Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Jaime Castrejón Diez

Comunicación chatarra

Esta expresión que se ha comenzado a usar en varios lugares podría describir muy claramente a lo que estamos sujetos los que seguimos los eventos nacionales y somos testigos de cómo los actores y los medios están bombardeando a la ciudadanía con mensajes que muchas veces la mejor forma de describirlos es chatarra. Los medios transmiten los mensajes de políticos y gobernantes, ellos diseminan pero aquellos la producen.

Hay que empezar con el uso del lenguaje; el secretario de Gobernación Santiago Creel utilizó una palabra que según su entender lo que está pasando en la sociedad y en los medios es algo que llamó “sospechismo”. La palabra me pareció rara y hasta repugnante, acudí a la Enciclopedia del Idioma de Martín Alonso que normalmente saca de dudas sobre algún vocablo. Alonso no pone en su enciclopedia la palabra “sospechismo”, está sospecha que es un sustantivo, está sospechar que es un verbo, está sospechoso que es un adjetivo, pero sospechismo no aparece por ningún lado, ni siquiera en los curiosos arcaísmos del idioma. Tal vez la inventiva del secretario de Gobernación va más allá de los alcances lingüísticos de Martín Alonso y los académicos, pero también es un síntoma del poco respeto que se empieza a dar a la terminología, especialmente política o ¿será que en medio de esta transformación democrática, con las nuevas reglas, se proscribe la gramática? ¿O será poeta y se tomó una licencia literaria?

Si vemos a lo que está sujeto el ciudadano mexicano a través de los medios, yo pondría en primer lugar el nunca interesante Canal del Congreso. Creo que es uno de los gastos más inútiles que se han dado en la historia gubernamental. Yo no conozco a nadie que lo vea o que esté esperando escuchar las deliberaciones de los dilectos diputados y de sus comisiones, creo que es dinero tirado, nadie lo ve y además pareciera ser que se trata de justificar a los diputados dando la impresión de que están trabajando. Los diputados en su trabajo deben ser juzgados por las leyes que crean, por los presupuestos que aprueban, por las reformas que hacen, pero yo creo que el Canal del Congreso es lo más inútil del Poder Legislativo y muchos verían con mucho agrado que se cancelara. Si se trata de crear imagen, creo que se está orientando en sentido contrario.

Luego hay estas cápsulas informativas de los distintos poderes. Para mi hay una especialmente odiosa, que habla de la inseguridad en el país y luego viene el mensaje del Senado de la República que dice que están trabajando y han pasado leyes para que México sea un país seguro, pero la inseguridad sigue igual, es decir, es una exhibición de su incompetencia o su incapacidad y yo creo que no necesitamos recordatorios de que trabajan los senadores, creo que este también es un gasto inútil que está pesando sobre quienes pagamos impuestos.

Luego está el similar uso de los medios que hacen los señores diputados en que hablan de las maravillas que están haciendo en la Cámara y cómo esto se refleja en la vida de los mexicanos. Esto es mentira, es ante todo una forma de demagogia sin que tenga la veracidad o el prestigio entre la ciudadanía para creer lo que están anunciando. Si los debates diarios son esencialmente posiciones partidistas y ha sido una Cámara marcada por la esterilidad, los spots tienen un gran valor… ¡cómico!

Que decir de estas constantes intervenciones pagadas a los medios como parte de un programa de “imagen” del Poder Ejecutivo y hasta del Poder Judicial según las cuales México debería de estar mucho mejor de lo que está. Creo que se debe revisar porque se ha caído en la comunicación chatarra y no se levanta la voz para decir: no gasten el dinero de mis impuestos en sandeces, nadie los cree, se necesita ser retrasado mental para creer lo que se está diciendo y lo que si se ha creado un deporte, cuando pasa el Canal del Congreso hay que ver la rapidez con que los niños le quieren cambiar con el fondo de las maldiciones de los adultos.

Lo que desea el pueblo es más acción gubernamental y menos comunicación chatarra. Cuando uno escucha estos mensajes piensa que hay un vocablo que sería aplicable y que existe en el léxico correcto: desbarrar –discutir fuera de la razón; errar en lo que se dice o se hace).

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