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Cuauhtémoc Sandoval Ramírez

El desafuero de Florencio Salazar

Florencio Salazar Adame, controvertido secretario de la Reforma Agraria y un servidor siempre hemos militado en trincheras políticas distintas, primero en el PRI y yo en el PCM y ahora en el PAN y en el PRD, sin embargo hemos mantenido nuestra amistad a lo largo de cuatro décadas desde que nos conocimos como estudiantes de la escuela secundaria no.1 de Chilpancingo.

Mi primera incursión en el periodismo se dio en un periódico juvenil Tribuna Estudiantil de un solo número, que editó en la secundaria, Florencio de apenas dos páginas que incluían desde chismes estudiantiles hasta un artículo que el hizo sobre los sermones de los curas de la iglesia de Chilpancingo (desde ahí empezó su jacobinismo) y uno mío sobre las hazañas de Cristóbal Colón en nuestro continente.

El nombre de Florencio Salazar Adame, llenó hace unos días las primeras planas de los periódicos nacionales ya que se anunciaba su destitución como secretario de la Reforma Agraria del gabinete del presidente Fox, ordenada por un tribunal judicial, por el incumplimiento de una sentencia de amparo, incluido el incidente de inejecución, de tierras pertenecientes a los ejidatarios de San Pedro Tultepec, estado de México.

El periodista Miguel Ángel Granados Chapa, en su documentada columna publicada en El Sur (9 de septiembre) concluía que “Es remoto que el secretario de la Reforma Agraria sea destituido, pues parece firmar su alegato sobre la imposibilidad de ejecutar una sentencia de amparo. Quedan sin embargo indefensos, sujetos a las posibilidades del erario, los ejidatarios que fueron víctimas de engaños de la burocracia agraria.”, o sea que mucho ruido para pocas nueces, sin embargo, nuevamente los ejidatarios saldrán perdiendo.

La lectura que se desprendía por muchos comentaristas políticos era que la destitución de uno de los secretarios del gabinete foxista, se realizaría como compensación a la intención autoritaria de Vicente Fox de desaforar al jefe de Gobierno del DF, Andrés Manuel López Obrador. Como dice el dicho, una de cal por las que van de arena.

Más aún, según Granados Chapa “Lejos de resultarle inconveniente, el secretario de la Reforma Agraria obtendrá ventajas de que su desacato a una sentencia de amparo llegue a la Suprema Corte de Justicia, pues conseguirá la autorización para el cumplimiento sustituto, mediante una (mini) compensación (económica) a los quejosos.”

Otra compensación económica, en este caso jugosa, está pendiente con el senador Diego Fernández de Ceballos, compañero de partido de Florencio, a quien la SRA le deberá pagar la increíble cifra de más de mil                           500 millones de pesos, de prosperar el juicio promovido por el próspero e influyente despacho de abogados de Fernández de Ceballos, que en más de una ocasión ha sido acusado de tráfico de influencias. Tal suma representa más de la mitad del presupuesto anual de la SRA (2 mil 800 millones de pesos).

La Secretaría de la Reforma Agraria debería desaparecer en este sexenio, si nos atenemos a la plataforma electoral del Partido Acción Nacional que presentó en las elecciones de 2000, planteamiento que también es compartido por organizaciones campesinas que observan la inutilidad de una institución que en pleno apogeo de los gobiernos priístas se dedicó a repartir la tierra, y que en estadísticas sobrepasa nuestra extensión territorial.

Florencio Salazar Adame fue el clásico dirigente priísta de Guerrero que navegaba de acuerdo al gobernador en turno. Finalmente se creyó el tema de la democratización del PRI y lanzó su precandidatura a gobernador de Guerrero en 1999, ocasión en que fue derrotado por René Juárez Cisneros en una clásica elección de Estado.

Florencio aceptó como premio de consolación la Secretaría de Gobierno de René Juárez durante unos meses y finalmente optó por romper con su partido. Conversamos la posibilidad de que se incorporara como candidato del PRD a senador, sin embargo cuando se planteó esta posibilidad ya habíamos seleccionado a nuestros candidatos en el 2000 y finalmente optó por el PAN.

El PAN de Guerrero, que siempre había tenido bajísimas votaciones en nuestro estado, se vio revitalizado por el ingreso de Florencio y sus seguidores. Por otra parte, la atractiva candidatura de Vicente Fox en el 2000, motivó que el PAN tuviera su única e histórica votación en nuestra entidad suriana. Florencio fue designado como coordinador del Plan Puebla-Panamá, una ocurrencia del presidente Fox, que nació sin pies ni cabeza. En uno de los tantos cambios de gabinete, finalmente saltó a la SRA.

Lo que conversamos en algunas ocasiones fue la posibilidad de hacer un llamado a título individual, como guerrerenses,    a las fracciones parlamentarias del PRD, PAN y los otros partidos de la oposición, a conformar una mayoría parlamentaria que le quitara al PRI en esta campaña electoral, y a su minoría de 18 diputados (de 46), la presidencia del Congreso local. Declara conjuntamente a nombre de nosotros dos, me dijo, sin embargo preferí enviarle un texto que en las actuales circunstancias ya quedó rebasado.

En un artículo publicado en el suplemento Enfoque del periódico Reforma del 12 de septiembre de 1999, en el marco de la precampaña electoral interna del PRI, Florencio hizo una excelente radiografía de lo caduco que resultaba el funcionamiento de la Cámara de Diputados de Guerrero, que hasta hace poco tiempo no contaba con presupuesto propio, y hasta el nombramiento de un asesor había que negociarlo con el gobernador en turno.

El gobernador René Juárez todavía sigue manipulando al Congreso estatal. El otorgamiento de cheques para obras públicas gestionadas por los diputados locales, que debiera ser, sobre todo en esta etapa electoral, algo transparente y apegado a normas institucionales, con un control de su aplicación, se entrega en lo oscurito, acción a la que desafortunadamente acudieron varios diputados locales del PRD.

Ave de tempestades, Florencio Salazar tal parece que librará este nuevo desafío, lo cual le obligará a redefinir sus viejos compadrazgos, tener claro su ubicación en el gabinete y en su nuevo partido blanquiazul, que en varias ocasiones lo ha menospreciado y ahora es blanco de ataque del “fuego amigo” gubernamental.

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