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Lamenta investigador la pérdida de la organización comunitaria en las colonias chilpancingueñas

 Teresa de la Cruz Chilpancingo  

Ante “la falta” de documentos sobre historias de las colonias en Chilpancingo y como una forma de “rescatar la memoria de los viejos”, el investigador y promotor cultural de la Unidad Regional de Culturas Populares, Gerardo Guerrero Gómez presentó el martes su libro Mi colonia, su historia y cotidianidad.

La noche del martes en el salón de recepciones del ayuntamiento capitalino, y ante unos 100 asistentes, el investigador expuso los antecedentes de la colonia Vista Hermosa, uno de los primeros asentamientos humanos que se formó en el lado poniente de Chilpancingo.

Entrevistado tras concluir la presentación de su obra, Guerrero Gómez citó que uno de los motivos para escribir ésta obra, una de las primeras en su género, según él, “fue precisamente por la falta de documentos que refieran la historia de las colonias en Chilpancingo”.

Señaló que también lo motivó “el rescate de la memoria de los viejos, quienes aún guardan esas imágenes del pasado, quienes guardan los recuerdos en una memoria histórica que sí se deja pasar, con el tiempo va quedar en el olvido”.

Luego el investigador refirió que para escribir su libro, se vio motivado asimismo “por el amor a la tierra donde nació, por haber participado en la creación, haber visto cómo la colonia fue creciendo hasta convertirse hoy en un asentamiento de concreto y pavimento”.

Guerrero Gómez explicó que con su obra muestra una visión general sobre los orígenes de la colonia Vista Hermosa, misma que en 1950 albergó “a los migrantes de Mochitlán, la Sierra, la Montaña y pueblos de la zona centro, quienes construyeron sus casas de madera, de palma, así como adobe”.

El investigador mencionó que la colonia Vista Hermosa, de donde es originario, durante el proceso de su formación, se distinguió por “la organización comunitaria de su gente, y es que esa visión que traían de sus pueblos, aquí la pusieron en práctica en su lucha por obtener los servicios, ya que no estaban esperanzados al gobierno”.

Por ejemplo dijo el también coautor de la publicación Diagnóstico cultural de Zapotitlán Tablas, “en las mañanas los vecinos se levantaba con pala y pico a hacer las excavaciones que servirían para introducir el agua o el drenaje, incluso a los trabajadores de la CFE que se encargaban de la red de energía, la gente les gratificaba dándoles comida que de manera organizada preparaban”.

Lamentó que actualmente esa organización comunitaria se haya “perdido” en las más de 400 colonias que existen en Chilpancingo “hoy no hay una sola colonia que retome esta forma de organización”.

Contó que la dificultad a la que se enfrentó para poder recopilar la información “fue la falta de fuentes informativas, ya que empecé el trabajo en 1995, cuando muchos viejitos que guardaban esa memoria histórica”, ya habían fallecido.

Otros de los problemas a que hizo frente según Guerrero Gómez para poder “armar” los pedazos de historia de esa colonia, se debió a la inexistencia de documentos “a donde uno pueda acudir y pueda consultar la delimitación exacta los residentes que ha tenido ese asentamiento”.

Luego refirió que como investigador también tuvo limitaciones de tipo financiero “ya que para realizar la investigación –que comenzó en 1995 y terminó en 1997– no recibió apoyo de ninguna institución; la hice con recursos propios, incluso para poder editarla tardé más de cinco años, tocando puertas”.

Señaló que en 1997 obtuvo el segundo lugar en el concurso Crónicas, Cuentos y Leyendas con el trabajo Etnografía de la colonia Vista Hermosa al que convocó Comisión Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y el Instituto Guerrerense de la Cultura (IGC), quienes además del premió económico prometían la edición del trabajo “pero sólo me dieron el dinero, y la edición quedó parada”.

Guerrero Gómez consideró que es lamentable que en Guerrero el rubro de cultura “sea uno de los más golpeados, no hay apoyos de ningún tipo, quien busque editar su obra o hacer investigación se tiene que mover con sus propios recursos, yo logré editar mi libro con apoyos del Ayuntamiento, pero fue en una segunda gestión, ya que desde el 2003 había estado intentándolo”.

Y resaltó “cuantas veces hemos encontrado escritores que tienen sus obras guardadas debajo de su ropero ó de su colchón, sin poder editarlas porque que las instituciones encargadas de la cultura aseguran no tener recursos”.

Enseguida el escritor calificó su obra como “una aportación modesta” aunque dijo aspirar a que “sirva como un ejemplo de lucha, para quienes están en esa búsqueda, que no se rindan, que no dejen de tocar puertas y dejen morir su obra inédita”.

Antes, durante la presentación del libro, éste fue comentado por los investigadores universitarios, Victoria Enriquez y Álvaro Miramontes, éste último                           consideró que la obra “es una ejemplo a seguir” aunque criticó el tamaño de las imágenes gráficas; como moderador estuvo el coordinador estatal de la Unidad de Regional de Culturas Populares, Gerardo Sámano.

Entre los asistentes estuvieron, la directora del Museo Regional de Guerrero, Leticia Atilano Caballero; la directora del Instituto de Cultura del Ayuntamiento, Arceli Acuña Mastache y el regidor de Desarrollo Social, Rigoberto Ramos.

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