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Alta participación en la primera jornada de las elecciones presidenciales en Egipto

DPA

El Cairo

La participación en la primera jornada de las elecciones presidenciales egipcias fue elevada, aseguró ayer la comisión electoral horas después del inicio de la cita electoral para decidir quién ocupará el cargo que dejó vacante Hosni Mubarak, tras su derrocamiento a raíz de una revuelta popular en febrero de 2011.
La participación fue especialmente alta en El Cairo y Giza, donde se vieron largas filas ante los locales electorales, ante un amplio despliegue de seguridad que provocó un caos de tráfico, informaron medios estatales. Los locales cerraron a las 21 horas (19 GMT), después de que la votación fuera extendida en una hora.
“La participación es enorme y mayor de lo esperado”, dijo Hatem Begatu, secretario general de la comisión.
La votación transcurrió en general pacíficamente. De todas formas, algunos votantes expresaron su temor de una nueva ola de violencia porque algunos candidatos podrían no aceptar su derrota.
Unos 50 millones de egipcios están llamados el miércoles y este jueves a las urnas en las primeras elecciones presidenciales democráticas del país. Los comicios se esperan con tensión, pues está completamente abierta la carrera a la presidencia, ya que las últimas encuestas dan opciones a cinco del total de 12 candidatos a presidente, dos de los cuales pertenecen al sector islámico.
Esta votación gira principalmente en torno a la elección entre un candidato secular o un islamista. La decisión de quién debe gobernar el país afectará no sólo el futuro político y económico del país, sino probablemente también la relación con Israel.
La primera vuelta de las presidenciales dura dos días, aunque no se esperan los primeros resultados hasta el viernes. Los resultados definitivos se conocerán el 29 de mayo. Según las últimas encuestas, ninguno de los candidatos logrará la mayoría absoluta, por lo que se cuenta con una segunda vuelta para mediados de junio.
Los mejor posicionados son el último primer ministro de Mubarak, Ahmed Shafik; el ex ministro de Exteriores y ex secretario general de la Liga Árabe, Amr Mussa; Mohamed Mursi, de los Hermanos Musulmanes, el islamista independiente Abdul Moneim Abul Fotuh y el izquierdista Hamdeen Sabahy.
Mussa, uno de los favoritos para la presidencia del país según las encuestas, prometió ayer aceptar el resultado de los comicios, independientemente de quién sea el ganador. “Es una regla básica de la democracia”, dijo mientras esperaba en la fila para depositar su voto en un local electoral en el distrito oriental cairota de Nasr City. “Soy optimista sobre los comicios. Es un día histórico”, dijo citado por el diario estatal Al Ahram en su edición online.
Los sondeos recientes mostraron a Shafik al frente del apoyo del electorado. Antes de que se abrieran los locales de votación se corrió el rumor de que éste había sufrido un infarto, pero el candidato se presentó luego ante la prensa en El Cairo.
Familiares de algunos manifestantes muertos durante la revuelta que derrocó a Mubarak hace un año mostraron retratos de sus seres queridos ante un local electoral a las afueras de El Cairo donde Shafik depositó su voto.
El secretario de la comisión electoral Begatu señaló que todos los locales excepto tres abrieron según lo previsto a las 8 horas (local, 6 GMT). Para los comicios se habilitaron 13 mil locales en las 27 provincias del país.
Hombres y mujeres votan por separado y en muchos lugares la afluencia de mujeres fue mayor que la de hombres, indicaron testigos.
Según la televisión estatal, la cita está transcurriendo con normalidad. Sin embargo, se reportaron algunas irregularidades, como campañas fuera de los locales. Algunos observadores informaron intentos de influir en la votación. Defensores de los derechos humanos aseguraron que los más activos fueron los seguidores de Shafik y de los favoritos entre los islamistas, Abdul Futuh y Mursi.
El Consejo Supremo de las fuerzas armadas, que asumió el poder e instauró un gobierno de transición tras el derrocamiento de Mubarak, llamó a los egipcios a participar al considerar esta cita “el primer paso” hacia la democratización del país. Los generales prometieron entregar el poder a finales de junio y retirarse de la política.

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