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Comienza en Taxco el Festival de Música Raful Krayem en medio de patrullajes

El primer concierto estelar fue ofrecido por el Octeto de Guitarras Ashwattha, un colectivo artístico conformado por músicos ganadores de múltiples concursos nacionales e internacionales

Claudio Viveros Hernández

Taxco

En medio de los patrullajes de la Policía Federal, Estatal y el Ejército mexicano, por el centro histórico, inició la tercera edición del Festival de Música Popular Raful Krayem, que se realizará los fines de semana de octubre en homenaje al extinto cantautor quien fuera conocido como El Jilguero Guerrerense.
El secretario estatal de Turismo, Javier Aluni Montes, inauguró el festejo en el Centro Cultural Taxco-Casa Borda, acompañado de integrantes del comité organizador, encabezado, por la gestora y promotora cultural, Rosario Cambray García, y el público que se dio cita, aunque formalmente las actividades arrancaron por la tarde con un Fandango Guerrerense en el que participaron grupos de danza folklórica de la región e invitados de Tixtla.
El funcionario llegó con más de una hora de retraso, con la espera de la gente y artistas, para dar la declaratoria oficial en la que al inicio expresó que “el gobernador es un hombre muy culto, es una persona que le gusta la música”, esto al reconocer el impulso que ha dado a la creación de orquestas infantiles y juveniles como forma para cohesionar a la sociedad frente a la violencia en la entidad.
Recordó que la primera vez que lo invitaron para sumarse, preguntó sobre Raful Krayem: “¿y él viene?”, dijo, del músico fallecido en 1939, y para sincerarse dijo a manera de justificación, que en ese tiempo, cuando comenzó a fungir como secretario de Turismo “no conocía yo la sociedad, no conocía yo nada”.
En su intervención valoró que el comité organizador siga recordando el legado del músico taxqueño y expresarles que “tienen pasión por lo que están haciendo; fue verdaderamente el único grupo organizado que me trajo un proyecto (…) eso sí merece la pena y así empezamos”, por lo que les propuso hace tres años que como detonador de turismo replantearan el proyecto, no para un fin de semana, sino para hacerlo en cuatro fines de semana, para el turismo y para la población local.
“Que me inviten a inaugurar este festival, me emociona mucho, me emociona que se sume más gente, qué bueno que se sumen, dijo, porque el ser humano tiene un anhelo, tiene un sueño y queremos que cada vez el festival sea mejor, con las limitaciones (económicas) que podamos tener”.
Y convocó para que “los que admiramos a este artista que trasciende, es hacer que se oiga más su música, que las radiodifusoras toquen más su música, que en las escuelas se hable más de la música, para que año con año se enriquezca más”.
Aprovechó que dentro de los próximo eventos que se preparan en esta ciudad, el próximo 24 de octubre, día del aniversario del cantautor, se fusione con la realización del concurso de ciclismo Down Hill, en esos mismos días, y fortalecer más las actividades para ese día, “porque esa gente, los ciclistas nacionales e internacionales, están en el mundo”, lo que puede beneficiar a Taxco con el impacto que se logre.
“Yo les aplaudo al comité, a todos, para que en un futuro sea el festival de Taxco, porque en Taxco se respira cultura, se respira arte”, aparte de las bellezas de la plata y la arquitectura con las que se integra la oferta turística, y así dio arranque a la fiesta, dos minutos antes de la 7 de la noche.
Enseguida, el primer concierto estelar fue ofrecido por el Octeto de Guitarras Ashwattha, un colectivo artístico conformado por músicos ganadores de múltiples concursos nacionales e internacionales de música de cámara y quienes, por unanimidad, obtuvieron el Primer Lugar de Ensambles, dentro del Concurso y Festival Internacional de Guitarra de Taxco el pasado julio.
Sus integrantes son jóvenes guitarristas originarios de la ciudad de México, Nuevo León, Coahuila y Chihuahua; actualmente estudiantes y egresados de la Escuela Nacional de Música de la UNAM, la Escuela Superior de Música y el Conservatorio Nacional de Música del INBA.
Interpretaron un repertorio de música contemporánea, escrita específicamente para esta dotación instrumental, al que denominaron Del tango al huapango, por el que surcaron los bordes de la música popular y académica en Argentina y México.
Ante el respetable iniciaron con Tango Suite de Astor Piazzolla (Argentina, 1921-1992); después fue Comme un tango de Patrick Roux (Canadá, 1962) y la pieza Rhythmaginaires de Roland Dyens (Francia, 1955).
En una segunda parte, y cuando la gente ya estaba inmersa en la sonoridad de las ejecuciones de los jóvenes artistas, tocarían en primer término la famosa Raveliana de Julio César Oliva (México, 1947) y a la que secundó Fantasía mexicana de Mauricio Hernández (México, 1972), un popurrí con arreglos de las canciones Mi ciudad (Guadalupe Trigo), Cielito lindo (Quirino Mendoza), Allá en el Rancho Grande (Silvano Ramos), Farolito (Agustín Lara), El cascabel (Son popular veracruzano) y Serenata huasteca de José Alfredo Jiménez.
El cierre magistral selló con la obra Huapango, de José Pablo Moncayo (México, 1912-1958), con arreglos del propio octeto que rubricó aquí su calidad interpretativa y profesionalismo.
Así comenzó la fiesta en honor al popular Raful Krayem, el mismo autor de las célebres Taxco de mis amores y Camioncito Flecha Roja.

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