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En días, la iniciativa para que el programa Pensión Guerrero sea una obligación para gobiernos venideros

La voz añeja pero jubilosa de la maestra Micaela resonó en medio del gimnasio del INDEJ donde se amontonaban los ancianitos en torno a René Juárez, “gobernador bueno, gobernador bienaventurado, el que va por esta vida de trabajo resignado, el que lleva en su alma luminosa la bondad, el que cifra en nosotros su ventura y su esperanza, la que solamente en su estado deposita su confianza, hoy queremos estrecharlo con los lazos de amistad, para usted la mano franca se extiende en este día”, dijo en improvisados versos.

Madrugador, Juárez Cisneros inició su jornada de trabajo desde las 7 y media de la mañana, sorprendiendo a los beneficiados de Pensión Guerrero que acudieron desde temprana hora a cobrar su apoyo y ansiosos, emocionados a cual más, ovacionaron al mandatario que a su paso recibía la bendición, parabienes y agradecimiento de los viejitos.

Desde las 5 y media de la mañana las decenas de empleados de la Sedesol estatal, eran coordinados por Isaac Ocampo Fernández, responsable de Pensión Guerrero y quien presto acompañó al mandatario y al secretario de Desarrollo Social, Heriberto Huicochea Vázquez, en el recorrido por todos los módulos de pago, iniciando el proceso de manera simbólica el propio Juárez Cisneros.

El mensaje fue claro y de tal manera que los cientos de personas, distribuidos en cuatro módulos de pago, agradecieron emocionados: en breves días enviará Juárez Cisneros la iniciativa de ley para que Pensión Guerrero sea instituido como obligación de las administraciones venideras.

“Esto no cualquiera lo hace, porque este programa se instrumentó sin pedir dinero prestado y beneficiando en una primera etapa a 25 mil de ustedes y esperamos ampliar esta cifra a cien mil antes de que yo me vaya”, dijo Juárez Cisneros a voz en cuello en el primero de los módulos, lo que ocasionó una serie de aplausos entre los presentes.

Este mensaje fue reiterado en los restantes cuatro módulos donde Juárez Cisneros fue recibido de la misma forma y saludado por decenas manos rugosas y callosas, hombres de campo con rostros curtidos por el sol, mujeres humildes que tienen únicamente en común su agradecimiento “al único gobernador que pensó en nosotros los viejos”, como se lo hicieron saber.

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