perspectiva, pero sobre todo es invaluable el perfil cultural de un medio que lo mismo a través de la crónica, la entrevista o la nota informativa ha reflejado aspectos de la literatura, las artes y la historia de un estado pluriétnico y policromático.
Me resulta extraordinario ser par en estas páginas de articulistas y editorialistas con años de carrera periodística, como el extinto maestro Miguel Ángel Granados Chapa. Comparto espacio con respetados analistas políticos y reconocidos escritores.
Al final, es el lector quien juzga mis artículos, pero sin duda en veinte años he hecho un esfuerzo por presentar información, datos, cifras y elementos de análisis que sean útiles para quienes me leen y para una mayor comprensión del tema que se expone.
Ese ha sido el propósito que anima mi presencia en el periódico: a) escribir sobre temas de coyuntura y sobre Guerrero; b) hacerlo con la razón y no con pasión; c) analizar un fenómeno y presentar una conclusión guardando equilibrio y, en lo posible ofrecer datos o estadísticas que expliquen con profundidad el tema de-sarrollado. Y especialmente, escribir sobre asuntos que resulten de interés periodístico y, evidentemente, de los lectores.
Durante estos 20 años atestigüé cercanamente la construcción y eventual consolidación de un proyecto editorial fundamental en la historia reciente de Guerrero. Conservo los ejemplares donde aparecen mis colaboraciones para recordar la historia política y social de mi estado. Es como abrir un álbum de fotografías familiar. Se comprueba cuán vertiginoso ha sido el cambio político en Gue-rrero, pero sobre todo cómo este periódico, al reflejar las distintas voces y expresiones sociales de un estado por naturaleza convulso, ha sido fundamental en esa transformación.
El Sur (que es realizado diariamente por todo un equipo de periodistas comprometidos con causas progresistas y democráticas) ha jugado el papel que estuvo llamado a hacer desde su primer número el 3 de mayo de 1993, en contra del autoritarismo, de la violencia institucional y de la dramática circunstancia social de pobreza y marginación que miles de guerrerenses padecen en cientos de comunidades.
Los penosos y reprobables acontecimientos ocurridos hace cinco días en Iguala lo colocan una vez más como la fuente insustituible de información en el estado, fuera de él y del país.
En este aniversario, deseo reiterar el agradecimiento al director y a la editora Maribel Gutiérrez por el espacio, la oportunidad brindada cuando remití mi primer texto y por la experiencia adquirida gracias a ellos y a muchos miembros del equipo fundacional que aún se mantienen trabajando con sobrado entusiasmo para este medio.
Y por supuesto, gracias a los lectores quienes sin su generosidad, comentarios y críticas sobre mis opiniones escritas no hubiera sido posible mejorar mi modesta labor en estas páginas.

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